- Author: Saoimanu Sope
El Hopland REC convierte la devastación del incendio forestal River de 2018 en una oportunidad de investigación
La destrucción causada por el incendio forestal se observa fácilmente, pero los peligros pueden esconderse bajo las cenizas. Un grupo de científicos de UC Davis estudió muestras de carne y lana de corderos en el Centro de Investigación y Extensión Hopland de UC, para determinar si los pastizales que rebrotan tras un incendio forestal causan residuos tóxicos en los animales de pastoreo. Los resultados, publicados en el diario California Agriculture, mostraron que pastar en dichos pastizales no alteró significativamente el contenido de metales en la carne y la lana de los corderos. Esa es una buena noticia para los rancheros y consumidores desde la perspectiva de seguridad alimentaria.
En el 2018, el incendio forestal River ardió seis millas al norte de Hopland, arrasando con dos terceras partes de las tierras del Hopland REC, incluyendo áreas en su estación de corderos. Debido a que el Hopland REC conduce investigaciones ecológicas y agrícolas, tenían información y algunas muestras del rebaño de corderos que vivió en el lugar antes del incendio River.
“Un grupo de investigadores se reunió para intercambiar ideas sobre cómo podíamos tomar ventaja de este lamentable evento”, señaló Sarah Depenbrock, profesora asistente y agrónoma en el Departamento de Medicina y Epidemiologia de la Facultad de Veterinaria de UC Davis.
Las quemas controladas han jugado un papel importante en el proceso agrícola durante muchos años, pero los incendios forestales de California están creando un nuevo paisaje que interesa a investigadores como Depenbrock. “El problema, ahora, es que los grandes incendios forestales probablemente interactúan con tierras agrícolas de manera diferente que las quemas de rutina”, manifestó la experta.
Las plantas grandes y viejas en los terrenos que no han sido quemados recientemente pueden contener altas concentraciones de metales, capturado durante sus años de desarrollo. El mercurio, por ejemplo, es un metal potencialmente peligroso que con el tiempo puede ser capturado en objetos vivientes. Estos metales pueden ser distribuidos a través de la ceniza cuanto se quema la vegetación, por lo que los científicos examinaron corderos que habían pastado en los pastizales del Hopland REC durante el primer rebrote, después de haberse quemado.
Los resultados inciertos plantean más preguntas
Los investigadores compararon carne de los corderos que pastaron en los pastizales que rebrotaron en el 2019, después del incendio River, con muestras de carne congelada que se había obtenido el año anterior al incendio. En ninguna de las muestras se detectaron rastros de plomo, mercurio, arsénico, molibdeno, cadmio, berilio, cobalto y níquel. Sin embargo, sí hubo algunas muestras (tres de 26), que dieron positivo a los no esenciales (metales pesados potencialmente tóxicos) cromo y talio en el grupo que pastó después del incendio.
Debido al reducido número de muestras que dieron positivo, los investigadores no pudieron determinar estadísticamente si esta contaminación estaba asociada con los pastizales de rebrote. Las concentraciones de cromo y talio detectadas pueden ser o no potencialmente tóxicas, dependiendo de las formas y cantidad específicas de carne que una persona consuma.
Otro aspecto del estudio incluyó el análisis de la lana de los borregos para determinar si es un buen método para medir el contenido de metales en su carne. “En general, nos dimos cuenta que no estaba bien correlacionado con la mayor parte del contenido de metales de interés, lo cual vale la pena saber. Sin embargo, debido a que no identificamos en ninguna muestra animal muchos de los metales no esenciales de particular preocupación toxicológica, como el plomo y mercurio, no pudimos determinar si el análisis de la lana puede ser útil para determinar la presencia de esos metales, como ocurre en otras especies”, dijo Depenbrocké quien agregó que la lana de los animales cuya carne dio positivo al cromo y talio, no dio positivo a estos metales.
Mientras los retos en el control de los incendios forestales persisten, lo mismo sucede con el riesgo de contaminación de los productos alimentarios derivados del ganado de pastoreo.
“No obtuvimos pruebas contundentes que nos dijeran que, cuando hay un incendio, eso significa que todo se contamina con metales pesados”, manifestó Depenbrock. “Pero si se plantea la cuestión de que quizás deberíamos realizar un poco de vigilancia para ver si esto es algo esporádico o común. Y deberíamos de encontrar la manera de cribar los rebaños”.
