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¿Cómo cambiará la tecnología el futuro de los alimentos?
Más de 300 personas se reunieron el pasado 27 de junio en Mountain View para la cuarta edición de la conferencia FOOD IT: Fork to Farm para discutir el papel de la información tecnológica en el sistema alimentario – desde el manejo de los cultivos en el campo hasta cómo enfrentar el desperdicio de alimentos entre los consumidores.
El evento, auspiciado por The Mixing Bowl, atrajo a profesionales que se entrecruzan con cada parte del sistema alimentario, desde científicos a granjeros y empresarios a inversionistas de capital de riesgo.
Los panelistas discutieron el cambio de poderes debido al aumento de consumidores que de alimentos tecnológicamente habilitados, sus efectos en la producción y suministro de alimentos, así como sus implicaciones en la sociedad.
VP Glenda Humiston anunció que UC ANR está por lanzar el proyecto VINE (Verde Innovation Network for Entrepreneurship) para cultivar ecosistemas regionales innovadores y empresariales en comunidades rurales. Encabezado por Gabriel Youtsey, jefe de innovación de UC ANR, VINE tiene como objetivo reunir recursos como centros para el desarrollo de pequeños negocios, colegios comunitarios, oficinas condales de extensión cooperativa, laboratorios, incubadoras y aceleradores.
“Estamos intentando ir región por región para catalizar una coalición”, dijo Humiston. “Queremos asegurarnos que los innovadores e inventores puedan ir de una idea a la comercialización con todo el apoyo que necesiten”.
VINE conectaría a los innovadores con la asistencia legal, con alguien con quien hablar de finanzas, acceso a personas que los puedan ayudar con planes de negocios y oportunidades de asociarse a la universidad en proyectos de investigación conjuntos.
“Queremos que sea posible para todos en California tener acceso a todo ese apoyo”, mencionó Humiston. “Si se encuentra en una área urbana o cerca de un campus (universitario), probablemente tenga acceso a estos recursos. Si se encuentra dentro de la agricultura, recursos naturales o comunidades rurales más remotas usted típicamente tiene poco acceso”.
Los decanos universitarios de agricultura de la Universidad del Estado de Iowa, Cal Poly y UC Davis que participaron en un panel que moderó Humiston, se lamentaron de la falta de interés de los jóvenes en la agricultura.
"Todos quieren ser vegetarianos, pero nadie quiere ser un científico en botánica”, señaló Helene Dillard, decano de la Facultad de Agricultura y Ciencias del Medioambiente de la UC Davis.
Humiston indicó que la agricultura no solo es para los jóvenes. Vemos a personas haciendo cambios a mitad de sus carreras.
Durante todo el día, varias personas especularon sobre si la compra de Whole Foods por parte de Amazon va a revolver las cosas. Andy Thulin, decano de la Facultad de Agricultura, Alimentos y Ciencias del Medioambiente de Cal Poly manifestó que la tecnología vuelve a los alimentos “sexy”.
Wendy Wintersteen, decana de la Facultad de Agricultura y Ciencias Vivas de la Universidad del Estado de Iowa, dijo que los consumidores están más informados. La generación de los llamados millennials quiere saber qué hay en sus alimentos y se preocupa sobre la seguridad alimentaria, alergénicos y está dispuesta a gastar más en alimentos.
Durante la discusión en un panel sobre el tema Changing Food Preferences of the Tech-Enabled Consumer (Cambiando las preferencias alimenticias de los consumidores tecnológicamente habilitados, la directiva de Walmart, Katie Finnegan hizo notar que Apeel, un producto que recubre las frutas y verduras y las mantiene frescas durante más tiempo, pudiera reducir el desperdicio de alimentos y cambiar la cadena alimentaria. “Un cambio pequeño puede tener un gran impacto”, dijo Finnegan.
Durante años, la expectativa de vida para los estadounidenses se ha incrementado gradualmente. El año pasado, por primera vez, la expectativa de vida se redujo debido a la obesidad y pobreza, indicó Justin Siegal del Centro Genome de la UC Davis.
Kevin Sánchez del Banco de Alimentos del condado de Yolo manifestó que ha venido establando una relación con las granjas para obtener alimentos frescos para la gente, pero agregó que “tenemos un problema de almacenamiento”.
