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Tomates de UC Davis proveen alimentos sanos a los estudiantes universitarios
La comida que se sirve hoy en día en los comedores de los dormitorios estudiantiles es mucho mejor que la comida sin sabor, súper procesada de décadas pasadas. No más carne misteriosa o verduras recocidas. El servicio de cafeterías de los campus de todo el país están ofreciendo una diversidad de alimentos más frescos y saludables, para el deleite de los estudiantes que conocen de alimentos y desean variedad, sabor y opciones nutritivas. Bueno…siendo estudiantes no siempre optan por lo más saludable, pero los programas educativos en los dormitorios de los campus están dando un giro hacia una alimentación más saludable.
Al mismo tiempo, los chefs y compradores de alimentos de las universidades, en particular la Universidad de California (University of California), están eligiendo frutas y verduras de alta calidad, cultivados localmente y de manera sostenible. Las universidades con fuertes programas de sustentabilidad alimentaria están, con todo su derecho, orgullosas de lo que están haciendo para educar a los estudiantes sobre la producción de alimentos, salud y nutrición. Los servicios de Cafetería de Davis (Dining Services) le dan prioridad a los alimentos que son cultivados localmente (idealmente dentro de un radio de 50 millas). La mayoría de los campus de la Universidad de California cuentan con programas similares.
En UC Davis, se recolectan tomates roma durante el mes de agosto en el Rancho Russell de 300 acres, que es parte del Instituto de Sustentabilidad Agrícola del campus (Agricultural Sustainability Institute), para ser procesados en cuestión de horas por el servicio de cafetería del campus para hacer salsa de tomate para pizzas, pastas y pisto para todo el año escolar. En total, 10,000 libras de tomates son procesados durante un periodo de dos semanas en agosto. Aproximadamente el 29 por ciento del total de alimentos que se sirven en los comedores residenciales del campus proviene de fuentes locales, orgánicas y sostenibles.
Los tomates cultivados en el Rancho Russell son parte del proyecto de investigación académica a largo plazo que examina factores como los métodos agrícolas, las necesidades de riego, rotación de cultivos, producción y contenido nutricional. Al final de la temporada de cultivo, muchas de las toneladas de tomates son compradas por Servicios de Cafetería a precio de mercado.
Muchos profesores y empleados de UC Davis están tan impresionados con las opciones de alimentos en los comedores de los dormitorios que compran boletos individuales para las cafeterías y disfrutan de almuerzos preparados con los tomates, hierbas y otras verduras cultivadas en el campus, todos los cuales forman parte de la gran variedad diaria de alimentos. En los dormitorios también se ofrecen periódicamente cenas públicas para que miembros de la comunidad se sienten entre los estudiantes a degustar y aprender sobre los programas de sustentabilidad de los dormitorios.
Si desea más información (en inglés):
- Video: Farm to Table, UC Davis Tomatoes - De la granja a la mesa, tomates de UC Davis; 2010
- Diapositivas de la cosecha de tomates y sistema de procesado de este año en la UC Davis; 2014
- Reporte sobre el Progreso del Servicio Alimentario Sustentable del 2014, Servicio de Cafeterías de la UC
- Dos videos de los estudiantes de la UC Davis que trabajan en la Granja Estudiantil para producir alimentos, incluyendo uno sobre la producción de salsa de tomate
- “Tomates: métodos seguros para almacenar, preservar y disfrutar”. Una publicación gratuita de la División de Agricultura y Recursos Naturales de la UC. Publicación gratuita
¿Cómo podemos alimentar de manera sustentable a ocho mil millones de personas para el 2025?
A todos los seis, casi siete mil millones de nosotros.
Pero, ¿qué pasará cuando seamos ocho mil millones de nosotros? ¿Seremos cada vez más y más de nosotros que pasemos el fin de semana tratando de juntar suficientes alimentos? ¿Empezaremos más y más de nosotros a tener nuestros propios huertos y a obsesionarnos por nuestras frutas y verduras frescas? ¿Se convertirán los mercados de granjeros en los nuevos (supermercados) Ralphs? ¿Tendremos suficiente agua para alimentarnos a nosotros mismos? ¿Tendremos suficientes tierras? ¿Cómo alimentamos de manera sustentable a ocho mil millones de personas para el 2025?