Recomendaciones para manejar los problemas del cobre
“Es un estudio muy pequeño, pero fue interesante conocer que el contenido de cobre fue realmente bajo en el grupo que pastó después del incendio, lo cual me hace pensar”, expresó Depenbrock.
Las enfermedades asociadas con la deficiencia de cobre es una preocupación importante en los borregos. Por ejemplo, el swayback o lomo hundido puede resultar en la muerte antes de nacer o en la incapacidad del animal de pararse por sí solo debido a los cambios incurables de la espina dorsal. Otros efectos adversos incluyen una tasa reducida de nacimientos, anemia, defectos en la lana y decoloración de la fibra y osteoporosis con un alto riesgo de fracturas espontaneas. El exceso de cobre puede también causar enfermedades graves y a veces mortales.
Muchas de las fuentes de forraje y áreas de pastizales en California tienen una deficiencia de cobre, mientras que otras fuentes de alimentación tienen un exceso de cobre. Es crucial que se monitoree a los rebaños para determinar sus niveles de minerales incluyendo el cobre.
En cuanto a las pruebas de cobre, la experta aconseja a los ganaderos que obtengan las concentraciones de minerales de los órganos de los animales que son sacrificados o mueren. Las muestras del hígado y riñones son las más valiosas para identificar un potencial problema en el rebaño. Los laboratorios de UC Davis Veterinary Medicine's California Animal Health and Food Safety (CAHFS, por sus siglas en inglés), llevan a cabo estas pruebas de manera rutinaria.
En segundo lugar, monitorear y registrar la suplementación de minerales y tercero, mantener un registro de salud actualizado para tomar decisiones informadas respecto a la suplementación basada en los problemas conocidos del rebaño. Por ejemplo, si un productor no está acostumbrado a suplementar con cobre, Depenbrock recomienda mucho que trabajen con un veterinario para empezar a hacerlo (ya que hay numerosos suplementos de cobre de concentración variada en el mercado), para determinar un plan de pruebas o examinación y revisar el historial de salud para detectar problemas que estén potencialmente asociados con el cobre.
Para leer el texto completo del estudio, visite https://calag.ucanr.edu/Archive/?article=ca.2022a0016.
Adaptado al español por Leticia Irigoyen del artículo en inglés
Editado para su publicación por Ricardo Vela
- Author: Norma De la Vega: ndelaveg@ucanr.edu
Si hay algún alimento que añade un sabor único a las comidas es, sin duda, la cebolla, y si no está muy convencido, intente comer un taco o pico de gallo sin cebolla y enseguida extrañará el dulce y crujiente sabor de este condimento.
“La cebolla de bola es bastante apetecida en muchos platillos que tenemos en nuestra región porque mejora el sabor de muchas comidas como los tacos y de la parte culinaria en muchas comidas”, indica Jairo Díaz, director del Centro de Investigación del Desierto y Extensión del Desierto, parte de la División de Agricultura y Recursos Naturales de la Universidad de California y autor principal de una investigación titulada: Manejo del Riego y Nitrógeno en cebolla en el desierto,en el condado del Valle Imperial, que tiene el propósito de buscar prácticas agrícolas que ayuden a mejorar la eficiencia en el uso de agua y fertilizante durante la producción de cebollas en esa región.
El estudio evalúa la cantidad de agua y nitrógeno que se le proporciona a la planta a través de dos tipos de irrigación: el riego por goteo versus riego por gravedad en surcos y encontró que el riego por goteo representa ahorros sustanciales en el uso de agua y fertilizante. Díaz ha presidido en los últimos seis años la investigación que en los tres últimos años ha sido financiada por el Departamento de Alimentos y Agricultura de California.
El riego por surcos es la práctica agrícola más común en la producción de cebolla en esa región desértica. Sin embargo; cada vez hay más investigaciones que muestra las múltiples ventajas que ofrece el riego por goteo en los diferentes tipos de cultivos, y en el caso concreto de esta investigación se encontró que el riego por goteo:
- Aumenta la eficiencia en el uso de agua y fertilizante
- Genera más rendimiento en los cultivos, mejor calidad y tamaño en la cebolla
- Reduce el uso de fertilizante, entre 30 a 50 por ciento menos, lo que representa un ahorro sustancial en el costo del nitrógeno cuyo precio ha aumentado dramáticamente en el último año a debido a la guerra en Ucrania.
