Asesores de UCCE aportan ideas frescas para proteger a la lechuga de un virus
Los productores de lechuga del Valle de Salinas tuvieron pérdidas de aproximadamente 150 millones de dólares en el 2022 debido a enfermedades
Un invierno tempestuoso podría presagiar otro año devastador para la industria de la lechuga en el Valle de Salinas, la cual registró pérdidas en 2022 por casi 150 millones debido a un virus, denominado Impatiens necrotic spot virus o el virus mancha necrótica del impaciente INSV por sus siglas en inglés, y a las enfermedades que causa. Las recientes lluvias podrían significar más maleza o “refugios” para ese diminuto insecto el trips, de las flor occidental, portador del INSV, o en el otro extremo, la lluvia también podría beneficiar a los agricultores, ya que los tisanópteros o trips de la tierra podrían ahogarse en los campos encharcados durante su fase de desarrollo.
Pero como suele ocurrir en toda crisis, el INSV y la presencia de los trips en los campos inundados continúa siendo un misterio.
El misterio de los trips, INSV y las enfermedades del suelo (llamado marchitez del Pythium) son la razón por la que la División de Agricultura y Recursos Naturales de UC asignó a Pearsons al área, recientemente, y se contrató a Yu-Chen Wang como asesora en patología de las plantas para los tres condados.
“Llegan en un momento crítico”, mencionó Richard Smith, asesor de producción de cultivos vegetales de UCCE y ciencias de las malezas de la región, quien se jubiló, recientemente, tras 37 años de carrera. “Ya tienen el financiamiento necesario y eso es increíble, porque van a ir directamente al grano para la solución del problema”
Con una amplia experiencia en el diagnóstico de enfermedades y la colaboración con los agricultores y socios de la industria, Wang señaló que su experiencia en patología aunada a la experiencia entomológica de Pearsons y será crucial para combatir el INSV y otras enfermedades.
“Es importante que Kirsten y yo trabajemos juntos y ofrezcamos diferentes perspectivas sobre el vector y el patógeno, respectivamente”, afirmó Wang.
Una de las prioridades es decifrar la dinámica del INSV y la incidencia simultánea de la marchitez por Pythium wilt, que es el tema de la investigación en curso JP Dundore-Arias, patólogo de plantas en la Universidad del Estado de California, en Monterey Bay, ya que aunque las verduras pueden tolerar una enfermedad u otra, las dos al mismo tiempo asestan un golpe letal.
“El reto es que tenemos tantos problemas ahora, ya sea la marchitez de Fusarium o el Verticillium (marchitez) o Pythium o el INSV y por eso es estupendo contar con Yu-Chen y Kirsten”, dijo Mark Mason, asesor de control de plagas para Nature's Reward, en donde principalmente se cultivan lechugas en 5,000 acres a lo largo del Valle de Salinas.
Mason dijo que las coninfecciones en sus cultivos, en ocasiones hasta con 3 o 4 distintas enfermedades diagnósticadas, dificultan bastante la asignación de ayuda económica para estudiar a un determinado patógeno, sin embargo, señaló que él ha visto campos con el “100 por ciento de pérdidas”. De acuerdo a la Asociación de Agricultores y Expedidores del Centro de California, alrededor de 11,500 acres fueron declarados no cosechables en 2022, esto representa el 12 por ciento de la superficie de la industria de la lechuga.
Debido a la gravedad y complejidad del dilema de las enfermedades, Pearsons manifestó que ha estado recibiendo llamadas de los productores quienes buscan nuevas y mejores soluciones, opciones para mejorar las herramientas existentes, o algunas técnicas que ya se estén probando en otros cultivos y métodos de control biológicos o químicos adicionales.
Y a pesar de que existen un par de pesticidas que controlan razonablemente bien la enfermedad causada por los trips, tanto los agricultores como los investigadores están preocupados sobre la posible reducción de su eficacia debido al uso excesivo. Además son solo una solución a corto plazo.
