- Author: Mary Burich, CLEAR Center
¿Qué pensaría si le dijeran que el ganado de pastoreo podría ser un arma secreta para reducir los incendios forestales en California? Estamos seguros de que inmediatamente empezarían a surgir preguntas y dudas en su cabeza.
Es cierto que, con su ganado, los rancheros de California ya contribuyen significativamente a la cultura, economía y suministro de alimentos de la región. Pero un nuevo estudio, sugiere que de manera inadvertida podrían también estar contribuyendo a moderar la severidad de los incendios forestales que han estado asolando al estado en los últimos años y que, definitivamente sería una mejor alternativa, que dejar que se quemen las praderas.
El estudio publicado en el diario Sustainability profundiza en el tema, sopesando las ventajas – e inconvenientes – que aporta el ganado de pastoreo. Los investigadores, incluyendo a científicos de la Universidad de California en Davis y de la División de Agricultura y Recursos Naturales de UC, se pusieron a calcular los gases de efecto de invernadero que producen las vacas que consumen la vegetación que, en caso contrario, ardería durante los incendios forestales. Luego calcularon las emisiones GHG en el caso que ese forraje quedara intacto y, por lo tanto, fuera consumido por el fuego, para eventualmente hacer una comparación.
Se siente el calor
Dada la severidad de los recientes incendios forestales en California y la creencia de que continuarán y se intensificarán en un futuro cercano, es un debate que vale la pena tener, manifestó Frank Mitloehner, experto en agricultura animal y calidad del aire de UC Davis, director del Centro CLEAR y uno de los investigadores que contribuyeron al artículo revisado por colegas.
“Cada año, entre el 2010 y 2020, California perdió en promedio 89 mil acres de pastizales debido a los incendios forestales”, indicó Mitloehner, quien también es especialista de Extensión Cooperativa. “Además de la alteración y devastación obvios que causaron, los incendios produjeron en el aire y nuestra atmosfera gases de efecto invernadero y partículas nocivas como carbono negro. Estos solos amenazan la salud climática y el bienestar de los humanos”.
Un gas rápido y furioso
El ganado es experto en eliminar combustible herbáceo cuando pastan. Sin embargo, al mismo tiempo, su sistema digestivo especializado produce metano que es expulsado con mayor frecuencia en forma de emisiones entéricas … más comúnmente conocidas como eructos. A modo de antecedentes, el metano es un potente gas de efecto invernadero que calienta la atmósfera 25 veces más que la tasa de carbono en más de cien años. Pero se queda en la atmosfera solo durante diez a doce años después de ser emitido. Después de eso, se transforma en dióxido de carbono y vapor de agua.
Por esa razón, Mitloehner se refiere al metano como un gas “rápido y furioso”. Furioso porque se calienta con fuerza y rápido porque lo hace durante solo un corto tiempo, especialmente cuando se le compara con el dióxido de carbono. Además, debido al ciclo de carbono biogénico, por el que las plantas extraen dióxido de carbono de la atmosfera para la fotosíntesis, el calentamiento del metano y sus subproductos pueden desaparecer por completo cuando son hidrolizados y usados por las plantas.
Cómo calculan las emisiones los investigadores
Para poder determinar si el ganado de pastoreo que emite metano es mejor para la atmósfera que la quema de praderas, Mitloehner y otros investigadores emplearon un método conocido como “simulación Monte Carlo”, una técnica matemática usada por científicos para predecir el resultado de acontecimientos inciertos.
Observando exclusivamente las emisiones de metano, descubrieron que es mejor dejar que las vacas consuman la vegetación a dejar que ardan durante incendios forestales. De acuerdo, es marginalmente mejor, pero cuando se consideran otras ventajas de la agricultura animal y, a la inversa, otras desventajas de un incendio generalizado y sin control, la conversación cambia repentinamente.
“Aun cuando el ganado no nos ofreciera ningún otro beneficio, lo cual no es el caso, podemos ahora argumentar que son útiles para nosotros en otra forma”, dijo Mitloehner.
¿Amigos o adversarios?
Ni que decir que es difícil encontrar algo bueno sobre los incendios forestales, pero eso no es el caso de la agricultura animal. La industria aporta trabajos y apoya la economía en otras formas también. Además, es una importante fuente de alimentos ricos en proteína que van en creciente demanda mientras que la población mundial continua en camino a los 10 mil millones de habitantes para el año 2050.
Ante la preocupación sobre el calentamiento global, la industria se encuentra en una posición única de alcanzar un calentamiento neto cero, también conocido como neutralidad climática, si continúa reduciendo de manera agresiva las emisiones de metano, lo cual Mitloehner asevera es de critica importancia para el planeta. “Algunos otros sectores pueden reducir su calentamiento a neto cero y todavía servir a la sociedad, pero la agricultura lo puede hacer debido a la forma en la que el metano actúa en la atmosfera”, manifestó el experto.