- Previene la contaminación de las reservas de agua, toda vez que hay mayor control en la aplicación de nutrientes, evitando que el fertilizante nitrogenado que no absorbe la planta se filtre a la tierra y llegue a los canales de agua o a las aguas subterráneas.
Hay varios factores que influyen en el método de riego que es más apropiado para cada cultivo, algunos de estos son las condiciones ambientales como la ubicación geográfica, el tipo de suelo y más. El riego por goteo transporta el agua a las plantas mediante un sistema lento, de baja presión y controlado, mientras que el riego por surcos utiliza la gravedad para controlar el flujo de agua a través de surcos excavados junto a las plantas.
La investigación realizada por los expertos de UC ANR indica que el riego por goteo ofrece un enorme potencial.
Díaz enfatiza que mediante el riego por goteo se puede ahorrar casi el doble de agua, además como el fertilizante se aplica más cerca de la raíz de la planta, se puede evitar que este se filtre al suelo, debido al exceso de agua y llegue a las reservas de agua, produciendo contaminación.
Los resultados de la investigación indican que se puede reducir el monto de agua y nitrógeno que se pone a las cebollas al mismo tiempo que se ahorra dinero en los insumos y se obtiene rendimiento y calidad en el producto. Díaz dijo que el reporte del estudio ya se puede obtener a través de la información, disponible en UC ANR, además de que se está dando a conocer a los productores de cebolla a través de Extensión Cooperativa.
¿Por qué es importante?
El condado Imperial de California es una de las mayores regiones productoras de cebolla de bola, con un valor estimado anual que puede fluctuar entre los $45 y $99 millones de dólares dependiendo del mercado y los cultivo en esa área desértica dependen solamente del río Colorado para el riego ya que las precipitaciones anuales son muy bajas (alrededor de 3 pulgadas)
El agua del río Colorado contiene sales las cuales pueden limitar la producción de cultivos si no se hace un adecuado manejo de estas. Las temperaturas en el verano pueden llegar a los 115º F en la región desértica de California y con ello una alta evaporación del agua del suelo que a su vez hace que las sales se acumulen en el suelo y por ende el suelo se ponga más salino y menos productivo.
Los agricultores deben aplicar agua en exceso para extraer las sales del suelo y se concentran alrededor de las raíces de la planta. El control de sal en los cultivos es un aspecto crítico porque afecta la cantidad y calidad de los cultivos ya que las plantas no pueden reponer los requerimientos de agua necesarios para una producción óptima.
La cebolla es muy sensible a la sal, especialmente durante las primeras etapas de la germinación. Sin embargo; el riego excesivo, así como los residuos industriales en los Valles de Imperial y Coachella y Mexicali desembocan en el “Salton Sea”, provocando altas concentraciones de nutrientes, sales y compuestos tóxicos. De hecho, Salton Sea – que en realidad es la masa de agua más grande en California; y una de las reservas de agua más contaminadas en el estado.
Añadido a este serio problema, el nivel del agua del Río Colorado y de los embalses que proveen energía y agua a millones de personas y millones de acres en cultivos en el suroeste de los Estados Unidos han disminuido bastante en los últimos años. Estados como Arizona y Nevada, así como entidades de México han tenido recortes en las apropiaciones de agua del río Colorado en los dos últimos años.
“California todavía no ha tenido un recorte de agua, pero lo cierto es que el río Colorado está produciendo menos agua hay menos nieve, menos lluvia y las reservas que tenemos en la parte Alta de la cuenca están bajando a niveles críticos”, sostiene Díaz.
En el afán de ahorrar agua, proteger el medioambiente y mejorar la calidad y rendimiento de los cultivos, expertos de UC ANR han estado ejecutando investigaciones a largo plazo para experimentar diferentes opciones de irrigación.
Para obtener más información en español y detalles sobre la investigación: Manejo del Riego y Nitrógeno en cebolla en el desierto vaya a: https://ceimperial.ucanr.edu/newsletters/Ag_Briefs72526.pdf
(buscar la página 15)
Recursos adicionales:
Centro de Poscosecha de la Universidad de California: Cosecha y calidad de la cebolla
UC ayuda a producir electricidad usando desperdicios de cebollas
Recursos en inglés:
- Author: Saoimanu Sope
Productores de aguacate se reunieron, recientemente, en las oficinas del San Diego County Farm Bureau para asistir a un taller sobre riego del aguacate impartido por Ali Montazar, asesor de riego y gestión del agua de Extensión Cooperativa de la Universidad de California, para los condados Imperial, Riverside y San Diego.
