El consumo crónico de bedidas alcohólicas causa daños estructurales en el cerebro. Pero un estudio de la Universidad de California en San Francisco indica la posibilidad de revertir daños como pérdida de la memoria y dificultad para concentrarse y controlar los movimientos, que resultan del abuso crónico del alcohol. Según el doctor Dieter Meyerhoff, el cerebro comienza a recuperarse cuando se deja de beber
Meyerhoff: “We want to let the drinker know that there is a chance for recovery, funcionally… Queremos que los bebedores entiendan que pueden recuperar sus habilidades si se mantienen sobrios".
De la Universidad de California, Myriam Grajales-Hall.