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Comer saludablemente no tiene que arruinar su presupuesto familiar
A pesar de que por décadas los dietistas han recomendado insistentemente la importancia de consumir muchas frutas y verduras, muy pocos estadounidenses lo han logrado. Y se culpa a los precios de los alimentos, el sabor, los inconvenientes y la ignorancia de la relación entre la buena alimentación y la salud de la alimentación deficiente que consumen los estadounidenses.
Un nuevo estudio del Servicio de Investigación Económica del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (ERA, por sus siglas en inglés) disipa uno de estos obstáculos. El estudio determinó que comprar las cantidades recomendadas de frutas y verduras cuesta en promedio entre $2 y $2.50 por día.
“Para aquellos que los tienen a su alcance y cuentan con los medios para comprarlos, la idea de que las frutas y verduras son muy caras no es buena excusa”, dijo Cathi Lamp, asesora de nutrición y asuntos de la familia del consumidor de Extensión Cooperativa de la UC. “Los consumidores deben poder surtirse para varios días de frutas y verduras por menos de lo que cuesta comprar una hamburguesa”.
Los investigadores de ERA analizaron el precio promedio en supermercados de 153 frutas y verduras frescas y procesadas. Los productos procesados incluyen productos congelados, enlatados, deshidratados y bebidas 100 por ciento jugo de fruta. También calcularon el precio promedio por taza de cada verdura y fruta.
Los costos en el estudio se definieron como el precio promedio que pagan los hogares estadounidenses por alimentos durante un periodo de un año, incluyendo la compra de paquetes de diferentes tamaños y marcas y en distintos supermercados y tiendas (inclusive los supercentros de alimentos como Wal-Mart, las grandes tiendas de membresía como Costco, supermercados tradicionales como Safeway, Kroger y Albertsons y las tiendas de conveniencia o los minisúper).
La investigación muestra que:
- El costo promedio de frutas y verduras es de alrededor de 50 centavos por taza.
- El precio promedio más bajo de cualquiera de las 59 frutas incluidas en el estudio fue para la sandía fresca a un costo de 17 centavos por taza. El precio promedio más alto para productos frescos fue para las frambuesas, a un costo de $ 2.06 por taza.
- Entre las 95 frutas y verduras procesadas analizadas en el estudio, los frijoles pintos fueron los menos caros, a 13 centavos la taza. Lo más caro fueron los espárragos congelados y cortados, a $2.07 la taza.
- Las frutas y verduras procesadas no fueron siempre más baratas o más caras que las frescas, pero con ciertos productos, los precios variaron bastante. Las zanahorias enlatadas a 34 centavos por taza, fueron más caras que las frescas, a 25 centavos por taza. Sin embargo, los duraznos en lata, a 58 centavos la taza, fueron menos costosos que los frescos, a 66 centavos la taza.
Lamp sugiere que comprar inteligentemente también puede ayudar a los consumidores a reducir el costo de las frutas y verduras. Por ejemplo, compre frutas y verduras frescas de la temporada, use frutas y verduras enlatadas y congeladas cuando estén más baratas, y compre más de estos productos cuando estén en rebaja o cuando vaya de compras a un supercentro o tienda de membresía.
Preparado por Jeannette E. Warnert
Adaptado al español por Norma De la Vega
USDA dice que la sandía es en promedio, la fruta menos cara.
Eating right doesn’t have to break the budget
Even though dietitians have for decades strongly recommended eating lots of fruit and vegetables daily, very few Americans hit the mark. Food prices, taste, inconvenience, and a failure to understand the link between diet and health have been blamed for Americans’ poor food choices.
New research by the USDA Economic Research Service dispels one of those obstacles. The study determined that buying the recommended amount of fruits and vegetables costs on average only $2 to $2.50 per day.
“For those with access and the means to buy them, the assertion that fruits and vegetables are too expensive is not a good excuse,” said UC Cooperative Extension nutrition, family and consumer sciences advisor Cathi Lamp. “Consumers should be able to purchase a days’ worth of fruit and vegetables for less than it costs to buy a cheeseburger.”
The ERA researchers estimated the average retail prices of 153 fresh and processed fruits and vegetables. Processed fruits and vegetables included frozen, canned and dried plus 100 percent fruit juice. They also estimated the average price per edible cup for each vegetable and fruit.
Costs in the study were defined as the average prices paid by all American households for a food over a one-year period, including purchases in different package sizes, under different brand names and at different types of retail outlets (including supercenters such as Wal-Mart, wholesale club stores like Costco, traditional grocery stores such as Safeway, Kroger and Albertsons, and convenience stores.)
The research indicated that:
- Fruits and vegetables cost about 50 cents per edible cup.
- The lowest average price for any of the 59 fruits in the study was for fresh watermelon, at 17 cents per cup. The highest average price was for fresh raspberries, at $2.06 per cup.
- Among the 95 fresh and processed vegetables in the study, a cup of dry pinto beans was the least expensive at 13 cents. The most expensive was frozen asparagus cuts and tips at $2.07 per cup.
- Processed fruits and vegetables were not consistently more or less expensive than fresh produce, but with certain types of produce, the prices varied quite a bit. Canned carrots, at 34 cents per cup, were more expensive than fresh carrots, at 25 cents per cup. However, canned peaches, at 58 cents per cup, were less expensive than fresh, at 66 cents per cup.
