- Author: Myriam Grajales-Hall
Published on: June 12, 2009
RIVERSIDE – (UC) – ¿Está usted tratando de conservar agua al regar su jardín, pero tiene problemas para lograrlo? ¿Quizás está pensando que para cumplir con sus objetivos de conservación de agua necesita arrancar las plantas y reemplazarlas con otras que no requieren de tanta agua para sobrevivir?
Dennis Pittinger, horticultor ambiental de Extensión Cooperativa de la Universidad de California, brinda cinco pasos que le permitirán adoptar un plan sencillo y práctico para reducir la cantidad de agua que necesita su jardín. Cada paso puede ayudarle a reducir hasta un 10 por ciento de agua. El impacto que tendrá en el jardín se hace más severo con cada paso, así que deténgase en el paso que le permita ahorrar suficiente agua para alcanzar su objetivo.
PASO UNO - Repare y mantenga en buenas condiciones el sistema de irrigación.
Camine por su jardín mientras el sistema de irrigación está funcionando. Revise si hay algunas fugas en las válvulas, cabezales de aspersores y otras partes del sistema de irrigación. También vea si hay cabezales de aspersores que:
- riegan el pavimento.
- están bloqueadas por el pasto u otras plantas.
- tienen un chorro inadecuado o mal dirigido.
- están fuera de alineamiento.
Haga las reparaciones o ajustes necesarios. Asegúrese de que los cabezales rotativos o de rocío estén bien ajustados y espaciados para que puedan rociar agua de manera uniforme desde un aspersor a otro. Si no es así, debe ajustar los cabezales o agregar otros para obtener un rocío uniforme de agua.
También, asegúrese de que el controlador de irrigación puede operar por lo menos tres programas separados con por lo menos tres tiempos de inicio. Si no es así, reemplácelo con uno que tenga tres funciones.
PASO DOS - Identifique o cree grupos de plantas que tengan necesidades de agua similares.
Esta práctica, conocida como "creación de hidrozonas", facilita la tarea de cuadrar los horarios de riego con las necesidades de las plantas. Durante la mayor parte del año, la mayoría de las plantas necesitan agua con menor frecuencia y en menos cantidad que los céspedes. Así que asegúrese que cada área del jardín cuente con su propia válvula o conjunto de válvulas. Otras áreas del jardín, como los arriates o macetas de flores, las áreas con plantas de cobertura y las zonas con arbustos y árboles se deben irrigar con válvulas que puedan programarse por separado para que rieguen de acuerdo a las necesidades de cada grupo de plantas.
PASO TRES - Evalúe y mejore los horarios de irrigación para cada hidrozona.
Asegúrese de que los horarios para cada válvula aplican la cantidad de agua usando el intervalo que satisfaga las necesidades de las plantas, pero sin regar en exceso. Observe con qué frecuencia y duración funciona el sistema de irrigación para que el césped y las plantas se mantengan sanas y en buena forma. Compare estos horarios a los siguientes horarios generales y ajuste los suyos de ser necesario.
En la mayoría de las zonas no desérticas, los céspedes ya arraigados durante el verano necesitan ser regados no más de tres o cuatro días a la semana, con ciclos múltiples para cada día de riego. Para aplicar suficiente agua, pero sin causar escurrimiento, los ciclos necesitan funcionar entre 5 y 25 minutos dependiendo de los cabezales que se utilicen (rotatorios o fijos). La duración de los ciclos de riego se deben programar de tal forma que haya por lo menos entre unos minutos a una hora entre el inicio de cada válvula.
Los árboles ya arraigados, arbustos y plantas de cobertura por lo general necesitan menos agua. El riego para este tipo de plantas debe ser relativamente menos frecuente, por lo general no más de cada 4 a 10 días durante el verano, pero se necesita suficiente agua cada día de riego para mojar la tierra a un pie de profundidad. Nuevamente, programe ciclos múltiples o utilice riego por goteo para hacer esto, sin causar un escurrimiento.
PASO CUATRO - Reduzca la cantidad de agua aplicada a menos de la cantidad óptima.
A esta práctica se le conoce algunas veces como "irrigación con déficit". En el caso de céspedes y otras plantas que requieren de riego frecuente, simplemente reduzca los minutos en un 10 por ciento. Para los árboles, arbustos y plantas de cobertura es mejor mantener los minutos de riego igual y extender un poco los días entre una irrigación y otra. Es probable que aparezcan algunas manchas cafés en el césped y que otras plantas den muestras de señales de estrés por falta de agua.
PASO CINCO - Como último recurso, reduzca el área plantada que tiene que irrigar.
Este paso es el más drástico y puede resultar en un ahorro de agua considerable si se eliminan plantas en una área grande. Pero llevar a cabo esta acción puede tener efectos secundarios significativos, como un incremento en el calor y polvo en el área, debido a que las plantas no están presentes para suministrar enfriamiento por evaporación, humidificación y modificación del viento.