- Author: Norma De la Vega
La investigación denominada “Nutrición y los trastornos de la conducta: depresión y ansiedad,” publicada, marzo 2021, en la revista científica de la Academia de Oxford, indica que una de cada tres personas en los Estados Unidos ha experimentado un trastorno de ansiedad a lo largo de su vida, y las mujeres experimentan ansiedad a tasas dos veces mayores que las de los hombres.
“Los azucares tienen un efecto calmante en el corto plazo, pero a largo plazo provoca cambios en el nivel de azúcar en la sangre lo que causa depresión, ansiedad y realmente perjudica la salud con mayor riesgo de diabetes algo que es prevalente en la comunidad latina,” sostiene Gail Woodward-Lopez del Instituto de Políticas de Nutrición NPI y una de las colaboradoras de la investigación. La investigación nacional encontró que una mala alimentación, deficiente en nutrientes y con altoconsumo de azucares y grasas puede generar depresión y ansiedad.
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El hallazgo tiene profundas implicaciones en el cuidado de la salud general porque no hay salud sin salud mental. Algo crucial en el contexto de COVID-19 que ha afectado a todos en el país, pero especialmente a los latinos.
La ansiedad y depresión afecta a todos y, hay factores genéticos y externos que también influyen, por ejemplo, las personas que enfrentan situaciones difíciles como la pobreza son más vulnerables. “Aquí en Estados Unidos los latinos tienen mayor susceptibilidad porque tienen proporciones mayores de gente con pocos recursos y gente nueva en esta cultura como los inmigrantes.”
Woodward-Lopez subraya que una manera práctica de evitar problemas de salud física y mental es consumiendo alimentos saludables la mayor parte del tiempo, especialmente las verduras y frutas, dormir suficiente y hacer ejercicio. Además de cuidar y respetar el cuerpo manteniendo una buena relación con la comida, sin excesos ni privaciones.
“No castigarse a uno mismo. Se puede alcanzar salud a cualquier peso con actividad física y tratando bien nuestro cuerpo, respetándolo a cualquier peso que tengamos. A veces perdemos peso y a veces no, pero siempre tiene beneficios comer saludable y gozar de las comidas,” indica Woodward-Lopez y ofrece las siguientes recomendaciones.
- Seguir la guía de Mi Plato - Una alimentación saludable a base de verduras, frutas, proteína magra como pollo, pescado y grasas saludables como nueces, aceites vegetales, aguacates. Granos enteros como cereales y pan integral. Limitar bebidas endulzadas, dulces, comidas fritas y procesadas, cereales refinados, harinas y arroz blanco. Recuerde que el azúcar tiene un efecto calmante a corto plazo que produce una sensación de bienestar, pero a larga genera obesidad, diabetes, ansiedad y depresión.
- Consumir los nutrientes que ayudan a la salud mental directamente de los alimentos, en lugar de vitaminas - Las verduras de hoja verde como las espinacas protegen el cerebro. Los frutos secos, las semillas y las legumbres, los frijoles y las lentejas, también son excelentes alimentos para el cerebro. Los mariscos y pescado porque contiene grasas saludables tanto como el aguacate, aceite de oliva, y todo tipo de nueces.
- Practicar actividad física - El ejercicio es un aspecto crítico para la salud en general, pero especialmente en la era de COVID-19 porque las personas están enfrentando más estrés. La investigación ha comprobado que las personas que incluyen en su rutina la actividad física se sienten más felices.
“La actividad física tiene un efecto muy fuerte en la salud mental porque ayuda a producir endorfinas que son las que te hacen sentirte feliz, es la respuesta química del cuerpo. La gente habla de la energía de los corredores y no se necesita correr, caminar también ayuda y se puede empezar con 10 minutos,” concluye la experta.