Lamp suggested smart shopping can also help consumers reduce the cost of their fruits and vegetables. For example, buy fresh fruit and vegetables in season, use canned and frozen fruit and vegetables when it is cheaper and stock up when items are on sale or when shopping at a supercenter or wholesale club.
USDA says fresh watermelon is, on average, the least expensive fruit.
Un nuevo método para enseñar a comer saludablemente
Los educadores de nutrición de la Extensión Cooperativa de la Universidad de California han descubierto que cuando se trata de enseñar a los consumidores cómo comer saludablemente, una imagen vale más que mil palabras.
“Por años hemos estado enseñando a las personas las recomendaciones de MiPirámide, el tamaño y el número de porciones que deben comer, pero muchas personas tenían dificultades para entender exactamente que debían poner en su platos”, dijo Cathi Lamp, especialista en nutrición y ciencias del consumidor de la Extensión Cooperativa en la UC (UCCE) en el condado de Tulare.
Con el fin de simplificar la educación sobre nutrición, las especialistas de UCCE empezaron con la imagen de un plato; la mitad del plato incluía frutas y verduras y un cuarto de proteína y granos respectivamente. Sin embargo, el concepto seguía siendo todavía muy abstracto para quienes piensan y visualizan ideas de forma concreta.
“Entonces dimos con la idea que fotografiar alimentos conocidos, que mostraran tanto las porciones adecuadas como el tamaño verdadero de las porciones servidas en un plato”, explicó Lamp.
Lamp y las consejeras de nutrición del condado de Fresno, Connie Schneider y del condado de Kern, Margaret Johns, se dedicaron a revisar encuestas a las que respondieron participantes durante clases de nutrición impartidas por la Extensión Cooperativa, y las cuales evalúan los alimentos consumidos durante las últimas 24 horas. En estas encuestas, uno de los pilares de la investigación sobre nutrición, se pide a los participantes que anoten todo lo que han comido en las 24 horas previas a la encuesta. Cada uno de los consejeros se enfocó en los diversos grupos étnicos: latinos, afroamericanos y la población en general.
Una vez que supieron qué tipo de alimentos comían las personas, Lamp, Schneider y Johns empezaron una labor intensa, preparando y fotografiando imágenes de platos, con distintos alimentos, que usarían para ponerlos a prueba con grupos de personas. Los platillos incluían: pollo, pizza, espagueti, sándwiches, tacos, chuletas de cerdo, pescado, sofritos, hamburguesas, sopa y huevos.
Se fotografiaron dieciocho platillos diferentes para empezar la degustación. Lamp compartió las fotos en una sesión educativa que se llevó a cabo en la oficina local del Programa para Mujeres, Bebés y Niños (WIC), donde mujeres embarazadas y las nuevas mamás recibían ayuda del programa federal de nutrición.
“Nosotras le entregamos un cuestionario corto y les pedimos a las mamás si podían identificar los alimentos, y si esos eran alimentos que comerían; y si no era así, qué cambios les harían”, dijo Lamp. “A los educadores del programa WIC les encantaron las imágenes. Ellos pudieron apreciar inmediatamente el gran valor de las imágenes de comidas saludables.”
La siguiente etapa será poner a prueba las imágenes con diferentes grupos de personas, y hacer los cambios necesarios a las fotos, en base a los resultados que arrojen las pruebas; luego volver a mostrar las nuevas imágenes a grupos en un entorno educativo de nutrición y analizar los resultados.
Preparado por Jeannette E. Warnert
Adaptado al español por Norma De la Vega
Cathi
A new approach in teaching healthy eating
UC Cooperative Extension nutrition educators have discovered that, when it comes to teaching consumers how to eat right, a picture is worth of thousand words.
“We’ve been teaching people for years about MyPyramid and the dietary guidelines, serving sizes and the number of servings they should eat, but many were having a hard time translating that to what exactly to put on their plates,” said Cathi Lamp, the nutrition, family and consumer sciences advisor for Tulare County UCCE.
In an effort to simplify nutrition education, UCCE started with a graphic of a plate, with half designated for fruits and vegetables and a quarter each for protein and grains. However, the concept was still too abstract for concrete thinkers.
“Then we hit upon the idea of photographing familiar foods in the right proportions and showing actual serving sizes arranged on a plate,” Lamp said.
Lamp, and the nutrition, family and consumer sciences advisors for Fresno County, Connie Schneider, and Kern County, Margaret Johns, set out to review 24-hour recall surveys that had been conducted by participants in UCCE nutrition education classes. The 24-hour recall surveys, a mainstay in nutrition research, ask participants to write down everything they have eaten in the previous 24 hours. Each of the advisors focused on recalls from target population groups – Latinos, African-Americans and the general population.
Once they knew what foods people eat, Lamp, Schneider and Johns began the labor-intensive process of preparing and photographing test pictures showing healthy food combinations. Meals included chicken, pizza, spaghetti, sandwiches, tacos, pork chops, fish, stir fry, hamburger, soup and eggs.
Eighteen plates of food were photographed for initial, informal testing. Lamp took the photos to an education session at the local WIC office, where pregnant women and new mothers receive federal nutrition support.
“We handed out a little form and asked the moms if they could identify the foods, whether these were foods they would eat and, if not, what changes they would make,” Lamp said. “The WIC educators loved the images. They could see the value of images of healthy food right off the bat.”
The next step will be cognitive testing of the photos with target clientele, adjustment of the photos based on the results of the testing, retesting the photos in a nutrition education setting and analyzing the results.
Cathi Lamp explains food plate design process.