“Vamos a tener que producir más alimentos en los próximos 40 años de lo que hemos producido en los últimos 10,000. Hay quienes dicen que simplemente agregaremos más tierras y agua. Pero no vamos a poder hacer mucho de ninguna de las dos cosas”, dice William Lesher, economista en jefe de USDA.
El Foro sobre Sistemas Alimentarios Globales (Global Food Systems Forum) presentará como principales oradores a Mary Robinson, ex presidenta de Irlanda y presidenta de la Fundación Mary Robinson - Climate Justice (Justicia Climática) y a Wes Jackson, fundador y presidente de The Land Institute (Instituto Land). El programa incluirá un panel global, en el que se discutirán temas importantes como la limitación de recursos, disyuntivas éticas, cambios climáticos, responsabilidades, etc. También se llevará a cabo un panel acerca de California para abordar temas como las responsabilidades, productividad, mercados e investigación en California.
Pero esta conversación no es solo sobre Agricultura y Recursos Naturales de la UC. Es acerca de todos nosotros. Todos necesitamos pronunciarnos y abogar por nuestros alimentos. Si usted presta atención a lo que come, debería unirse a la conversación. Si le gusta lo que come, debería unirse a la conversación. Si le preocupa cómo comerá en el futuro, debería unirse a la conversación.
El público está invitado a participar en este evento de un día vía transmisión en vivo por Internet. Usted también puede unirse a la conversación en Twitter mediante el hashtag #Food2025. Haga oír su voz. Hable a favor de sus alimentos y ayude a determinar nuestros futuros sistemas alimentarios globales.
Conozca más sobre el Foro de Sistemas Alimentarios Globales y regístrese para ver la transmisión en vivo vía Internet en food2025.ucanr.edu.
Proyecto de Ley Agrícola de EUA, ¿qué está en juego?
El Proyecto de Ley Agrícola de Estados Unidos va a ser renovado este año y lo que pase con esta legislación de 400 mil millones de dólares y más de 5,000 páginas afectará lo que comerán decenas de millones de estadounidenses — y también lo que no comerán — en los próximos años. El pasado 5 de abril, la Facultad de Recursos Naturales de UC Berkeley proporcionó comentarios muy útiles, con un panel de reconocidos expertos en el tema, al instar al público a hacer oír sus voces en la búsqueda de la forma de, como la panelista Karen Ross, Secretaria del Departamento de Alimentos y Agricultura de California, lo indicó “acercar más a agricultores y consumidores”.
Al mirar la historia de la iniciativa de ley, no es sorprendente que los dos grupos se hayan separado. La ley agrícola fue implementada durante la Gran Depresión en la década de los 30 con el fin de incrementar los precios de los productos y el ingreso de los granjeros, dijo Gordon Rausser, profesor de economía y recursos agrícolas y moderador del evento. Los productos en los que se enfocó — granos comestibles, granos de pienso, productos lácteos, tabaco y cacahuates — se convirtieron en fuerzas políticas arolladoras mientras que muchos de los alimentos en nuestras mesas — frutas, verduras y nueces — fueron relegados a la categoría de “cultivos especializados”.
El brócoli y las naranjas….¿cultivos especializados? “Eso es lo que cultivamos aquí en California”, mencionó Ross. Y eso es lo que se encuentra en el plato de alimentos del Departamento de Agricultura de EUA. La funcionaria manifestó que en los últimos 15 años estos cultivadores han tomado un papel más activo en el proyecto de ley agrícola para asegurarse que no se les margine más.
Durante ocho décadas, el proyecto de ley se ha transformado de un proyecto de ley de granjas a uno de alimentos, según mencionaron los panelistas. Un 77 por ciento del proyecto de ley ahora apoya al Programa Federal de Asistencia de Nutrición Suplementaria (Supplemental Nutritional Assistance Program), conocido por sus siglas en inglés como SNAP, la reinvención del programa de estampillas o cupones de alimentos.