“Toda nuestra información que estamos desarrollando en estos momentos se enfoca en la eficiencia del riego. Los productores quieren saber cuánta agua necesitan y qué herramientas deben usar para mayor eficiencia”, explicó Montazar.
Uno de los asistentes al taller, John Burr, quien ha cultivado aguacates durante 15 años,
confirmó que el riego representa más de la mitad de sus gastos de producción anuales y que satisfacer las necesidades de sus árboles es un reto constante.
“La sofisticada investigación que el doctor Ali Montazar lleva a cabo es la primera de su tipo que la Universidad de California ha realizado específicamente sobre aguacates. Su presentación nos permitió a los asistentes la oportunidad de ver y conocer la tecnología que está empleando, desde los sensores de humedad del suelo hasta la estación equipada con el nivel del Sistema de Información de Gestión del Riego de California.”
Burr espera que la investigación de Montazar ayude a los productores de aguacates a determinar con precisión la evapotranspiración de un rancho de aguacates o el uso de agua específico para los aguacates, ambos son aspectos críticos sobre cómo un productor selecciona las herramientas para determinar las rutinas de riego.
“Su presentación, que mostró los resultados de su investigación sobre el Kc (coeficiente del cultivo) del aguacate, a pesar de estar en una fase muy temprana de su proyecto, fue realmente interesante. Indica la posibilidad de que tengamos que variar el Kc para los diferentes tiempos de la temporada de cultivo, pero aun está empezando un proyecto de dos a tres años que, esperamos, arroje información sólida sobre cuál es el Kc para los aguacates”, señaló Burr.
La incertidumbre del río Colorado
La producción de aguacate de San Diego es manejada principalmente por pequeñas granjas. Según Montazar, esto agrega un nivel de complejidad a la gestión del agua porque existe un gran énfasis en que las herramientas y estrategias de riego sean fáciles de usar y rentables.
“No conocemos el futuro”, dijo Montazar. “Pero necesitamos estar preparados para todas las consecuencias. El río Colorado está experimentando una importante escasez de agua y eso podría impactar en el futuro suministro de agua para el condado de San Diego por parte del Imperial Irrigation District Transfer. Es importante que se tome en consideración mejorar la eficiencia del riego como la herramienta más viable para la administración de los recursos de agua limitados en el sur de California”.
El agua siempre ha sido problema. En los años 1970s, el programa del agua de California preparó el camino para 98 mil acres adicionales de tierra agrícola.
Según un estudio de 1970 en el que se analizaba el costo de la producción de aguacates en el condado de San Diego, el costo del agua "era en promedio de 3½ pies de acre por acre a 60 dólares el pie de acre", lo que suponía que el costo del agua seguiría siendo relativamente bajo y asequible durante mucho tiempo.
Desafortunadamente no es así. El condado de San Diego obtiene la mayor parte de su agua del río Colorado, lo cual es preocupante debido a las proyecciones de cinco años que indican que las reservas del río llegarán a niveles críticos para el 2027.
De hecho, iniciando el 2023, la Autoridad del Agua del Condado de San Diego incrementará las tarifas del agua, obligando a los productores a invertir en prácticas de riego más eficientes (Gráfica).
Gráfica 1. Costo del agua no tratada y tratada en el condado de San Diego en el 2022 y 2023.
NOTA: Un acre pie equivale aproximadamente a 325,900 galones de agua.
Entrenar a los productores sobre riego es la prioridad
No hay lagunas ni atajos cuando se trata de riego porque la irrigación es la clave para la salud de los árboles. Ben Faber, asesor de cultivos subtropicales de Extensión Cooperativa para los condados de Ventura y Santa Bárbara, señala que la salud de los árboles es lo que permite que los productores mantengan sus negocios.
“Puedes estropear tu programa de fertilización y puedes estropear tu programa de pesticidas, pero si estropeas tu programa de riego, te quedas sin negocio”, manifestó el experto.
De acuerdo con Faber, un riego eficiente requiere de un gran dominio en el manejo de la sal.
“Importamos agua que contiene mucha sal. Así que se tiene que entender como aplicar la cantidad de agua correcta en la zona de las raíces sin causar problemas de salud”, señaló Faber.
