- Author: Alberto Hauffen
Marzo es el Mes de la Nutrición
A pesar de la abundancia de alimentos que produce la agricultura de California, la nutrición de muchas familias de trabajadores agrícolas carece de esos importantes alimentos. Ese es el caso de London, una pequeña comunidad rural en el condado de Tulare.
La educadora comunitaria Marianna López, del programa de educación de nutrición de Extensión Cooperativa de la Universidad de California, ha estado enseñando a familias de bajos ingresos de London cómo preparar comidas sanas, aprovechando cualquier recurso disponible.
ENGLISH SUMMARY: Regardless of the abundance of healthy foods produced in California, many farmworkers and their families lack nutritious foods in their diet. That is the case in London, where UCCE Tulare County nutrition educator Marianna López teaches how to improve nutrition to low-income families. |
“Lo que espero lograr es traer a la comunidad información sobre la nutrición para que puedan hacer lo más posible con lo que tienen, con las comidas como las que estaban dando hoy”, explicó López refiriéndose a las despensas que reparten los bancos de comida. “Les estuvieron dando frijoles, leche y muchas comidas de lata. Y una cosa que noté es que mucha gente no quería cosas de lata. Por ejemplo, la zarzamora enlatada; porque no saben qué es, no la llevaban. Nada más agarraban lo que conocían”.
Desde principios del año pasado, López viaja dos veces por semana para impartir sus clases de nutrición en London, que “es un pueblito tan chiquito como muchos que hay aquí en el condado de Tulare”, dijo ella.
“Cuando tuvimos la oportunidad de estar ahí y participar en el evento del desfile de Navidad, miramos a la gente, miramos el pueblo y supe ese día: Tengo que venir aquí y tratar de darles estas clases y que ojalá puedan sacar lo máximo de las clases”, contó la educadora comunitaria.
Ella espera continuar dando sus clases en la futura bliblioteca pública de London que está siendo creada gracias a los esfuerzos de Rob Isquierdo, quien creció en ese poblado localizado lejos de carreteras. Hace dos años, como maestro de inglés en una preparatoria de Santa Clarita, Isquierdo se propuso crear la biblioteca cuya construcción comenzará el viernes, informó López.
“De lo que él me contó es que él quiere mejorar el pueblo de donde vino. Quiere que tenga una biblioteca para que los niños puedan ir a aprender y mejorarse”, dijo ella. “Cuando escuché eso dije, yo también quiero hacer algo. Y lo que podemos hacer nosotros es ponernos en comunicación y entrar a la comunidad y tratar de ofrecer lo que tenemos”.
El poblado dista mucho del Londres (London, en inglés) británico. El London californiano tiene poco más de dos mil habitantes y ningún supermercado donde ellos puedan comprar las frutas y verduras frescas y otros alimentos que se recomiendan para una buena salud.
“Hay casi nada. Las únicas tiendas que tienen son tiendas chicas. No hay tiendas de comprar comida”, indicó la educadora de nutrición. “Tienen que salir. Imagino que la más cerca sería probablemente en Dinuba, o hasta Visalia. Y estos lugares quedan a unos 30 minutos o más de ahí de London”.
En su primera reunión con madres de familias, López les hizo ver los nutrientes que hay en los alimentos que reparten los bancos de comida.
“‘Miren, en nuestras clases vamos a aprender cómo preparar comidas saludables. Podemos usar comidas enlatadas, como las que están aquí’. Las comidas que les están dando es comida con nutrición. Y, nada más por no saber lo que es, no la estaban tomando y llevándosela”, relató.
López dijo haber escuchado comentarios de personas que relacionan los productos comestibles enlatados con “la comida de perro. Pero eso no es verdad. Tienen muchas vitaminas y nutrición. Y cuando doy clases usamos muchas de estas comidas enlatadas”.
En su primera clase, López puso en práctica una de las muchas recetas que se incluyen en las clases de nutrición de la UC.
“Se llama 3-can chili, chili de tres latas: una lata de frijoles, una lata de elote y una lata de tomate picado. Y se mezcla todo junto. Se le echa un poquito de un sazón que se llama chili, chile en polvo que tiene diferentes sazones. Es bien rico! Lo hacemos rápidamente, con las latas, ahí en la clase. ¡Y el aroma que suelta!”, explicó. “Cuando todos en la clase tienen la oportunidad de probarlo, ¡cómo les encanta! Y les digo, ‘Ven. Fue de lata. Algo bien simple, rápido y con mucho hierro y vitaminas. Y se puede hacer con tres latas'".