Además de Mitloehner, otros autores del estudio son Sheila Barry, Devii Rao y Theresa Becchetti, asesoras de Extensión Cooperativa; Rowan Peterson, Ermias Kebreab y Minju Jung de UC Davis y Felix Ratcliff y Kaveh Motamed de LD Ford.
Este artículo fue publicado por primera vez en el sitio web del Centro CLEAR (Clarity and Leadership for Environmental Awareness and Research) de UC Davis
Adaptado al español por Leticia Irigoyen del artículo en inglés. Editado para su publicación por Diana Cervantes
- Author: Saoimanu Sope
La agricultura genera 59 mil millones de dólares y emplea a cerca de 400 mil individuos en California. La industria, sin embargo, frecuentemente se ve amenazada ante los desafíos que representan los cambios climáticos, la conversión de tierras y la escasez de agua.
Motivados para tomar acción, Sustain Southern California – una organización asociada con el Centro Beall para la Innovación Aplicada de UC Irvine – organizó una mesa redonda de discusión el pasado 20 de febrero, en la que participaron expertos en la materia, incluyendo a Darren Haver, director del Centro de Investigación y Extensión de la División de Agricultura y Recursos Naturales de UC.
Durante su discurso principal, José Arriaga, comisionado de agricultura del condado de Orange, definió sustentabilidad como la producción de alimentos y fibra que no compromete la habilidad de las futuras generaciones para satisfacer sus necesidades. Al hacerlo, reconoció el beneficio de hablar sobre temas tan oportunos, especialmente para lugares donde la agricultura ya no es tan prevalente como lo era.
“Muchas personas no piensan en el condado de Orange como un lugar para la agricultura. Es probable que sea porque se ha reservado muy poca superficie para la agricultura no es como antes. Y eso me preocupa”, mencionó Arriaga.
La primera discusión de mesa redonda se enfocó en la agricultura sustentable, en ella Haver participó junto a otros líderes de la industria del sur de California, incluyendo A.G. Kawamura de Orange County Produce, Steve Brazeel de Sunterra Produce y Elevated Foods, Anthony Curci de Buttonwood Ranch y Parker Cohn de Performance Resource Management.
Al hablar sobre la generación actual, Haver dijo que ha visto un cambio en las pasadas décadas en el que el enfoque se ha alejado del rendimiento, lo cual solía ser el aspecto más importante de la producción agrícola. Hoy en día, se le dedica más atención a la sustentabilidad – un cambio que Haver atribuye a una generación más joven de investigadores y filólogos que trabajan para la agricultura.
Ha habido un énfasis en sustentar el ambiente a la vez que se mantiene el progreso económico. Haver reconoció estos importantes elementos, pero resaltó también el impacto social de la sustentabilidad.
“No tengo todas las respuestas, pero creo que es importante abordar los aspectos del medio ambiente, económico y social de la agricultura. También cree que estos factores deben ser abordarse sistemáticamente en lugar de silos”, indicó Haver.
Los productores agrícolas del Sur de California, en particular, son responsables de 7,800 millones de dólares en ingresos brutos y cerca de 100 mil trabajos directamente relacionados con la agricultura. Solo en el condado de Orange, donde Haver tiene su base en el Centro de Investigación y Extensión de South Coast, la agricultura produce 86 millones de dólares en producción económica, en donde los viveros se sigan a la cabeza como el principal producto, seguido por los árboles frutales, producción de verduras, ganado y colmenas.
Adaptado al español por Leticia Irigoyen del artículo en inglés. Editado por Diana Cervantes.
Bueno, como dice el viejo refrán, el diablo se ocupa de los detalles. En un reporte reciente, Daniel Sumner, director del Centro de Cuestiones Agrícolas de la UC, en Davis y la asistente de investigación, Nina M. Anderson exponen los detalles sobre este tema para ayudarnos a entender mejor el impacto que nuestras elecciones alimenticias puede tener en la conservación de nuestra preciada agua de California.
Para empezar, no todas las gotas de agua son iguales porque no todos los usos del agua tienen un impacto en la sequía de California, según explican los investigadores.
El agua y la sequía
Así que, ¿cuál agua tiene que ver con la sequía en California? Definitivamente se pueden incluir al agua de superficie y subterránea que se utilizan para el riego agrícola, así como el agua que se usa con propósitos urbanos, incluyendo industrias, comercios y residencias.
Y aquí hay varios ejemplos en los que el agua no está directamente relacionada con la sequía de California:
-- El agua usada en otro estado para cultivar alimento para animales que consume el ganado de California;
-- Agua usada en otro estado para producir crías de ganado que luego es trasladado a California para su consumo como alimento y,
-- La lluvia que cae en pastizales de California que no son irrigados. (Estudios muestran que los pastizales de pastoreo que no son irrigados en realidad descargan más agua hacia arroyos y ríos que los pastizales que no son de pastoreo, dijeron los investigadores).