Al hablar sobre Upstream Production Impacts of New Consumer Food Choices (Impactos de la producción ascendente de las nuevas opciones alimenticias del consumidor) Nolan Paulde Driscoll señaló que “la gente quiere saber de dónde provienen las bayas”. Preguntan sobre las herramientas para producirlas. Paul dijo que Driscoll nunca usará ingeniería genética a menos que los consumidores estén de acuerdo.
En el panel del Internet de tomates, los representantes de Analog Devices, Bowles Farming y Campbells hablaron sobre el uso de información sobre el clima, agua, suelo y otras cosas para producir tomates de más calidad y el uso de calificación óptica en las plantas procesadoras para el control de calidad. Bowles Farming también ha empezado a usar Instagram para atraer la atención de los consumidores a conversaciones sobre temas agrícolas que los grupos de mercadotecnia de productos básicos tratan de evitar, como son las consecuencias no intencionadas de algunas políticas.
UC ANR fue el co patrocinador del evento, el cual deleitó a los participantes de la conferencia con exhibiciones presentando una amplia variedad de implementos futurísticos como la impresión de su propio panqueque o tortilla.
Los biodigestores convierten alimentos en electricidad, pero, ¿acaso pueden también producir fertilizantes?
Pero el subproducto de READ y otros digestores anaeróbicos, un material sobrante lodoso sólido y líquido, llamado digestato, ha llamado la atención de los investigadores de UC Davis interesados en “cerrar el círculo” entre la producción de alimentos, consumo y desperdicio. Cuando se procesa materia orgánica como alimentos descartados, caducados, productos fuera de especificación o estiércol animal en un digestor anaeróbico, estos puede ser transformados en biofertilizantes concentrados y acondicionadores de tierra que son altamente efectivos y fáciles de aplicar en los cultivos.
Profesores y estudiantes de la UC Davis han creado un proceso a nivel de piloto para la producción comercial de diferentes formas de este biofertilizante usando el digestato de READ y de otros lugares cercanos, como parte de una colaboración interdisciplinaria llevada a cabo en las instalaciones del Rancho Russel para la Agricultura Sustentable y financiado por la Junta Estatal para el Control de los Recursos Acuíferos y el Departamento de Alimentos y Agricultura de California. También evalúan sus efectos en términos de producción y otras métricas agronómicas para pruebas en campos de maíz y tomate, allanando el camino para que los granjeros puedan beneficiarse de una fuente de nutrición, altamente sustentable, para las plantas.
Los retos y oportunidades del fertilizante proveniente de los biodigestores anaeróbicos
El digestato de READ y de otras instalaciones pueden ser aplicado directamente a la tierra como cualquier otro fertilizante, pero, debido a que cuenta con un periodo de vida útil limitado, usualmente se debe aplicar a la tierra que se localiza en la región cercana a las instalaciones donde se produce. Con la aportación de desperdicios de alimentos que pueden variar grandemente día a día, la textura y composición del digestato es inconsistente, haciéndolo algo difícil de transportar y aplicar en los campos de cultivo usando el equipo que se usa comúnmente para fertilizar.
Sin embargo, la filtración e hidratación de este digestato da como resultado formas sólidas y líquidas que pueden concentrarse, homogenizarse y fácilmente ser transportadas y aplicadas a la tierra a través de los sistemas de riego por goteo existentes o el equipo para extenderlo en la superficie.
Este proceso pudiera permitir a los granjeros que se localizan más lejos y trabajan con equipo de riego y fertilización comunes, a suplementar o reemplazar su consumo de fertilizantes sintéticos con un biofertilizante producido con desperdicios de alimentos o estiércol animal.
¿Cómo se comparan los productos biodigestatos a los fertilizantes sintéticos?
La investigación, codirigida por el profesor Ruihong Zhang del Departamento de Ingeniería Biológica y Agrícola de UC Davis, quien también diseñó READ en colaboración con la compañía de Sacramento CleanWorld, y la profesora Kate Scow del Departamento de Tierra, Aire y Recursos Acuíferos, crearon sistemas pilotos para que de manera eficiente y consistente separen las porciones sólidas y líquidas de los digestatos producidos con alimentos y estiércol. Los investigadores examinaron la composición nutritiva de los biofertilizadores sólidos y líquidos, descubriendo que los fertilizantes con una base de biogestatos contienen nutrientes valiosos y microbios que no se encuentran en muchos fertilizantes sintéticos.
