- Author: Myriam Grajales-Hall
RIVERSIDE-(UC)--Son muchos los factores que pueden afectar el tiempo necesario para cocer un pavo entero, desde el tipo de recipiente y si usa papel de aluminio, hasta la calibración del termostato del horno.
Las economistas del hogar de Extensión Cooperativa de la Universidad de California recomiendan que siempre se use un termómetro para carnes para asegurarse que tanto la carne del pavo como el relleno han alcanzado la temperatura interna necesaria para destruir bacterias y evitar que usted o sus seres queridos se enfermen. Usar un termómetro también evita que el pavo quede demasiado cocido.
Antes de meter el pavo al horno, revise que esté descongelado completamente. Para asegurarse que quede bien cocido, ponga el horno a por lo menos 375º Fahrenheit. No necesita calentar el horno con anticipación.
Si va a rellenar el pavo y no tiene un termómetro especial para carnes, cocine el relleno, fuera del pavo, en un recipiente aparte. Mezcle los ingredientes justo antes de rellenarlo. El relleno no debe quedar apretado.
Coloque el pavo con la pechuga hacia arriba en un recipiente para hornear de 2 a 2 1/2 pulgadas de profundidad. Si lo desea, puede meter las puntas de las alas bajo los hombros del pavo y agregar 1/2 taza de agua al fondo del recipiente. Puede también colocar papel de aluminio en forma de carpa sobre la pechuga del pavo durante la primera hora u hora y media y luego quitarla para dorar el pavo. O puede poner la carpa de papel de aluminio después de que la piel del pavo ya tenga el color dorado que desee.
Por seguridad y para asegurar un buen cocimiento, debe medir la temperatura interior del pavo con un termómetro para carnes. En la parte más gruesa del muslo de un pavo entero, la temperatura debe alcanzar 180º F y el centro del relleno debe indicar 165º F antes de que saque el pavo del horno. La pechuga debe llegar a una temperatura de 170º F.
Si no dispone del termómetro necesario, y su pavo no tiene relleno, puede asegurarse que está bien cocido de la siguiente manera: pique el pavo con un tenedor en diferentes lugares. El jugo que salga debe ser claro, sin señas de color rosa. Espere 20 minutos antes de sacar el relleno, rebanar y disfrutar su pavo. Si no tiene un termómetro, es más aconsejable que hornee o cocine el relleno fuera del pavo, en un recipiente aparte.
El tiempo de cocimiento que se sugiere a continuación es para pavos frescos o que han sido completamente descongelados en el refrigerador a una temperatura no menor de 40 º F.
Si solamente va a cocer la pechuga del pavo, calcule entre 1 1/2 a 2 1/4 horas si pesa entre 4 y 6 libras o 2 1/4 a 3 1/4 horas si pesa de 6 a 8 libras.
Para un pavo entero, sin relleno, calcule:
De 8 a 12 libras.................2 3/4 a 3 horas
De 12 a 14 libras...............3 a 3 3/4 horas
De 14 a 18 libras............... 3 3/4 a 4 1/4 horas
De 18 y 20 libras................4 1/4 a 4 1/2 horas
De 20 y 24 libras................4 1/2 a 5 horas
Un pavo relleno necesita más tiempo para cocerse para que tanto el relleno como el pavo alcancen la temperatura interna necesaria para asegurar el cocimiento adecuado y destruir las bacterias:
De 8 a 12 libras..................3 a 3 1/2 horas, necesitará
De 12 a 14 libras................ 3 1/2 a 4 horas
De 14 a 18 libras................ 4 a 4 1/4 horas
De 18 a 20 libras................ 4 1/4 a 4 3/4 horas
De 20 a 24 libras................ 4 3/4 a 5 1/4 horas
Usted puede acelerar el tiempo de cocimiento de su pavo si lo pone dentro de un recipiente para hornear de color oscuro. Los recipientes de metal brillantes hacen que tarden más en cocerse el pavo. También puede acelerar el cocimiento si mete el pavo dentro de una bolsa especial para cocer pavos o si lo hornea en una pavera o recipiente con tapa. Por otro lado, recuerde que un pavo que no esté completamente descongelado tardará más en hornearse. El cocimiento también se retrasará si pone una "carpa" de papel de aluminio sobre todo el pavo, en vez de colocarla solamente sobre la pechuga.