Ken Hecht, quien se acaba de jubilar de su cargo como director de Promotores de Políticas Alimentarias de California (California Food Policy Advocates), ofreció algunos datos sobre los beneficiarios de SNAP:
- 50 por ciento pertenecen a hogares de trabajadores
- 93 por ciento viven por debajo del nivel de pobreza
- 50 por ciento son niños
- 75 por ciento son hogares con niños
“Hay 1.3 millones de niños que están recibiendo suficientes alimentos debido a este programa”, dijo Hecht, agregando que el programa “evita todas esas consecuencias provocadas por la inseguridad alimentaria que todos conocemos: falta de nutrición y salud adecuadas, y falta de oportunidades, rendimiento académico y desarrollo social”. El programa no sólo ayuda a sus participantes, indicó Hecht, sino también al resto de las personas en la comunidad.
Además de SNAP, durante la presentación también surgió el tema del apoyo a la agricultura sostenible. Con el fin de que se entendiera, el autor de In Defense of Food (En Defensa de los Alimentos) y profesor de periodismo en UC Berkeley, Michael Pollan, ofreció a la audiencia la perspectiva de un marciano: nosotros los terrícolas estamos en este momento comiendo petróleo en lugar de luz solar. A lo que él se refirió como el “almuerzo gratuito de fotosíntesis” fue intercambiado a partir de la década de los 40, por una agricultura industrializada y de alta producción que depende de pesticidas, maquinaria y grandes corrales de engorde. Pollan señaló que mientras que los agricultores tuvieron un enorme éxito en la obtención de sus metas de producción, los costos vinculados al medio ambiente colocan a la agricultura en la segunda posición, después de los automóviles, en producir combustible fósil y en la productora de un 20 a 30 por ciento de los gases de efecto de invernadero de todo el país.
Pollan recomienda que debería aplicarse un criterio simple a cada provisión del proyecto de ley agrícola, desde el apoyo a los mercados de granjeros, hasta el programa SNAP y las estructuras de pago poco claras: “La pregunta que debemos hacernos a nosotros mismos es ¿está esto empujando a la agricultura de regreso al sol o la está dejando para que siga dependiendo del combustible fósil?”, perguntó el experto. “Creo que ese es el estándar que necesitamos aplicar”.
Luego hizo énfasis en la conexión que existe entre buenas prácticas alimentarias y buenas prácticas del medio ambiente, y llamó a SNAP la prioridad número uno de EWG. “Estamos tratando de inyectar el tema de buena alimentación al proyecto del ley agrícola como una preocupación legítima de la política pública”, indicó. Enseguida citó un programa piloto de botanas saludables, en el que los evaluadores conocieron a estudiantes que nunca antes habían visto una piña, un apio o zanahorias. “Deberíamos estar dedicando miles de millones a este programa ... para que los niños se interesen en frutas y verduras".
Cook manifestó que mucho de lo que mueve al proyecto de ley es la política de los miembros de los comités que desean asegurar subsidios para sus estados de origen y conjuran el espectro de la reciente debacle de “la baba rosa” o pink-slime para mostrar lo efectivo que un poco de activismo puede ser. Si no participa es bajo su propio riesgo, dijo Cook. “Te garantizo que obtendrás más de lo mismo o peor”.
Pollan les ofreció el consejo de uno de los empleados de Cook: “Todo lo que necesitas hacer es simplemente llamar a tu representante legislativo y decirle que deseas más alimentos saludables y ambientalmente sostenibles”.
El evento fue una presentación de la Conferencia sobre Conservación Horace Albright de la Primavera 2012 de la Facultad de Recursos Naturales de UC Berkeley.
Reseña sobre el futuro de los alimentos

Rodale reprodujo el discurso en forma de un pequeño panfleto con un prefacio escrito por Wendell Berry y un epílogo proveído por Will Allen y Eric Schlosser (todos unos súper escritores y estrellas en el movimiento del sistema alimentario sostenible). GRACE Communications, que ayudó a patrocinar la conferencia del año pasado, creó un sitio Web – www.ontheFutureofFood.org – para servir como sitio central donde las personas pueden aprender más sobre el tema y este discurso.
