La mayoría de los expertos creen que el censo mostrará una tendencia a lo verde – no sólo verde como en sustentable, local y a menor escala – pero también verde como en novato. Parece que un mayor número de personas que no provienen de familias agrícolas están buscando incursionar en carreras agrícolas. (Puede leer un artículo de Associated Press sobre el tema, aquí).
Esto es una noticia especialmente buena en California, donde la edad promedio de un granjero es de casi 60 años. La agricultura es una industria de 37,500 miles de millones de dólares en California, que da empleo a 800,000 personas y representa un 12 por ciento de las exportaciones agrícolas de la nación. Con los pronósticos que vaticinan que la población mundial se incrementará de los actuales 7,000 mil millones de habitantes a 9,000 mil millones para el 2050, la demanda por la producción alimentaria de California seguirá creciendo.
¿Podrán los granjeros de California satisfacer dicha necesidad? El Departamento de Ciencias de Plantas de UC Davis (UC Davis Department of Plant Sciences) está ayudando al proveer investigación de punta y educando a una nueva cosecha de jóvenes ansiosos de tomar las riendas del arduo trabajo de cultivar la tierra.
“Definitivamente hemos visto un creciente interés en la agricultura entre los estudiantes”, dijo el profesor en fisiología de cultivos Ted DeJong, un consejero docente del grupo de graduados en horticultura y agronomía del citado departamento, una popular carrera para estudiantes interesados en el cultivo y otros aspectos de la agricultura. De hecho, la inscripción de estudiantes en horticultura y agronomía se ha incrementado de 53 en el otoño de 2008 a 92 en el otoño de 2011.
“Si, yo creo que un mayor número de gente joven está interesada en la agricultura”, señaló Gina Garland, quien cursó su maestría en horticultura y agronomía la primavera pasada en UC Davis. “Los alimentos son muy importantes y no es algo seguro hoy día, con los cambios climáticos y todo lo demás. Muchos de nosotros estamos interesados en tratar de encontrar formas para hacer que la agricultura funcione en nuestro cambiante medio ambiente”.
Garland trabaja en este momento con AmeriCorps y un grupo no lucrativo de Albuquerque, N.M., para cultivar y ayudar a otros a cultivar. Puede ser que ella no se convierta en una granjera, y elija quizás, cursar un doctorado, (ojalá, dice, que sea en UC Davis) y realizar investigación para ayudar a otros a que sus cultivos sean más rentables y sustentables.
“Es bueno saber de dónde proviene tu comida”, dice Eric Lynn, un estudiante universitario de ciencias de las plantas. “Creo que eso es lo que atrae a muchos de nosotros a cultivar”.
El alto costo de la tierra de labranza en California dificulta que los jóvenes incursionen en el negocio de la agricultura, como se hizo notar en esta historia reciente publicada en el Western Farm Press. Pero muchos han encontrado las formas de hacer que la agricultura sea rentable, por ejemplo, produciendo verduras que son vendidas a los restaurantes locales o promoviendo sus productos en la Internet. Desde laos huertos en techos urbanos, hasta el uso de las prácticas agrícolas de conservación más nuevas, una nueva camada de granjeros más jóvenes está prestando atención al llamado. Usted puede leer más al respecto en esta historia publicada recientemente en sfgate.com.
También, ¿ha escuchado hablar acerca del Centro para el Aprendizaje Basado en la Tierra (Center for Land-Based Learning)? Esta organización no lucrativa, localizada en Winters, al oeste del campus universitario, se dedica a crear a la nueva generación de granjeros y a enseñar a la juventud californiana la importancia que tiene la agricultura y la conservación de las cuencas hidrográficas. Puede informarse más en: http://landbasedlearning.org/