- Author: Myriam Grajales-Hall
RIVERSIDE-(UC)--Tal vez usted sea una de las muchas personas que compran un pavo congelado para la cena del Día de Acción de Gracias. Si es así, tenga muy en cuenta que tan pronto lo empiece a descongelar, cualquier bacteria que haya estado presente antes de congelarlo ahora puede empezar a reproducirse. Por eso es importante que tenga cuidado al descongelar el pavo o cualquier otra carne.
Las economistas del hogar de Extensión Cooperativa de la Universidad de California recomiendan tres maneras seguras para descongelar los alimentos: en la nevera o refrigerador, bajo agua fría y en el horno de microondas. La razón por la cual es peligroso descongelar carnes o aves en el mostrador de la cocina es que, después de dos horas, aunque el centro de la carne siga congelado, la capa exterior ya está en la "zona peligrosa" entre los 40 y los 140 grados Fahrenheit. A estas temperaturas, las bacterias en los alimentos se multiplican rápidamente. Las economistas del hogar ofrecen estas recomendaciones:
Para asegurarse que el pavo congelado se mantenga en buen estado, llévelo directamente a casa tan pronto lo compre. Métalo en el congelador o en el refrigerador, si quiere empezar a descongelarlo. No lo deje a temperatura ambiente para evitar la propagación de bacterias.
Para descongelar el pavo en el refrigerador, planee con anticipación. Se necesitan 24 horas por cada 5 libras en una nevera a una temperatura de 40 º F. Tenga en cuenta que algunos refrigeradores enfrían más en algunos lugares que en otros. Si pone el pavo en la parte más fría del refrigerador, necesitará más tiempo para descongelarlo. También necesitará más tiempo para descongelarlo si su refrigerador tiene entrepaños de cristal y no de alambre.
Si el pavo que compró pesa de 8 a 12 libras, necesitará de uno a dos días para descongelarlo en el refrigerador. Si pesa de 12 a 16 libras, necesitará de dos a tres días. Planee de tres a cuatro días si el pavo pesa entre 16 y 20 libras y calcule de cuatro a cinco días si pesa entre 20 y 24 libras.
Si no dispone de suficiente tiempo para descongelar el pavo en el refrigerador, puede hacerlo bajo agua fría. Necesitará 30 minutos por cada libra. Meta el pavo en una bolsa de plástico, asegurándose que no le entre agua por ninguna parte. Si entra agua, puede traer bacterias e introducirlas al pavo. También es importante que no entre agua a la bolsa, para que la carne del pavo no quede aguada, pues puede absorber el agua como si fuera esponja.
Una vez que tenga el pavo dentro de una bolsa sin agujeros, sumérjalo bajo el agua fría de la llave. Revise el agua frecuentemente para asegurarse que se mantenga fría. Cambie el agua cada 30 minutos hasta que el pavo esté descongelado.
Con este método, necesitará de cuatro a seis horas si el pavo pesa de 8 a 12 libras; seis a ocho horas si pesa entre 12 y 16 libras; ocho a diez horas si pesa de 16 a 20 libras, y de diez a doce horas si pesa entre 20 y 24 libras.
Si descongela el pavo sumergido en agua fría, debe cocerlo tan pronto esté descongelado. Ya cocido, puede volver a congelar la carne sobrante.
El tercer método para descongelar el pavo sin poner en peligro su salud y la de sus seres queridos es usando el horno de microondas. Siga las instrucciones del empacador para descongelar el pavo de esta manera. Planee cocerlo inmediatamente después de descongelado, ya que algunas partes del pavo pueden calentarse y empezar a cocerse dentro del horno de microondas. No se recomienda que deje el pavo parcialmente cocido porque todavía quedaría viva cualquier bacteria presente.
Después de cocido, la carne de un pavo que fue descongelado en el microondas puede volverse a congelar.
- Author: Myriam Grajales-Hall
RIVERSIDE-(UC)--Para disfrutar el tradicional pavo este Día de Gracias, no es necesario que lo prepare usted misma. Hay a la venta cenas de pavo completas, preparadas para llevar o, si lo prefiere, puede comprar un pavo cocido refrigerado o un pavo cocido congelado.