Asimismo, la cantidad de agua que se absorbe en la tierra después de la irrigación de los cultivos no cuenta, y esa cantidad se puede cuantificar para cada cultivo.
Comparación del uso de agua para varios alimentos
Creo que ya se está dando una idea; este análisis sobre el agua que se usa para alimentos es complicado. Para este reporte, los investigadores examinaron cinco productos provenientes de plantas y dos de animales: almendras, vino, tomates, brócoli, lechuga, leche y bistecs.
Para determinar la cantidad exacta de agua que puede atribuírsele a cada alimento, los investigadores primero calcularon cuánta agua se debe aplicar para cultivar una porción de cada cultivo o producto de origen animal. Luego le restaron la cantidad de agua que no es relevante a la sequía de California, llegando a una segunda cifra sobre la cantidad de agua pertinente a la sequía usada para cada alimento.
Ellos proporcionaron una gráfica excelente (Ilustración 3) que hace ver esto más claro, comparando el agua total aplicada con el agua relevante a la sequía de California usada en los siete productos alimenticios.
La leche y bistecs se colocan a la cabeza con el total de agua usada: una taza de leche requiere 68 galones de agua y un bistec de tres onzas requiere un total de 883.5 galones de agua.
Pero cuando solo tomamos en consideración el agua pertinente a la sequía, una taza de leche requiere 22 galones de agua y ese filete de tres onzas solo 10.5 galones de agua. Recuerde, para poder evaluar el uso de agua pertinente a la sequía de California, necesitamos restar el agua de lluvia de los pastizales que no son irrigados y el agua que se aplica fuera del estados para la cría de ganado o alimento que eventualmente serán importados por productores de California.
“Increíblemente, una porción de bistec requiere mucho menos agua que una porción de almendras o un vaso de agua o copa de vino y casi lo mismo con una porción de brócoli o tomates estofados”, escriben Sumner y Anderson.
¿Aún sigue escéptico? Lea el reporte en la edición de enero-febrero de “Update”, el boletín de la Fundación Giannini de Economía Agrícola en http://bit.ly/1XKZxxC.
¡Buen Provecho!
Investigadores de la UC pueden rastrear reses, desde su nacimiento hasta la muerte, mediante la asignación de un simple número de identificación de 15 dígitos. Esto les permite obtener valiosa información para las investigaciones del ganado sobre fertilidad, genética y salud. Además les ayuda a seleccionar ganado para cría con las características de la carne deseadas como sabor y terneza.
En el mercado actual de la carne, una sola vaca puede cambiar de propietario muchas veces durante su vida al ser trasladada de su rancho de nacimiento, a los corrales de engorda, al rastro y finalmente al supermercado o carnicería. Durante este proceso se pierde información muy necesaria y, junto con esto, la capacidad de rastrear de qué vaca proviene originalmente algún filete.
Durante varios años los investigadores de UC Davis han estado usando etiquetas redondas electrónicas en las orejas de cada becerro que nace en la manada de investigación en el Centro Sierra Foothill de Investigación y Extensión de la UC, en las estribaciones del noreste de Sacramento.
Las etiquetas de orejas contienen un número de identificación de radiofrecuencia específico para cada vaca, el cual es escaneado con una varilla electrónica; este es un sistema similar al que se usa para rastrear los paquetes que son transportados de un día para otro o los libros en las bibliotecas. Los vaqueros usan un dispositivo portátil en donde ponen toda la información cuando el ganado bovino es procesado; esta es luego transmitida, vía una antena de acceso a distancia, a los bancos de datos en la computadora principal.
El sistema integrado de recolección de datos se está usando para emprender estudios sofisticados sobre genética del ganado, con el propósito de mejorar su reproducción”. El genotipo de cierto ganado vacuno y lechero se adapta mejor a sistemas de producción que dependen de pastos y heno”, escribieron en la edición de abril-junio del 2010 de la revista científica California Agriculture, los investigadores de Extensión Cooperativa de la UC Alison Van Eenennaam y sus colegas. “Esto puede incluso hacer posible la selección de animales para que puedan crecer a un tamaño determinado con menos alimento ó que sean menos susceptibles a ciertas enfermedades”.
“Estas tecnologías también brindan un gran potencial para hacer posible una producción de productos animales más nutritivos y seguros. También pueden ayudar a que los consumidores seleccionen carne de animales, con una huella ecológica reducida – es decir criados de tal manera que se tiene muy en cuenta su impacto en el medioambiente – y, a la vez, mejorar el bienestar de los animales dada la disminución en enfermedades”.
Preparado por Janet Byron
Adaptado al español por Norma De la Vega