Este proceso requiere un cuidado meticuloso, pues cualquier cosa que llegue por debajo de la zona de las raíces puede provocar la contaminación del agua subterránea, algo de lo que los cultivadores no quieren ser responsables.
Aunque lo más nuevo en tecnología de riego, como los controladores inteligentes, pueden ayudar a los productores, Faber afirmó que entrenar y educar a los administradores de granjas debe ser la prioridad.
Como dice Faber, la gestión del riego debe ser “como cepillarse los dientes”, algo que los productores hacen de manera natural y competente. Muchos productores están regando excesivamente o perdiendo el tiempo tratando de resucitar árboles moribundos. Es importante conocer las necesidades del árbol y, en algunos casos, puede ser mejor dejar de regar por completo.
El primer paso para la eficiencia hídrica es adquirir conocimientos e identificar las necesidades. Dado que un árbol regado en exceso tiene el mismo aspecto que un árbol mal regado, es crucial que los agricultores aprendan a reconocer la diferencia y a planificar en consecuencia.
Aquí es donde entran en juego los asesores e investigadores de Extensión Cooperativa. Oportunidades como el Taller de Riego del Aguacate son ideales para los productores que buscan respuestas o apoyo.
Para mayor información y conocer sobre futuros talleres en el condado de San Diego, visite https://cesandiego.ucanr.edu/.
Adaptado al español por Leticia Irigoyen del artículo en inglés
Editado para su publicación por Norma De la Vega
- Adaptado al español por: Norma De la Vega
¡Vaya que el aguacate sigue dando sorpresas! Quizás los consumidores sepan que es una fruta cremosita sabrosa, nutritiva y reconocida por su gran semilla. Pero algo poco conocido, es que en algún tiempo se pensó que era una drupa, frutas que tienen una semilla grande como el melocotón, pero no es así, el aguacate es una baya.
¿Por qué importa si es drupa o baya? Es información científica que ayuda a los expertos a entender mejor su cultivo. Pero más allá de los datos biológicos de esta fruta, hay otro dilema que preocupa a los productores.
El consumo de aguacate sigue creciendo en los Estados Unidos, pero desafortunadamente también los retos en su producción. Particularmente por el uso del agua. Dado que el aguacate es un árbol que requiere mucha agua y se produce en una región donde el agua está restringida y es cara.
De ahí que es imprescindible investigar y encontrar nuevas herramientas para un cultivo más sustentable.
Datos oficiales de Statista.com indican que en 2001 en los Estados Unidos, el consumo anual de aguacate por habitante era de 2 libras al año y para 2020 aumentó a 9 libras anuales por habitante.
California es a nivel nacional el productor principal de aguacate, con una producción estimada en 411 millones de dólares anuales, según el Servicio Nacional de Estadísticas Agrícolas.
Estudios de División de Agricultura y Recursos Naturales de la Universidad de California UC ANR indican que el árbol de aguacate tiene un sistema de raíces poco profundas que se necesita regar con poca agua pero frecuentemente y necesita agua de buena calidad. En los días más cálidos del verano, se debe regar cada 7 ó 10 días y con un sistema de goteo, el árbol puede necesitar de 45 a 60 galones de agua por día dependiendo de la zona climática y de las características del suelo.
En California, el principal bastión aguacatero está concentrado en los condados de San Diego, Riverside y Orange en donde el agua es cara y restringida. “Esta región enfrenta incertidumbre en el suministro de agua, por la reducción obligatoria en el uso del agua y el aumento en el costo, sostiene Ali Montazar, experto en Irrigación de UC ANR. “Y aunque el uso eficiente de riego es prioridad, el agua es el insumo más importante para la producción de aguacates”.
Ali Montazar, asesor en el manejo de riego de Extensión Cooperativa de la Universidad de California, está a cargo de ejecutar la investigación. El objetivo es crear herramientas que ayuden a mejorar las prácticas de riego de los productores en el sur de California, el bastión aguacatero del estado.
En colaboración con la Comisión de Aguacates de California se llevarán a cabo investigaciones de campo en seis áreas de cultivo de aguacates Hass, ubicados en los condados de San Diego, Riverside y Orange. Además, se añadió a este estudio al condado de Orange con el propósito de capturar mejor el amplio rango de microclimas y sistemas de cultivo de toda la región.