Si decide aprovechar una de estas convenientes opciones, las economistas del hogar de Extensión Cooperativa de la Universidad de California recomiendan que siempre se tenga mucho cuidado al manejar el pavo y los demás alimentos para evitar que se puedan contaminar y causar enfermedades. He aquí varias recomendaciones:
Si compra una cena preparada, cómprela caliente y manténgala así hasta la hora de servirla. No es suficiente con mantenerla tibia, pues las bacterias dañinas se multiplican a temperaturas entre 40º y 140 grados Fahrenheit. Use un termómetro para carnes para asegurarse que mantiene el guajolote a por lo menos 140º F. También es importante mantener calientes el relleno y demás platillos. Cúbralos con papel de aluminio para evitar que se resequen.
Si va a esperar más de dos horas para comer una cena preparada, no es una buena idea tratar de mantener los alimentos calientes por tanto tiempo. Se recomienda que saque todo el relleno de la cavidad del pavo. Separe la carne del pavo de los huesos y corte la pechuga en rebanadas. Puede dejar enteros los perniles y alas. Meta toda la carne del pavo inmediatamente al refrigerador. Guarde el jugo o salsa del pavo, las papas, verduras y demás platillos en recipientes poco profundos y manténgalos refrigerados.
Cuando vayan a comer el pavo preparado, caliéntelo completamente a 165º F hasta que le salga vapor. El jugo o salsa debe dejarse hervir. Si los alimentos no se calientan lo suficiente, pueden albergar bacterias que transmiten enfermedades. Si usa el horno de microondas para calentar la cena, dele vuelta a la charola o recipiente en que están los alimentos para que calienten por parejo. Siga las instrucciones del fabricante del horno.
Si elige una cena refrigerada ya preparada, vuelva a meter todo al refrigerador tan pronto llegue a casa con los alimentos. (No debe dejar que pasen más de dos horas antes de refrigerarlos). Si el pavo viene entero y tiene el sello de aprobación del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), lea las instrucciones del empacador para determinar si lo puede calentar entero. Si no, corte la pechuga en rebanadas. Puede dejar enteros los perniles y alas, en recipientes poco profundos. Tenga todo en el refrigerador hasta el momento de meterlo al horno para calentarlo. Asegúrese de usar la cena antes de que pasen dos días.
Si decide comprar un pavo cocido congelado, fíjese que tenga el sello USDA. Así sabrá que fue procesado bajo condiciones controladas. Siga las instrucciones del empacador para descongelarlo, calentarlo y guardar los sobrantes.
Si no trae instrucciones, descongele el pavo cocido, sin quitarle la envoltura, sobre una charola en el refrigerador. Tardará como un día por cada 5 libras de peso. Si es una cena completa congelada, los paquetes de relleno, salsa para el pavo y papas tardarán menos en descongelarse. Los paquetes de verduras que acompañan al pavo pueden meterse al horno sin descongelarse.
Una vez descongelados, use el relleno y el jugo o salsa antes de que pasen 2 días. Puede servir el pavo en frío o calentarlo a 165º F antes de que pasen 3 o 4 días. Para recalentarlo, separe la pechuga de los huesos y córtela en rebanadas. Puede dejar enteras las piernas y alas.
Después de disfrutar de su cena, es muy importante que no deje los sobrantes sin refrigerar o meter al congelador por más de dos horas. Ponga todos los sobrantes en recipientes poco profundos. Si desea, los puede congelar aunque los haya comprado congelados.
Los sobrantes de un pavo cocido pueden durar de 3 a 4 días en el refrigerador a 40º F; el relleno y la salsa de 1 a 2 días; y los demás sobrantes cocidos de 3 a 4 días.
Si congela los sobrantes a una temperatura no mayor de 0º F, las piezas o rebanadas de pavo tendrán mejor sabor si se comen antes de 4 meses. Si la carne está cubierta por caldo, jugo o salsa, puede durar hasta 6 meses. Otras aves cocidas pueden durar de 4 a 6 meses. El relleno y el jugo o salsa del pavo pueden durar 1 mes. Recuerde que cualquier alimento congelado por mucho tiempo se puede comer sin peligro para la salud, pero puede perder mucho sabor y humedad dentro del congelador.
- Author: Myriam Grajales-Hall
SALINAS-(UC)--Al llegar las fiestas decembrinas, aumentan las ocasiones para reunirse con compañeros de trabajo, amistades y familiares. Al preparar platillos para llevar y compartir en reuniones, es importante tener en cuenta algunas medidas básicas para evitar que los alimentos se echen a perder y las bacterias enfermen a los concurrentes.