El panfleto de esta publicación me pareció intrigante; de inmediato pensé en el famoso folleto Common Sense de Thomas Paine. Este evocó un sentido del uso histórico de panfletos en Estados Unidos como un medio para influir en la vida política. Con su tamaño compacto y su irresistible mensaje invita al lector a compartirlo con otros. (A mi me pareció un tanto vertiginoso desde el punto de vista histórico pensar en el aspecto alimentario de la relación entre Estados Unidos e Inglaterra a través de los siglos: primero Estados Unidos como una colonia británica con un papel de proveedor de productos de recursos agrícolas y naturales al buque nodriza, y por otro lado, Estados Unidos como una nueva nación creada por la revolución de granjeros – está bien – granjeros y otros; Estados Unidos proveyendo mucho del necesitado sustento a Inglaterra durante la Primera Guerra Mundial y en 2011, una moderna audiencia estadounidense escuchando un importante mensaje sobre la sustentabilidad de los sistemas alimentarios por parte de un miembro de la familia real británica. Aunque, la verdad, existe una enorme diferencia entre el Rey Jorge III y el Príncipe Carlos).
El sistema alimentario de hoy es un asunto altamente político. Casi todos los que conozco están de acuerdo de que el futuro de los alimentos requerirá de un complejo e inter relacionado set de opciones y acciones, cada uno con implicaciones económicas, culturales y geopolíticas. Casi todos los que conozco coinciden en que muchos de nuestras prácticas actuales no son sostenibles cuando son consideradas dentro de un número de marcos (cantidad y calidad del agua, contaminación, erosión del suelo, cambios climáticos, justicia social, etc). Ya no podemos darnos el lujo de ver fragmentos de un sistema alimentario de manera aislada (ya sea como mercancía o como una sola ubicación geográfica). En su lugar, debemos ver el sistema como un conjunto, porque la “solución” a un problema de producción de cierta mercancía o lugar podría crear problemas en otras áreas. Actuar en conjunto podría salvarnos; si continuamos considerando la producción de alimentos en una forma aislada de seguro nos condenará a algunos de nosotros.

En 2008 se publicó un reporte llamado “Evaluación Internacional del conocimiento agrícola, ciencia y tecnología para el desarrollo” (“International Assessment of Agricultural Knowledge, Science and Technology for Development”). El reporte, en el que colaboraron varios grupos, incluyendo la Naciones Unidas, concluyó (entre otras cosas) que los sistemas agrícolas de baja escala que utilizan enfoques agro ecológicos se encuentran entre los más productivos en lo que el reporte calificó de naciones en desarrollo. Este hallazgo pudiera tener implicaciones sobre la manera en que se aborde el reto de la inseguridad alimentaria. Una copia del reporte completo se encuentra disponible en www.agassessment.org; el mismo ofrece un punto de vista interesante y un tanto aleccionador sobre el estado de la agricultura y los sistemas alimentarios alrededor del mundo.
En general, “En el futuro de los alimentos” (“On the Future of Food”) se expone la mayor parte de lo que más y más personas están empezando a creer sobre el sistema alimentario. Lo hace tan brevemente, resumiendo una amplia variedad de temas (pero a la vez a fondo). Ofrece un punto de vista de los sistemas. Lo que es novedoso en esta ponencia son las declaraciones que hace el Príncipe Carlos sobre los verdaderos costos de la producción de alimentos, los cuales, según argumenta, no toman en cuenta el resultado final. ¿Su punto? Todos pagan un precio más alto al “precio del mercado”, ya sea a través de los costos por la mitigación de la contaminación, un incremento en los costos médicos por las crecientes tasas de obesidad, etc.
