- Author: Norma De la Vega
ALAMEDA (UC) - Los estadounidenses ahora viven más años: la esperanza de vida en California es 76 años para los hombres y 81 años para las mujeres. Pero el objetivo de los expertos en salud no solo es obtener una larga vida, sino extender los años de vida saludable
“Si la meta es envejecer saludablemente entonces la buena alimentación tiene un rol importante, ya que junto con el ejercicio, aumenta la fortaleza física, la estabilidad emocional, la movilidad y los sentimientos de bienestar e independencia”, señala Mary Blackburn, consejera de nutrición de Extensión Cooperativa de la Universidad de California en el condado de Alameda.
Investigaciones realizada por Blackburn en torno a la nutrición de adultos de edad avanzada indican que muchos ancianos están enfrentando varios retos para tener acceso a una alimentación saludable, especialmente las personas de bajos ingresos. De acuerdo a estadísticas oficiales, se trata de un segmento importante de la población puesto que en California más del 28 por ciento de las personas mayores de 65 años viven en extrema pobreza y 8 por ciento en pobreza moderada.
“El dinero es una preocupación para muchos de ellos; así nos los indica una evaluación que hicimos entre más de cien ancianos que asistieron a un taller realizado el verano pasado. Diez por ciento señalaron que no les alcanzaba el dinero hasta fin de mes para la compra de alimentos y 40 por ciento dijeron preocuparse por dinero,” señala Blackburn.
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La Extensión Cooperativa de la UC inició en 1993 el programa educativo “La calidad de vida” para adultos de edad avanzada que ofrece talleres educativos gratuitos sobre nutrición y bienestar.
“Nosotros impartimos clases sobre una vida sana en las que enseñamos acerca de cómo mantenerse activo, optar por una alimentación saludable, cómo lidiar con el estrés, la importancia de beber agua y leer las etiquetas de los alimentos. Pero hemos encontrado que entre las preocupaciones de los ancianos no sólo se encuentra el comer saludablemente; además tienen que lidiar con problemas crónicos de salud, algunas veces tienen hasta cinco problemas crónicos como alta presión, sobrepeso, artritis y sucede que a muchos de ellos se les complica adoptar un estilo de vida saludable si no aprenden a ver todas sus distintas necesidades como un conjunto, y a manejarlas adecuadamente en sus vidas; y algunas veces, se van a sentir descorazonados”, enfatiza Blackburn.
Es así como la nutrición queda relegada cuando hay otros retos propios de la edad avanzada: problemas financieros, digestivos, transportación, movilidad y depresión. “Muchos ancianos que viven solos no quieren cocinar para una persona. Otros dicen que las frutas y verduras les provocan malestares estomacales y terminan comiendo productos refinados por temor a la indigestión”, precisa la especialista.
La falta de acceso a los alimentos también afecta a los ancianos cuando no pueden manejar, caminar o estar de pie por mucho tiempo. “Muchos de ellos tienen problemas de artritis y tienen dolores, pero no se dan cuenta que lo mejor es hacer ejercicio para combatirla”, indica Blackburn.
Las investigaciones también indican que 25 por ciento de las personas en este país sufren intolerancia a la leche y muchos ancianos no están consumiendo el calcio que requieren para combatir la osteoporosis.
La experta en nutrición explica que a muchos adultos de edad avanzada se les dificulta entender la información cuando se presenta usando tecnología como presentaciones en PowerPoint o videos. “Los ancianos prefieren el contacto personal; ellos nos han dicho, ‘queremos que sea una persona la que hable con nosotros y nos dedique tiempo. Ya hemos tenido suficientes discursos enlatados’”.
También han encontrado que los ancianos de bajos ingresos y poca escolaridad tienen problemas para leer información sobre sus medicamentos, seguir instrucciones sobre el cuidado de la salud y entender las etiquetas de los alimentos.
Blackburn recalca que todos estos aspectos se deben tomar en cuenta porque en el estado más de la mitad de los ancianos están en riesgo de enfermedades crónicas relacionadas con problemas de nutrición y estilo de vida.
He aquí una serie de recomendaciones preparadas por la especialista respecto a nutrición y calidad de vida.
- Beber mucha agua. Muchos ancianos no se dan cuenta de lo importante que es tomar agua, especialmente cuando están tomando muchos medicamentos.
- Comer más frutas y verduras para reducir la grasa en su alimentación. Una tercera parte de su plato tiene que ser de frutas y verduras, y tan solo un poquito de carne.
- Aumentar el consumo de productos de granos enteros o integrales.
- Buscar opciones para reducir el consumo de azúcar.
- Prevenir la intoxicación por alimentos mediante su manipulación adecuada. No comer alimentos que no estén pasterizados.
- Hacer ejercicio y procurar dormir suficientes horas.
Blackburn indica que la calidad de vida incluye el bienestar físico, mental y emocional y para obtenerlo es importante que las personas tengan una vida social. Recomienda que los ancianos mantengan relaciones cercanas con miembros de la familia y participen en actividades religiosas, políticas y busquen opciones para conectarse con su comunidad.
“Muchas veces los ancianos piensan que no tienen poder o control sobre la calidad de sus vidas, ¡pero si lo tienen! Solo necesitan aprender a ejercerlo.”