Por supuesto, López recalca la importancia de incluir frutas y verduras frescas en la alimentación. Pero enfatiza encontrar maneras de aprovechar los alimentos enlatados que reciben muchas familias de escasos recursos.
“Es una de las cosas que espero traer con estas clases, que empiecen a mirar que no necesitan tener mucho dinero para poder comer más saludable, especialmente con el alto nivel de diabetes que está dondequiera, es importante empezar a mirar que pueden comer más saludablemente con lo poco que tienen”, dijo la educadora.
Según un estudio de la Universidad de California en Los Ángeles, la tasa de prediabetes en el condado de Tulare es 44 por ciento y 14 por ciento de diabetes. El 46 por ciento, o 13 millones de adultos en California tienen prediabetes, el precursor de la diabetes tipo 2 que afecta a 2.5 millones, o al 9% de los californianos. La diabetes ocurre cuando el nivel de glucosa, o azúcar en la sangre, se eleva de tal manera que el organismo no puede procesarla. Esa enfermedad aumenta el riesgo de amputación, ceguera, fallas renales y enfermedades cardiovasculares que pueden resultar en muerte prematura.
La mejor manera de prevenir el desarrollo de diabetes es mediante una alimentación baja en grasas y azúcar y alta en frutas, verduras y granos integrales y la actividad física para evitar el exceso de peso, como se recomienda en las clases de nutrición de Extensión Cooperativa de la UC.
“Con las clases aprendimos cómo se puede comer más saludablemente, especialmente con poco dinero. Si no es completamente fresca la comida, todavía podemos comer de lata o comida congelada, como las verduras congeladas”, indicó López. “Una de las mamás no sabía que la verdura congelada es igual de buena que la fresca. Y fue una de las cosas que les enseñé. Hicimos recetas ahí en la clase. Eran más bajas en grasa, más saludables y cuando las probaron les encantó. Y fue bien rápido”.
A menudo, las estudiantes en la clase de López exponen su temor de que sus esposos rechacen los platillos sin carnes.
“Y yo entiendo. La carne es algo que, especialmente los esposos, dicen que la quieren, la necesitan. Son carnívoros. Mi experiencia con mi esposo, también es así”, contó ella. “Cuando empezamos a hacer los cambios, a tratar comidas con menos carne, él notó que qué buena estaba. Y le gustó”.
Aunque las carnes son buenas fuentes de la proteína que necesita el cuerpo, López hace ver que también puede obtenerse de alimentos de origen vegetal.
“En una de las clases hablamos sobre eso y expliqué que toda la proteína que viene del animal contiene alta grasa saturada. Ya sea la carne, la leche, los huevos. Uno debe consumirla un poco menos”, dijo. “Desafortunadamente, cuando nos servimos, en muchos casos aquí la carne es más de la mitad del plato. Y contiene mucha grasa saturada, mucho colesterol”.
López hace ver que comer carne a diario y en grandes porciones perjudica la salud, “especialmente con todas estas enfermedades crónicas: diabetes, colesterol alto, la presión alta, todo eso nos está afectando. Y necesitamos empezar a cambiar, a elegir la proteína con menos grasa más frecuentemente”, aseveró la educadora.
Ella pone como ejemplo la proteína de los frijoles.
“Son perfectos para proteína. Y les enseño también que miren la porción de proteína que uno necesita al día. Ni es mucha, solo son como seis onzas”, indicó. “Cuando les doy el ejemplo de carne, sería una hamburguesa, una doble cheese burger, con las dos carnes. Eso sería todo lo que necesita uno de proteína al día”.
Sobre todo, López hace ver que el objetivo de las clases no es poner a dieta a los estudiantes.
"Siempre empiezo y les digo: esta clase no es una clase de dieta. No vamos a aprender cómo estar flaquitas cuando acabemos con las ocho semanas de clases. Es una clase en donde vamos a aprender si de veras quieren empezar a vivir una vida más saludable”, señaló.
Según López, la meta de las clases es proveer los primeros pasos para hacer los cambios que ayudan a gozar de buena salud.
“No solo hablamos de la nutrición, también hablamos de la actividad física. Y lo que se recomienda es 30 minutos por lo menos al día para un adulto y 60 minutos para un niño. Siempre les dejo saber eso. No es nada más el comer saludable; también la actividad física es bien importante”, concluyó la educadora de nutrición de la UC.
Encuentre más información relacionada con nutrición en el sitio del Servicio de Información en Español de UC ANR (www.español.ucanr.edu).
Una iniciativa para mantener y mejorar la salud de comunidades y familias es parte de la Visión Estratégica 2025 (Strategic Vision 2025) de la División de Agricultura y Recursos Naturales de la UC.
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