Algo que merece una mayor consideración es lo que el Príncipe Carlos llama “el verdadero precio para la Tierra” de ciertas prácticas de producción. (Él considera que los precios bajos en algunas naciones son “una ilusión”). También discute de manera breve un estudio patrocinado en parte por las Naciones Unidas y titulado “La economía de los ecosistemas y la biodiversidad” (TEEB, por sus siglas en inglés), el cual explora el concepto del capital natural. En parte el propósito de este estudio fue “iniciar el proceso de analizar el beneficio en la economía global que tiene la diversidad biológica, el costo de la pérdida de biodiversidad y el fracaso en la adopción de medidas protectoras en comparación con los costos de una conservación efectiva”. El reporte completo puede ser visto en www.teebweb.org.
Algunos han desestimado el trabajo del príncipe sobre sostenibilidad tachándolo de ser sólo el ligero toque de un soberano rico que no ha tenido que preocuparse por los problemas de la vida real. Sin embargo, a través de su fundación, el príncipe ha participado en el tema de comunidades sostenibles desde hace ya un cuarto de siglo. Desde hace tiempo ha visto por el desarrollo de prácticas sostenibles en sus propiedades. El Príncipe Carlos ha trabajado también en el proyecto “Accounting for Sustainability” que provee de herramientas a varios negocios y otros grupos para ayudarles a obtener los cambios necesarios en sus informes corporativos, contabilidad y toma de decisiones que tomen en cuenta el capital natural (los tipos de cambios que él considera necesarios en el sistema alimentario para que pueda obtener una verdadera sostenibilidad).
El Príncipe de Gales comparte la forma en la que lo han inspirado las recientes iniciativas en la Naciones Unidas (hasta menciona los recursos locales orgánicos de Wal-Mart). Quizás los argumentos más emotivos y enfáticos a favor de un cambio mencionados en este folleto vienen en el prólogo, escrito por Wendell Berry, Will Allen y Eric Schlosser (teniendo el epílogo un sentimiento populista muy particular).
El príncipe utiliza un número de estadística en este panfleto y la página de referencias puede ser particularmente útil para los que buscan información actual sobre el tema. Esta ha sido una buena y rápida lectura que estoy ansiosa de compartirlo con otros. El tamaño y formato tipo novela atrajo el interés de mi hija adolescente al verlo; quiso saber qué era y suscitó una conversación que valió la pena tener…sobre el futuro de los alimentos.
Los tomates deshidratados son un artículo saludable para llenar esa bota navideña

Los tomates deshidratados Russell Ranch son cultivados en las instalaciones agrícolas sustentables de Russell Ranch de UC Davis, una granja de 300 acres al oeste del campus universitario. Los tomates, cultivados orgánicamente, son parte de un estudio sobre sostenibilidad agrícola, que lleva ya un siglo de duración y se realiza en el rancho. Este estudio compara los efectos a largo plazo de diferentes formas de cultivar.
Las investigaciones en Russell Ranch se enfocan en la calidad de la tierra y el agua, el ciclo de nutrientes, las plagas y la rentabilidad.
“Desarrollamos este producto para ayudar a satisfacer un deseo del campus de contar con más alimentos localmente cultivados. También quisimos compartir con aquéllas personas dentro y fuera del campus lo que está pasando en Russell Ranch. Es algo único para una granja de investigación de este tamaño ser enteramente dedicada a un estudio de un siglo sobre sustentabilidad agrícola y es el único de su tipo en los ecosistemas mediterráneos”, dijo Kate Scow, directora de Russell Ranch, el cual es un programa del Instituto de Sostenibilidad Agrícola de UC Davis.
Después de años de vender tomates en el campus, el personal de Russell Ranch empezó a trabajar con los Servicios de Comedor de UC Davis en la búsqueda de más fuentes de alimentos localmente cultivados con el fin de reducir las huellas de carbón de la comida que se sirve en el campus universitario. Durante los últimos dos años, se han utilizado los tomates frescos cosechados en Russell Ranch para la salsa de tomates rostizados Russell Ranch que acompaña a una variedad de platillos – desde pizza a polenta y pisto – que se sirven en el campus.
Este año, el personal de Russell Ranch desarrolló un nuevo producto de cantidades limitadas que puede ser disfrutado dentro y fuera del campus.
Los tomates deshidratados Russell Ranch están también disponibles en la cafetería Memorial Union, el Centro Médico de UC Davis y a la venta a través de la librería de UC Davis.