En pruebas de campo actuales, los investigadores están estudiando los efectos en la producción y calidad de los productos de cada uno de los biofertilizantes. Los resultados preliminares muestran que es posible cultivar tomates para procesamiento y maíz de temporada corta, usando biofertilizantes como única fuente de fertilizante. El origen del fertilizante es importante, sin embargo, el fertilizante a base de estiércol forma unas partículas grandes adicionales después de la filtración final, haciendo surgir ciertas preocupaciones acerca de la obstrucción del sistema de riego por goteo. El equipo piensa que un químico ambientalmente benigno que se agrega algunas veces a los digestores de estiércol para limpiarlo del biogás podría ser la solución al problema, pero se requiere de más estudios. Las bolitas sólidas del biofertilizante que crearon los investigadores representan una gran promesa, ya que pueden ser aplicadas usando los métodos existentes para esparcir el abono y puede ser transportado económicamente a mayores distancias de donde se localiza el digestor.
Además de lograr entender mejor el proceso más eficaz para producir y usar biofertilizantes, se requiere de más investigación para entender mejor la cantidad de nitrógeno disponible en cada fertilizante para determinadas cosechas, así como un análisis económico para determinar la producción a escala comercial y costos de transportación. Lo investigadores podían enfocarse en el potencial agronómico y económico de la producción de las parcelas de experimentación de maíz y tomate en el rancho Russell. Los resultados de un reciente experimento con tomates mostraron que los fertilizantes digestatos producen tanta fruta como los sintéticos.
Investigación interdisciplinaria para innovaciones agrícolas
El rancho Russell, un programa del Instituto de Sustentabilidad Agrícola, está diseñado como un espacio compartido para trabajos de investigación. La investigación acerca del biofertilizante, entre otros proyectos activos en el rancho Russell, es un ejemplo de la realización de esa intención. “Los edafólogos están aprendiendo ingeniería, los ingenieros están aprendiendo biología y los biólogos sobre la tierra”, señaló el profesor Zhang.
El intercambio también se extiende más allá de la universidad: una reciente excursión al biofertilizante de la UC Davis atrajo a asistentes de la División de Agricultura y Recursos Naturales de la UC y varias entidades públicas, del sector agrícola y otras universidades, así como de organizaciones no lucrativas y procesadores de alimentos. Si la investigación continúa cómo una forma de despejar el camino hacia los biofertilizadores, estas audiencias podrían jugar papeles importantes en los esfuerzos por poner esta tecnología en práctica – y en convertir las sobras de su almuerzo en un sistema alimenticio más eficiente y sustentable.
Para más información sobre el programa READ de UC Davis, rancho Russel y la investigación acerca de biofertilizantes.
El Digestor Anaeróbico de Energía Renovable de UC Davis fue dado a conocer en el 2014 como el biodigestor anaeróbico más grande de la nación en un campus universitario y representado por una sociedad única formada por los sectores privado y público. El profesor Ruihong Zhang inventó la tecnología de digestión anaeróbica usada por CleanWorld, el cual se convirtió en uno de los más avanzados sistemas digestores comercialmente disponibles del país.
Las instalaciones del Rancho Russel para la agricultura sustentable (Russell Ranch Sustainable Agriculture Facility) son un “laboratorio viviente” para el campo interdisciplinario de investigación e innovación. Su proyecto más notable, el Experimento del Siglo, mide el impacto a largo plazo de la presencia de energía, agua, carbón y nitrógeno en la sustentabilidad agrícola.
Entre los colaboradores de la investigación acerca del biofertilizador se encuentran los estudiantes del laboratorio Zhang, Tyler Barzee y Hossein Edalati; el investigador del laboratorio Scow de postdoctorado, Daoyuan Wang y el gerente del rancho Russell, Israel Herrera. Entre las instituciones colaboradoras se encuentran CleanWorld, California Bioenergy, New Hope Dairy (Galt, CA), Fiscalini Dairy (Modesto, CA) y el Distrito Municipal de Servicios Públicos de Sacramento.
Es tiempo de hablar en serio sobre el desperdicio de alimentos
He aquí mis sugerencias sobre el desperdicio de alimentos. Se remonta, en parte, a las lecciones que aprendí mientras estudiaba la historia de la Primera Guerra Mundial, cuando el gobierno estadounidense estableció objetivos para ahorrar alimentos, junto con los objetivos para la producción local de alimentos mediante los Huertos Liberty, que después fueron los Huertos Victory. Yo soy partidario de reducir el desperdicio de los alimentos y producir más alimentos en comunidades a través de los huertos escolares, caseros y comunitarios. Un punto importante: un cartel de la Primer Guerra Mundial incluido en este artículo contiene un consejo que bien nos podría servir de lección el día de hoy.