La investigación consiste en desarrollar “coeficientes de cultivo”, son datos técnicos que ayudarán a los productores de aguacate a determinar cuál es el riego óptimo para sus cultivos en base a una multitud de factores como: tipo de tierra, salinidad, características del dosel arbóreo, orientación de los surcos, pendientes y prácticas para el manejo de agua y más.
“Los agricultores no tienen muy claro la cantidad de agua que los cultivos necesitan ante esas condiciones”, manifestó Montazar.
Entre otros datos de información, el experto incorporará el uso real de agua en los huertos experimentales – incluyendo la información más reciente de los sensores de humedad del suelo y temperatura del dosel arbóreo. Son mediciones que ayudarán a garantizar que los agricultores no rieguen ni más ni menos de lo que realmente requieren los cultivos. Mucha agua puede provocar una enfermedad devastadora del aguacate conocida como pudrición de la raíz, causada por el patógeno de la planta Phytophthora cinnamomi.
La investigación incluye la labor de divulgación para que una vez que se identifiquen cuáles son las mejores prácticas para cada área, también se den a conocer a toda la comunidad agrícola. “Desarrollar y adoptar estas herramientas de información puede ayudar a resolver los problemas de calidad y cantidad del agua y reforzar la sustentabilidad económica no solo en la región aguacatera del Sur de California, sino además en Kern y Tulare condados en donde ya están surgiendo nuevas plantaciones de aguacate”, explicó Montazar.
Para finales del 2022 se espera dar a conocer los resultados de la investigación y sus recomendaciones preliminares.
Mike Hsu es el autor original de este artículo en inglés.
- Author: Pamela Kan-Rice. Adaptado al español por Leticia Irigoyen.
Los científicos de la Universidad de California están buscando agricultores orgánicos certificados para participar en un estudio de varios estados acerca de la seguridad alimentaria y del suelo. Los investigadores están reuniendo información para desarrollar pautas nacionales y mejores prácticas en el uso de estiércol crudo para mejorar la condición del suelo y minimizar los riesgos de seguridad alimentaria en cultivos orgánicos como verduras de hojas verdes, tomates y tubérculos.
“El objetivo de nuestro estudio es proveer a los granjeros orgánicos con estrategias basadas en la ciencia para evitar los riesgos alimentarios cuando se usan modificaciones en el suelo hechos a base de estiércol crudo”, dijo Alda Pires, especialista en agricultura urbana y seguridad alimentaria de Extensión Cooperativa de la UC, Facultad de Medicina Veterinaria de la UC Davis.
Con el propósito de estudiar la sobrevivencia de patógenos en la tierra y la salud de la tierra, los científicos de la UC están reclutando a granjeros de California que usen estiércol crudo o no tratado en campos de producción orgánica,
A cambio de su participación, los cultivadores recibirán gratuitamente los resultados de las pruebas en sus granjas, una retroalimentación específica sobre sus granjas para ayudarles a reducir la contaminación de sus frutas y verduras frescas, el pago de 700 dólares al finalizar el estudio de dos años y un resumen del estudio en general.
Pires encabeza el proyecto en California junto con Michele Jay-Russell, microbióloga investigadora del área veterinaria y gerente del Western Center for Food Safety (Centro del Oeste para la Seguridad Alimentaria) de la UC Davis.
Los investigadores visitarán las granjas participantes ocho veces durante la temporada de cultivos 2017-2018.
Las granjas de California elegibles para este estudio deben contar con la certificación como productores orgánicos del Programa Nacional Orgánico o de Granjeros Orgánicos Certificados de California y fertilizar con estiércol crudo o sin ser tratado proveniente del ganado de lecherías, caballos o aves. Las granjas pueden cultivar cualquiera de las siguientes frutas y verduras: lechuga, espinacas, zanahorias, rábanos, tomates o pepinos.
Para más información o inscribirse en el proyecto, por favor de contactar a Pires en el (530) 754-9855 o apires@ucdavis.edu, o a Jay-Russell en el (530) 219-4628 o mjay@ucdavis.edu.
Este estudio también se está llevando a cabo en otros estados por las universidades de Minnesota y Maine, los Servicios de Investigación Agrícola de la USDA/Centro Agrícola Beltsville, la División de Recursos y Economía Rural de los Servicios Económicos de la USDA, la Universidad Cornell y el Centro Orgánico. El proyecto está financiado por un subsidio de la Iniciativa de Investigación Orgánica y Extensión del Departamento de Agricultura de EUA.