Un componente dietético que ha recibido una considerable atención por sus potenciales efectos protectores del corazón son las semillas de soya, las cuales contienen proteína vegetal sin grasa, fibra dietética y los antioxidantes llamados isoflavonas.
En una reciente edición de la publicación California Agriculture, los científicos analizan las investigaciones acerca de la relación entre la soya y las enfermedades del corazón. Varios mecanismos potenciales han sido identificados por los efectos cardio protectores de la soya que se han podido observar, incluyendo sus propiedades para reducir los niveles de colesterol, actividades antioxidantes y regulación genética.
“Las semillas de soya y los alimentos hechos de soya son la mayor fuente de isoflavonas, las cuales actúan como antioxidantes y como capturadores y neutralizadores de radicales libres que de lo contrario podrían causar inflamación e incrementar el riesgo de enfermedades del corazón”, escribió Emily R. Cena, escritora principal y Francine M. Steinberg, profesora y directora del Departamento de Nutrición de UC Davis.
La soya actúa como componentes similares a la hormona estrógeno, como dilatador de las venas y regulador genético. “Algunos interrogantes se han planteado respecto a las propiedades de la soya parecidas al estrógeno, particularmente con respecto al riesgo de cáncer de seno, pero estas preocupaciones van más allá del alcance del artículo actual”, escribieron los autores.
La preponderancia de la investigación muestra que las isoflavonas de la soya incrementan los niveles del llamado colesterol bueno HDL y reducen los niveles del llamado colesterol malo o LDL, por consecuencia, reducen el riesgo de enfermedades cardiacas. La soya también pudiera ayudar a mejorar el síndrome metabólico, una constelación de factores de riesgo incluyendo la obesidad abdominal, la presión arterial alta, la resistencia a la insulina y alteraciones en los lípidos de la sangre que dan como resultado un creciente riesgo de enfermedades cardiacas y diabetes tipo 2.
Un proyecto de investigación actual financiado por el Centro para la Investigación de la Salud y Nutrición de UC Davis que estudia los efectos de consumir alimentos de soya integral en biomarcadores y riesgos cardiovasculares en individuos con síndrome metabólico, podría concluir para 2012.
“Las isoflavonas de la soya tienen una amplia variedad de acciones biológicas”, documentaron Cena and Steinberg. “Los efectos benéficos de la soya son modestos comparados con los tratamientos farmacológicos, como las estatinas. Sin embargo, los efectos cumulativos a lo largo de la vida podrían ser significativos”.
Los autores destacan estudios epidemiológicos que sugieren que las poblaciones asiáticas que consumen grandes cantidades de soya tienen tasas más bajas de enfermedades del corazón que las poblaciones occidentales. Por ejemplo, a mediados de la década de los 90 un meta análisis de 29 ensayos clínicos concluyó que en comparación con la proteína animal, la proteína de soya reduce significativamente los niveles de diferentes grasas en la sangre (colesterol total, colesterol LDL y triglicéridos). Esto motivó a la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos a aprobar la declaración médica actual de que 25 gramos de proteína de soya al día, como parte de una dieta baja en grasa saturada y colesterol, pueden ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardiacas.
El artículo sobre soya y la salud del corazón que ha sido revisado se publicó en una edición especial de la publicación California Agriculture, “Los alimentos como medicina: ¿Puede, lo que comemos, ayudar a sanarnos?”