"El desperdicio de alimentos es un problema tanto ético como medioambiental. Debería preocuparnos que desperdiciamos el 40 por ciento de los alimentos que producimos y compramos en esta nación de abundantes alimentos”.
Una estadística comparativa bastante interesante, toma en consideración lo siguiente: el 40 por ciento de las frutas y verduras que consumimos en los hogares estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial fueron producidos en los huertos escolares, caseros, comunitarios y sitios de trabajo".
¿Se trata de un artículo de ese periodo o una imagen sometida al photoshop?
Es un cartel emblemático de la Primera Guerra Mundial. Alimentos...no los desperdicie. Esta imagen es compartida regularmente en Twitter y Facebook.
La original fue creada en 1919 por la Administración de Alimentos de los Estados Unidos bajo la dirección del recién nombrado "zar" - Herbert Hoover.
El cartel se volvió a imprimir durante la Segunda Guerra Mundial y ha sido revisado en los últimos años por individuos y organizaciones interesadas en promover la adopción de valores alimenticios locales y sustentabilidad.
Mientras que yo soy el UC Food Observer, también incursiono en la historia del arte del cartel de los tiempos de guerra. A menudo me preguntan si esta es una réplica contemporánea con un aspectoclásico.
No es una réplica. Es el original producido hace 95 años, con mensajes que deberíamos acoger hoy en día.
Historia del cartel
La Primera Guerra Mundial marcó la primera vez que el gobierno usó a gran escala el poster para propaganda. Los carteles, con lemas fáciles de entender e imágenes convincentes, eran herramientas poderosas de propaganda. El gobierno necesitaba influir en la opinión pública, reclutar soldados, recaudar fondos, conservar recursos y movilizar a los ciudadanos para actividades importantes en el frente hogareño, incluyendo los huertos, ahorro y preservación de alimentos. En una era previa a la televisión y en la que la radio y la películas no se encontraban muy esparcidas, los carteles eran una forma de comunicación masiva. Aparecían en las ventanas y eran colocados en las paredes de todas partes, en tantos idiomas como se hablaban en esta nación de inmigrantes.
Si desea indagar un poco más sobre el tema, el cartel de la Primera Guerra Mundial fue influenciado por la Bella Época, nombrada en retrospectiva, después de que el horror de la Primera Guerra Mundial había sido revelado. El movimiento del Art Nouveau (Nuevo Arte) de Francia y el surgimiento de la publicidad moderna fueron también importantes en determinar la forma en la que los carteles eran usados durante el tiempo de la guerra. El mejoramiento de las técnicas de impresión, incluyendo el proceso llamado cromolitografía facilitó la producción masiva de los carteles.
El cartel original: Sí, 'compre alimentos locales' es la regla número cuatro
El cartel original tiene seis reglas que nos beneficiaría adoptar. La cuarta regla, compre alimentos locales, sorprende en cierta forma a la gente de hoy, porque la noción de comprar productos locales pareciera algo moderno. Pero durante la Segunda Guerra Mundial, el gobierno de Estados Unidos instaba a la producción y consumo de alimentos locales, para liberar los trenes para la transportación de tropas y material bélico.
Enfrentando el desperdicio de alimentos a través de la preservación: Programa Preservador Maestros de Alimentos de la actualidad.
La División de Agricultura y Recursos Naturales de la UC, conocida como UC ANR, ofrece el Programa Preservador Maestro de Alimentos (UC Master Food Preserver Program). Este programa enseña prácticas adecuadas acerca de la seguridad y preservación de alimentos a voluntarios. El extenso programa de capacitación prepara a los voluntarios para trabajar en sus comunidades educando a otros sobre las prácticas de seguridad para preservar alimentos, incluyendo el envasado en vinagre, deshidratación, congelamiento y envasado general y preparación de mermeladas de frutas.
¿Piensa en cultivar un huerto? ¡Contamos con recursos para ayudarle!
UC ANR también dirige el Programa de Jardinero Maestro, el cual cuenta con más de 5,000 voluntarios en las comunidades de todo el estado. Jardinero Maestro es un programa nacional ubicado en instituciones en terrenos asignados por el gobierno en cada estado, pero también está conectado con USDA. Para recursos gratuitos sobre huertos pulse aquí.
