- Author: Lisa Rawleigh
DAVIS (UC) – La fisonomía de los mercados locales ha cambiado en los últimos veinticinco años. Cada día hay más frutas tropicales, como papaya y mango, así como una gran variedad de verduras poco conocidas pero muy apreciadas por los consumidores asiáticos, como el bok choy o col china y las hojas de mostaza.
Roberta Cook, economista agrícola de Extensión Cooperativa de la Universidad de California, ha hecho investigaciones sobre las nuevas tendencias alimenticias de los estadounidenses; estas revelan que el creciente número de inmigrantes hispanos y asiáticos, grupos que tienden a consumir más frutas y verduras, está generando cambios positivos en la población en general, tales como:
- Un sector importante de la población ha aumentado su consumo de frutas y verduras,
- El mercado de frutas y hortalizas frescas se ha diversificado, y
- El consumidor estadounidense está más dispuesto que hace veinte años a experimentar con nuevos sabores.
“Algunas frutas tropicales como papaya, piña y mango, que en el pasado tenían un nivel de consumo muy bajo en los Estados Unidos, actualmente mantienen una demanda mucho mayor; esto se debe en parte a los cambios en la población del país. Ahora tenemos más hispanos y asiáticos y ellos consumen más frutas y verduras, y su influencia se está extendiendo a la población en general”, señala la especialista en economía y mercadotecnia agrícola.
Datos recabados en el 2009 muestran que las familias estadounidenses gastaron un promedio de $439 dólares al año en la compra de frutas y verduras, mientras que los asiáticos gastaron $695; los latinos y afroamericanos gastaron $496 y $287 dólares respectivamente.
Cook menciona a la manzana y al plátano como dos frutas que consumen bastante los estadounidenses, pero añade que su consumo no ha crecido en los últimos veinte años. En cambio la demanda de otros alimentos tropicales como el aguacate y la papaya, antes prácticamente desconocidos en los mercados locales, está creciendo muy rápidamente.
Los cambios en la alimentación son, en parte, producto de la transformación demográfica que se ha visto en el país. Hace dos décadas, los latinos, conformaban el 7 por ciento de la población; ahora son 50 millones, y representan el 16 por ciento de los 310 millones de habitantes en la nación. Los asiáticos, por su parte, crecieron del 1 al 5 por ciento de la población. *file143255* Haga cllc aquí para leer el guión.
El crecimiento de ambos grupos étnicos ha provocado que el mercado de frutas y hortalizas frescas se haya diversificado, haciendo también que el consumidor estadounidense esté más dispuesto a experimentar con nuevos sabores, que hace veinte años.
La influencia de los hábitos alimenticios de los hispanos, quienes son muy fruteros, y los asiáticos, quienes añaden a todos su platillos diferentes tipos de verduras, se está extendiendo entre la población en general. Se está viendo que en la actualidad hay una apertura de la población en general a probar nuevos alimentos
“Lo que está pasando es que un segmento importante de la población, alrededor del 20 por ciento a nivel nacional, ya ha aumentado su consumo de frutas y hortalizas; mientras que otros consumidores que no están comiendo más frutas y verduras si han cambiado el tipo de alimentos que consumen”, recalca Cook.
Estadísticas del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos indican que entre1976 y 2009 el consumo de frutas y verduras, tanto frescas como procesadas, creció en un 8.4 por ciento alcanzando un promedio de 675 libras per cápita.
Según Cook, algunos de los factores que han propiciado el cambio en los hábitos alimenticios son: un mayor conocimiento de los beneficios que representan para la salud las frutas y verduras debido a una mayor difusión de mensajes de nutrición como MiPlato y las Guías Alimentarias para los Estadounidenses, 2010; una población mejor informada de la conexión y beneficios de la alimentación para la salud; y la diversificación de los restaurantes y la proliferación de programas de alimentos y comidas internacionales.
“Se podría decir que ahora los estadounidenses están más dispuestos a probar nuevos sabores, y lo que está pasando es que los consumidores tienen más variedad de frutas y verduras y mucha información sobre cómo prepararlas”, resalta la economista.
“Hay una gran demanda de productos hispanos. Por ejemplo, ellos consumen mucho tomate, aguacate y limón, y el consumo de esos alimentos ha crecido bastante en los Estados Unidos. El aguacate en especial no se conocía antes en el Este del país y ahora se consume mucho aguacate por allí también”, señala Cook.
Otros cambios en los hábitos alimenticios son:
- Aumento importante en el consumo de todo tipo de bayas como la fresa, frambuesa, arándanos y zarzamoras. “Son alimentos que nosotros llamamos de bienestar por los grandes beneficios que ofrecen a la salud a largo plazo”, indica la especialista.
- Incremento en la demanda de alimentos semi preparados.Ahora se están utilizando más productos de conveniencia; por ejemplo, tenemos muchas más ensaladas embolsadas que vienen ya lavadas y pre cortadas, y eso hace que podamos preparar una cena saludable y rica en menos tiempo que en el pasado”, puntualiza Cook.
- Crecimiento considerable en el consumo de alimentos orgánicos. A nivel nacional, el porcentaje de productos orgánicos que se venden en el mercado ocupa el 5 por ciento del total de las frutas y verduras. “Tal vez no parezca mucho, pero si vemos que la oferta de estos productos comenzó de una base de cero hace veinte años, esto nos indica que han tenido un crecimiento mucho más grande que otros productos”, hace notar la investigadora.
Cook, quien habla español con fluidez y amplio conocimiento y ha colaborado con autoridades mexicanas en diferentes ámbitos, indicó que los hábitos alimenticios de los latinos en cuanto al consumo de frutas y hortalizas son buenos.
“Son muy fruteros; pero podrían mejorar un poco su alimentación incrementando su consumo de ensaladas. Las ensaladas no han tenido mucha tradición en los países hispanos y son platillos muy saludables y fáciles de preparar”.
“Es imperativo fomentar un mayor consumo de frutas y verduras entre la población, pero particularmente entre los chicos y jóvenes. Cuando los buenos hábitos se inculcan desde una temprana edad, es más probable que duren para toda la vida”, puntualiza la especialista.