- Author: Alberto Hauffen
Urgen investigar cómo podría California enfrentar al maremoto plateado
ALAMEDA- (UC) - A California, el estado dorado, bien podría llamársele el estado plateado al iniciarse el año próximo; su creciente población de baby boomers comenzará a entrar a la tercera edad, como se le describe eufemísticamente a la ancianidad. Una especialista de Extensión Cooperativa de la UC predice que será entonces cuando el estado podría realmente verse en apuros.
California no está preparada para el arrasador aumento en su población de envejecientes que necesitará servicios especiales, advierte Mary Blackburn, asesora en nutrición y ciencias del consumidor de Extensión de la UC en el condado de Alameda. Ella urge comenzar cuanto antes a investigar maneras de hacer frente a lo que los demógrafos definen como el "maremoto plateado", que literalmente llegará a California en el 2011.
Los primeros baby boomers, los estadounidenses nacidos entre 1946 y 1964, cumplirán 65 años, la edad que tradicionalmente ha marcado el comienzo de la jubilación en Estados Unidos. Para la mayoría de las personas, alcanzar ese hito presagia los achaques típicos de la tercera edad.
Los demógrafos predicen que ese grupo de personas en California, ahora calculado en 4.1 millones de habitantes, 11.2 por ciento de la población, se duplicará para el 2030. Para el estado será una era de grandes desafíos, según Blackburn y sus colegas.
"El porcentaje de envejecientes en California está elevándose más rápido que en el resto del país, señala Blackburn, una de las investigadoras en una serie de artículos, en inglés, (The Golden State goes gray: What aging will mean for California) en la edición de octubre-noviembre del 2010 de la revista California Agriculture.
En la publicación trimestral de la División de Agricultura y Recursos Naturales de la UC se exponen las posibles repercusiones de la nueva explosión demográfica que experimentará el estado. El mayor desafío será en proveer a los envejecientes los servicios adecuados para mantenerlos sanos y que pasen sus últimos años de vida de la manera lo más confortablemente posible.
El rápido crecimiento de la población de personas que pasan de los 65 años "ya está teniendo un impacto económico en los presupuestos de cuidados de la salud en todos los niveles", añade Blackburn.
Tanto en California como en resto del país, el 80 por ciento de ellas ya tienen por lo menos un padecimiento crónico. Y probablemente pasarán los últimos siete años de su vida en mal estado de salud. De no tomarse ahora medidas preventivas, el problema podría ser mucho mayor en los próximos 20 años, cuando la primera generación de baby boomers pase de los 85 años.
Aunque en años recientes se ha dado mayor atención a la enfermedad de Alzhéimer, caracterizada por la pérdida de la memoria, y otros problemas de salud comunes en la edad avanzada, la nutrición no recibe la atención que merece en los servicios de salud para esas personas, lamenta Blackburn.
La nutrióloga de la UC recalca el papel que una buena alimentación y un estilo de vida más sano jugarán en reducir los costos en los servicios del cuidado de la salud de personas de edad avanzada.
Por ejemplo, ella insiste en que se consideren ciertos cambios en los requerimientos de algunos nutrientes básicos, como el calcio para el mantenimiento de los huesos, así como sus necesidades en el consumo diario de calorías para mantener el peso bajo control.
"Los cambios en la dieta y patrones de actividad física son muy efectivos en prevenir problemas de salud relacionados con la nutrición a cualquier edad", señala Blackburn. "Sin embargo, la nutrición es algo que usualmente no se integra como parte de la rutina en el cuidado de la salud de las personas de edad avanzada".
Ella cita estudios que asocian a la alimentación inadecuada con el desarrollo, más acelerado, de enfermedades crónicas y degenerativas entre los ancianos. Por ejemplo, puede haber una reducción de entre una quinta y una tercera parte en el consumo diario de ciertos nutrientes debido a cambios en el metabolismo de las personas de 65 años; pero se desconocen las necesidades nutricionales de las personas de edad mucho más avanzada.
En California, el aumento en la población mayor de 85 años podría pasar de 150 por ciento en 38 de los 58 condados del estado. A nivel nacional se esperan problemas similares con el rápido aumento de ancianos.