Este es parte de un artículo publicado en el blog UC Food Observer y usado con permiso.
Cero desperdicios de alimentos
Un consejero sacó una cubeta con las sobras de las comidas de los estudiantes del sexto grado, sus maestras, los naturalistas y los padres que los acompañaban. La cubeta estaba vacía y el grupo lo celebró: habían logrado su meta de cero desperdicios.
El campamento me hizo pensar sobre cuánta comida desperdiciamos regularmente. Los estadounidenses desperdician casi 27 por ciento de todos los alimentos que se producen en el país cada año; esto equivale a casi una libra de comida al día por persona.
¿Qué podemos hacer para mejorar esta situación? En el campamento, comen cuando todos tienen hambre, se sirven porciones pequeñas y eligen entre comidas como pizza o ensalada que se prestan a que las sobras sean pocas. ¿Qué están haciendo las universidades para enfrentar el reto de las comidas buffet donde los comensales pueden comer todo lo que quieran? En realidad, mucho.
La Universidad de California ha sido líder en sustentabilidad; ha estado trabajando hacia la ambiciosa meta de cero desperdicios para el 2020. Por ejemplo, UC Davis ha sido nombrada “Coolest School”, y galardonada por su estadio ecológico, su granja agrícola estudiantil y sus grandes esfuerzos por reducir desperdicios en las cafeterías universitarias.
Las cafeterías de UC Davis han reducido los desperdicios que quedan en los platos en más del 40 por ciento en tres años, bajando de 3.6 onzas por persona a menos de 2 onzas. Danielle Lee, directora de sustentabilidad en los servicios de alimentos en UC Davis, explicó algunos de los puntos claves que han permitido este cambio:
- Comidas sin charolas: sin estas, los estudiantes solo pueden servirse los alimentos que les caben en los platos, en lugar de servirse más de lo que en realidad pueden consumir.
- Programa para probar nuevos platillos: los estudiantes pueden probar nuevos platillos y ver si les gustan, en lugar de servirse una porción grande de algo que tal vez no coman.
- Comidas sin pan: personal de las cafeterías construyeron una torre con el pan de hamburguesa que dejaron los estudiantes, para alentarlos a que pidan las hamburguesas sin pan, si no se lo van a comer.
- Auditorías de desperdicios: ¿qué es más grande que una torre de pan de hamburguesas? Los desperdicios del buffet esparcidos por las mesas durante las auditorías de desperdicios realizadas en el otoño y la primavera. Los estudiantes se sorprenden bastante con la cantidad de desperdicios que generan, y se esfuerzan por mejorar sus hábitos alimenticios, dijo Lee.
- Comentarios y sugerencias de estudiantes y personal: los encargados de los servicios de alimentos se reúnen regularmente con el personal para revisar los menús, darle un seguimiento a las porciones y reducir desperdicios. Buscan además comentarios de los estudiantes y consultan con una mesa directiva de estudiantes sobre los cambios. Entre ellos, ofrecer tazones más pequeños para la parrillada estilo mongol lo cual disminuye los desperdicios.
Teniendo en cuenta que UC Davis sirve 1.8 millones de comidas al año, estas acciones tienen un efecto cumulativo.
“Ustedes están ahorrando bastante dinero, energía y recursos”, dijo Lee.
La mayoría de los alimentos que no se consumen se usan para compostaje: 550 toneladas de desperdicios orgánicos cada año, con algunos de ellos convertidos en energía renovable en una instalación de biogás que usa tecnología desarrollada en UC Davis.
En general, UC Davis evita que casi 75 por ciento de todos los desperdicios – la meta para este año - vayan a parar al basurero. Y para llegar al siguiente nivel, UC Davis necesitará mejorar su reciclamiento de productos de plástico, dijo Lee.
Los esfuerzos de UC por incrementar la sustentabilidad valen la pena, dijo Lee, quien empezó a abogar por la reducción de desperdicios cuando era estudiante en UC Davis, trabajando con las cafeterías del campus para hacer compostaje con los restos del café.
“He podido continuar con mi labor”, dijo Lee. “Este es mi trabajo ideal”.
Es un recordatorio para recapacitar acerca de lo que usted necesita la próxima vez que vaya a cenar o de compras al supermercado. Fíjese no solo lo que come, sino además cuánto come. Sea sensato; sírvase porciones apropiadas. ¡No malgastes y nada te faltará!