Janice Harwood, consejera de nutrición y asuntos de la familia y del consumidor con Extensión Cooperativa de la Universidad de California, recomienda estas pautas:
· Al ir de compras, envuelva la carne y aves en una bolsa plástica o guárdelas por separado de las frutas y verduras, las cuales pueden contaminarse si los jugos de la carne le escurren encima. Dado que se acostumbra comer frutas y verduras en crudo, cualquier toxina que las bacterias produzcan no se destruirá y podría enfermar a quien las coma.
· Enjuague muy bien las frutas y verduras antes de servirlas. Aunque las bacterias que producen toxinas se encuentran en el excremento de los animales y no en las frutas y verduras, se ha sabido de casos de enfermedad causados por las bacterias E. coli 0157:H en lechugas y otras verduras y frutas. Lo más probable es que estas hayan sido contaminadas al cultivarlas o al transportarlas al mercado. Lave incluso todos los melones, aunque tengan la cáscara gruesa pues, al cortarlos, el cuchillo puede introducir dentro de la fruta las bacterias que se encuentren en la cáscara.
· Al cocinar bistecs, no use un tenedor para darle la vuelta. Use una espátula o tenazas de cocina. A diferencia de la carne molida donde las bacterias se encuentran por toda la carne, los bistecs y otros cortes solamente albergan bacterias en la superficie. Si mete un tenedor para voltear la pieza de carne, las bacterias pueden pasar a su interior y contaminarla.
· Cocine toda las carnes y aves hasta que alcancen una temperatura de 160° Fahrenheit. Cuando la carne está bien cocida, no tiene un color rosado y los jugos son claros, sin ningún rastro de color rosado o rojo.
· Lave todo lo que haya estado en contacto con carne o aves crudas, inclusive las manos, utensilios, tablas para picar y el mostrador o mesa de la cocina. Lave también las esponjas o trapos de fregar que usó para limpiar las superficies que estuvieron en contacto con la carne o aves crudas.
· Cuando pida en un restaurante una hamburguesa o platillos hechos con carne molida, pida que se los sirvan bien cocidos.
· Lávese muy bien las manos después de cambiar el pañal de un niño.
- Author: Myriam Grajales-Hall
DAVIS
(UC)-
A pesar de los avances logrados en los últimos 50 años para mejorar la
nutrición, en Estados Unidos hay severas deficiencias nutricionales entre niños
y personas de edad avanzada que los hace más vulnerables a ciertos tipos de
sustancias tóxicas. Lo anterior se desprende de un estudio realizado por
investigadoras de Extensión Cooperativa la Universidad de
California.
Según
el estudio, la falta de ciertos nutrientes en la dieta de los niños y los
ancianos los pone en mayor riesgo del efecto de sustancias tóxicas, incluidos
los pesticidas, que se encuentran en el medio en que viven. Un ejemplo son los
nutrientes denominados "antioxidantes" los cuales ayudan a contrarrestar los
efectos tóxicos de pesticidas a base de fosfatos
orgánicos.
Irónicamente,
la falta de estos nutrientes - especialmente la vitamina E- que se encuentran en
su forma natural en frutas, verduras y granos es mayor entre los trabajadores
del campo y sus hijos.
"Los
trabajadores agrícolas de bajos ingresos y sus hijos, quienes corren un mayor
riesgo de exposición a los pesticidas, a menudo no consumen suficientes frutas y
vegetales que contienen estos importantes nutrientes", afirma el artículo
publicado en la edición septiembre/octubre de California Agriculture, que
publica la División de Agricultura y Recursos Naturales de la Universidad de
California.
El
estudio menciona que muchas agencias de salud coinciden en que los trabajadores
del campo y sus familias registran tasas elevadas de desnutrición, lo que
predispone a sus hijos a problemas de salud como enfermedades respiratorias y
cánceres, porque son más susceptibles a los efectos de los
pesticidas.
A
pesar de que el estado de nutrición de los estadounidenses es relativamente
bueno, gracias a alimentos procesados como cereales y productos lácteos que se
fortifican con vitaminas y minerales, la nutrición de un gran segmento de la
población dista de calificarse como óptima, anota el artículo. La falta de
nutrientes afecta tanto a niños de familias de bajos ingresos como a los de
ingresos altos.