La diabetes, problemas cardiovasculares y otras enfermedades crónicas ligadas a los hábitos alimenticios afectan el bienestar de unos 90 millones de personas en todo el país.
En California, un estudio encontró en el 2003 que el 39.7 por ciento de las personas mayores de 65 años tenían sobrepeso y 16.6 por ciento eran obesas. La incidencia de diabetes entre californianos mayores de 65 años oscila alrededor del 15 por ciento.
Blackburn urge más atención en estudiar el impacto de ciertos nutrientes en el desarrollo de enfermedades crónicas. Por ejemplo, la relación entre el consumo excesivo de sucrosa y carbohidratos (azúcar y almidones) y la diabetes tipo 2.
"Debemos entender a fondo qué papel juegan en el desarrollo y manejo de esa enfermedad", afirma Blackburn en su artículo en que urge buscar medidas preventivas.
Por los últimos 15 años, ella se ha enfocado en estudiar las necesidades que enfrenta la población envejeciente de California, particularmente en el área de la Bahía de San Francisco que ofrece una buena muestra de la diversidad étnica del estado.
En todo el país, el 16 por ciento de quienes pasan de 65 años edad son de origen caucásico; 10 por ciento son asiáticos; 8 por ciento, afroamericanos; 7 por ciento, indoamericanos; y 4 por ciento son latinos.
No obstante, Blackburn anota que para estos últimos se pronostica un rápido y notable aumento puesto que, estadísticamente, los latinos constituyen el grupo étnico más joven pero de mayor crecimiento. Y son más propensos a desarrollar diabetes y por esa razón también estarán más expuestos a sufrir de enfermedades cardiovasculares.
Blackburn señala que habrá más problemas entre los ancianos inmigrantes que tienen problemas para comunicarse en inglés; ellos representan al 20 por ciento de la población de edad avanzada en el estado. Ella trabaja de cerca con agencias de servicios públicos de esa región para utilizar recursos con alimentos suplementarios para residentes de bajos ingresos, para mejorar la alimentación de las personas de la tercera edad.
Citando estudios recientes, Blackburn sostiene que enfermedades crónicas, como la diabetes, aquejan a una gran proporción entre envejecientes de bajos ingresos. Los efectos de esos padecimientos suelen agudizarse cuando se descuida la alimentación y la actividad física, particularmente a medida que pasan los años, añadió ella citando uno de esos estudios.
"Como el 10 por ciento de ellas tenían unos cinco o siete padecimientos a la vez; algunas están tratando de controlar su obesidad, otras la diabetes, y muchas otras tienen artritis", dijo.
Todos esos problemas podrían aminorarse mejorando la alimentación e incluyendo hábitos alimenticios más sanos y actividad física en la vida de los envejecientes, insiste la investigadora de la UC.
Por eso ella urge que se preste mayor importancia a la nutrición como medida de salud preventiva. Y que se investigue más a fondo la manera de hacer frente a esos desafíos en el futuro inmediato del estado y sus envejecientes.
Pero Blackburn recalca la importancia de no usar métodos trillados y que resultan, según ella, poco efectivos para enseñar a la población envejeciente cómo alimentarse mejor para mantenerse sanos. Ella pone como ejemplo lo que escuchó de una anciana en uno de los centros para envejecientes, antes de comenzar una clase de nutrición.
"Me dijo: 'doctora Blackburn, no importa lo que usted piense hacer, ¡no me venga con otro de esos videos!' Estas personas no quieren que los educadores simplemente lleguen y las sienten enfrente de un televisor para mostrarles videos", contó Blackburn.
Tal enseñanza, según ella, debe ser sencilla, directa y ajustarse a las necesidades específicas de las personas de edad avanzada, tomando en cuenta diferencias lingüísticas, culturales y étnicas y otros aspectos importantes en sus vidas.
"Quieren escuchar a alguien que realmente esté interesado en ayudarles, de manera individual, a enseñarles cómo solucionar sus problemas", agregó la especialista en nutrición de la UC.
La serie completa de artículos enfocados en la población envejeciente se encuentra en el sitio Internet de la revista California Agriculture de la UC. http://californiaagriculture.ucanr.org en la edición de octubre-diciembre, 2010, Vol. 64. No. 4.
/h5>