- Author: Myriam Grajales-Hall
SAN JOAQUIN-(UC)— Comprar un pavo para prepararlo el Día de Acción de Gracias o durante las fiestas de fin de año puede presentar algunas sorpresas si se toma en cuenta que hoy día los procesadores de aves agregan dispositivos de plástico, metal, papel o algodón al pavo con diversos propósitos. Los consumidores deben saber cómo cocinar el ave sin correr el riesgo de que se derritan o deshagan.
“Los productores deben tener registrados documentos que indican la seguridad de los materiales de los diversos artículos funcionales que agreguen a carnes y aves”, apunta Anna Martin, especialista en nutrición y asuntos de la familia y del consumidor de Extensión Cooperativa de la Universidad de California. “Sin embargo, los consumidores en ocasiones les dan usos para los cuales no fueron diseñados”.
Un ejemplo son la variedad de artículos que se usan para mantener unidas las piernas de los pavos y pollos. Pueden ser hechos de metal o nylon resistente al calor y, por lo tanto, se pueden dejar en el ave durante el cocimiento. Sin embargo, es más difícil que la cocción de las aves sea pareja si se dejan unidas la piernas.
Se ha presentado el caso de que un consumidor olvida sacar la bolsa de menudencias de la cavidad del pavo antes de cocerlo o no quita el protector plástico del hueso de un jamón o incluso que cocine la almohadilla plástica cubierta de papel que se encuentra bajo las carnes sobre charolas de poliestireno.
Para aclarar estas dudas, Martin acudió a las especialistas de la Línea Telefónica Gratuita para Responder a Preguntas Sobre Carnes y Aves del Departamento de Agricultura de los EE.UU.
Si se deja la bolsa de menudencias dentro del pavo al cocinarlo: En el caso de las bolsas de papel, se pueden comer tanto las menudencias como el pavo aunque se haya dejado la bolsa dentro durante el cocimiento. Empero, si la bolsa es de plástico y ésta cambió de forma o se derritió durante la cocción, no debe consumirse ni las menudencias ni el pavo, pues sustancias químicas dañinas pudieran haber penetrado en ambos. Si la bolsa de plástico aparece intacta, es probable que tanto las menudencias como el pavo sigan salubres y puedan consumirse siempre que la carne haya quedado bien cocida.
Si se olvida quitar el plástico protector de un jamón: El propósito de este plástico es evitar que el hueso del jamón perfore la cubierta que lo cubre. Si se deja y se cuece el jamón a una temperatura de 325º o hasta de 350º F, es probable que no se haya derretido a pesar de emitir un olor a plástico o dejar un sabor a químico. Sin embargo, como no se puede medir la profundidad a la cual haya penetrado alguna sustancia química dentro del jamón, éste no debe consumirse. El USDA recomienda desechar el jamón.
Si se cocina la almohadilla de plástico y papel que se encuentra debajo de carnes o aves empacadas sobre una charola de poliestireno: Esta almohadilla no debe cocinarse con las carnes o aves. Sin embargo, si esto sucede y la almohadilla aparece intacta (no se separa o derrite), la carne cocida no presentará un peligro inminente a la salud. Sin embargo, si la almohadilla ha cambiado de forma o se ha derretido, no consuma esta carne o ave.
Si se deja la malla protectora en el jamón o pavo al cocinarlo: La malla puede ser de tela, plástico o una mezcla de plástico y hule. Su propósito es mantener la forma del jamón o pavo. Si es de tela, puede quemarse un poco al cocinarse, pero no hay riesgo de que sustancias químicas dañinas penetren la carne. Algunas mallas de plástico o de plástico y hule están fabricadas para resistir el calor del cocimiento. Sin embargo, la etiqueta debe incluir instrucciones específicas que indiquen que el jamón o pavo puede cocerse con la malla sin ningún riesgo.
Un consumidor bien informado es un consumidor sensato y precavido. Lea siempre las etiquetas, siga las instrucciones de los productores y proteja su salud y la de su familia.
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