El
grupo de investigadoras, encabezadas por la nutricionista Sheri Zidenberg-Cherr,
encontró que entre 24% y 13% de niños hay un bajo consumo de minerales como
calcio, hierro y cobre. De manera similar, muchos ancianos llevan una dieta que
les provee menos de dos terceras partes del consumo diario recomendable de vitaminas y minerales esenciales para
gozar de buena salud.
Otros
estudios coinciden en que el estado de nutrición influye en la susceptibilidad
del individuo a contaminantes que se encuentran en el medioambiente, incluidos
los pesticidas, el plomo y otros metales tóxicos.
En
niños y adultos que padecen de anemia a causa de la deficiencia de hierro en su
dieta, hay una mayor absorción del plomo, una sustancia altamente tóxica, que se
encuentra ya sea en forma de gas o polvo en el medioambiente. Aunque las
investigadoras señalan que se requieren estudios más a fondo, enfatizan que una
nutrición adecuada, a cualquier edad, ayuda a reducir la susceptibilidad a los
contaminantes.
El
estudio comparó las dietas de niños hispanos, entre uno a cuatro años de edad,
pertenecientes a familias de bajos ingresos de los condados de Fresno, San
Bernardino y Tulare con la de niños anglosajones de familias de ingresos altos
en el condado de Sonoma. En ambos grupos se encontraron consumos inadecuados de
calcio, hierro, cobre y cinc. El estudio señala que la deficiencia de cinc
aumenta la susceptibilidad a la toxicidad del plomo.
El
consumo diario de cinc en la dieta de estos niños es cerca de dos terceras
partes menos del que se recomienda.
Curiosamente,
la deficiencia es más elevada en niños de familias de ingresos elevados, 76%,
comparada con 60% en niños de familias de bajos ingresos. Las investigadoras lo
atribuyen al hecho de que las familias de ingresos altos comen menos carne
porque la consideran menos saludable, debido a su contenido de grasa. Las carnes
son una rica fuente de hierro.
El
estudio incluyó el contaje de plomo en la sangre. El Centro Nacional para el
Control de Enfermedades (CDC) define 10 microgramos por decilitro como nivel
permisible.
Los
niveles encontrados en el estudio van de 5 a 14 microgramos. Sólo el 2% de los
niños de familias de ingresos altos registró un nivel mayor de 5. Pero 25% de
los niños de familias de bajos ingresos sobrepasaron esa
marca.
También
se realizó un análisis de la dieta de 80 residentes latinos de 60 a 93 años en
los condados de Kern y Fresno. Se encontró que la alimentación de una gran
proporción de ellos provee menos de dos terceras partes del consumo diario
recomendado de vitaminas y minerales.
"Estos
individuos también podrían tener una mayor sensibilidad a ciertas sustancias
tóxicas que se encuentran en el medioambiente", indica el artículo. Agrega que
"es imperativo que las agencias reguladoras al nivel federal, estatal y local
consideren factores como el estado nutricional al realizar estudios para evaluar
los riesgos a la salud de la población".
Las
investigadores recomiendan, como meta a largo plazo, que se identifiquen maneras
para mejorar la nutrición de la población en general. Y ya identificadas, que se
desarrollen estrategias intensivas para asegurar que todos los segmentos de la
población puedan gozar de una dieta adecuada, particularmente para los sectores
que se encuentran en mayor riesgo. El estudio enfatiza la necesidad de comenzar
cuanto antes a evaluar las distintas necesidades nutricionales de la población.
Y para ello urgen la utilización de especialistas, educadores y otros recursos
de la Universidad de California.
"Tendremos
que desarrollar nuevos programas educativos y de intervención para hacer frente
a esta realidad", concluyen las investigadoras.
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NOTA:
Además de Zidenberg-Cherr, en el estudio colaboraron Michelle R. Neyman,
profesora de la Universidad Estatal de California en Chico; Krista Fechner,
escritora técnica de International Microcomputer Software; Jeanette
Sutherlin, Margaret Johns, Cathi
Lamp y Connie Garrett, asesoras de nutrición y ciencias de la familia y del
consumidor de Extensión Cooperativa de la Universidad de California; y Carl L.
Keen, director y profesor del departamento de Nutrición de la Universidad de
California en Davis.
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