“El control de los trips solo reducirá la cantidad de INSV que puede transmitirse”, explicó Pearsons. “Se puede matar el 99.9 por ciento de los trips, pero si un solo trip tiene el INSV y entra en el campo, ya hay una planta de lechuga infectada. Todos los trips llegan allí y así inicia la propagación, el pesticida detienen un poco el problema, pero no lo elimina”.
Entonces, la manera más sustentable de producir es encontrar qué tipo de lechuga es más tolerante a las enfermedades. Las pruebas conducidas el año pasado por Smith, Wang y otros identificaron algunas variedades que parecen resistir bien ante el Pythium y INSV. Aunque las investigaciones adicionales pueden maximizar sus beneficios potenciales, Wang indicó que hasta las variedades más fuertes pierden su resistencia con el tiempo por lo que es crucial contar con una estrategia multiniveles contra INSV que incluya “herramientas de control integrado”.
“Cuando todo esto empezó a suceder, nos dimos cuenta, que no podemos salir de este problema fumigando”, dijo Mason. “Necesitamos variedades; necesitamos prácticas de control; necesitamos pesticidas…parece que necesitaremos de todo para obtener un cultivo”.
Eliminar la malezas es crucial para el control de enfermedades
En el invierno pasado, el enfoque de ‘todos manos a la obra” ayudó a controlar las malezas que albergan a los trips. Y ahora que los campos se están secando, tras las tormentas de enero, Smith señaló que las comunidades deben regresar al control de la maleza – con un enfoque en las malezas prominentes que albergan trips y a las áreas que se encuentran cerca de las granjas y que se descuidaron. El año pasado, los focos de infección se encontraron en lotes industriales que fueron ignorados durante el proceso de desherbado.
“La gente no puede perder de vista, que necesitamos seguir controlando las malezas en las áreas claves, porque son un refugio para el virus en el invierno”, manifestó Smith. “Hay que seguir trabajando en eso”.
Sin embargo, y a pesar de la eficiente eliminación de la maleza, el daño causado por INSV y el Pythium se propagó en el 2022; Smith dijo que ”es muy posible” que las altas temperaturas del verano contribuyeron en la prevalencia de la enfermedad durante el otoño. La población de trips tiende a crecer en el clima más caliente, mencionó Smith, pero hay que investigar más para entender la biología básica del insecto, incluyendo cómo adquieren el virus y cómo lo propagan.
Pearsons citó el trabajo realizado por Daniel Hasegawa, un entomólogo del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, quien encabeza los equipos para el control de poblaciones trips en el Valle de Salinas. Actualmente, el conteo de trips en las trampas de tarjetas pegajosas, se hace manualmente, pero Pearsons y Mason mencionaron la posibilidad de usar un AI y aprendizaje mecanizado para agilizar ese proceso.
Mason comentó que la comunidad agrícola está entusiasmada con la ayuda de nuevas tecnologías y las ideas que Pearsons y Wang están trayendo a esta región.
“Espero que se queden aquí durante treinta años”, agregó.
Los nuevos asesores notaron la palpable energía y espíritu de cooperación que hay en el Valle de Salinas para afrontar el reto de manera proactiva.
“Mirando al pasado, ha habido otros brotes y enfermedades que se han logrado superar”, dijo Pearsons. “Los agricultores son fuertes y creativos y estoy seguro que aquí se seguirá produciendo lechuga por muchos años, podría ser un poco diferente y podríamos pasar por un periodo un poco doloroso pero vamos a llegar al punto en que podremos encontrar soluciones”.
Y aunque existe la preocupación de que algunos agricultores decidan salir de la región, Wang manifestó que ella también cree en las fuertes raíces y la rica historia de la industria.
“Por muchos años, el Valle de Salinas ha contado con un maravilloso clima para la lechuga; existen algunas ventajas innegables aquí”, señaló la experta. “Este sigue siendo el mejor lugar de Estados Unidos y posiblemente de todo el mundo para cultivar lechuga.
Traducido al español por Leticia Irigoyen del artículo en inglés
Editado para su publicación por Norma De la Vega