- Author: Alberto Hauffen
Marzo: Mes Nacional de la Nutrición
DAVIS (UC) – A medida que crece la amenaza que el sobrepeso y la obesidad presentan para la salud de los californianos, sobre todo para los latinos, el programa de educación de nutrición UC CalFresh, de Extensión Cooperativa de la Universidad de California, trata de protegerlos de las enfermedades asociadas con el exceso de peso.
“El problema de obesidad infantil es muy grave aquí en los Estados Unidos. Especialmente entre la población latina”, indica Lucía Kaiser, especialista en nutrición de Extensión Cooperativa. Por ejemplo, uno en cada cuatro niños mexicanos aquí, viviendo en los Estados Unidos, tiene el problema de sobrepeso”.
ENGLISH SUMMARY: From North to South and East to west, the UC CalFresh nutrition education program looks for ways to stop the obesity epidemic. Nutritionist Lucia Kaiser, and nutrition educators Guadalupe Cabrera, Margarita Schwarz, and Sonia Fernández talk about their work in helping Latino families. |
Se considera que la obesidad es una de las peores amenazas para la salud infantil. En California, afecta al 16.7 por ciento de los niños latinos de 2 a 5 años. En los niños anglosajones, la tasa es 3.5 por ciento.
En Estados Unidos, la obesidad afecta al 42 por ciento de latinos adultos y al 32.6 por ciento de los anglosajones, según el reporte The State of Obesity (El Estado de la Obesidad), publicado por la Robert Wood Johnson Foundation. Un estudio encontró que entre 2003 y el 2006, la obesidad costó $250,000 millones de dólares por año en servicios de salud y pérdida de productividad causadas por muertes prematuras.
La obesidad se debe principalmente a malos hábitos alimenticios. Uno de cada cuatro hogares latinos no tiene los recursos necesarios para obtener una buena alimentación. La mayoría de los productos alimenticios que comen son densos en calorías, bajos en fibra y altos en grasa, sodio y carbohidratos. Con ello tienen un mayor riesgo de desarrollar la obesidad, sobre todo sus niños quienes consumen más golosinas y bebidas endulzadas.
“La familia necesita comer más frutas y verduras, tomar menos bebidas endulzadas. Y, también muy importante, toda la familia necesita más actividad física para mantener la salud”, afirma Kaiser.
Según estudios, 84 por ciento de los anuncios en televisión en español, enfocados en los adolescentes, son de productos comestibles de poco valor nutritivo. La industria de restaurantes de comida rápida incrementó su publicidad en 8 por ciento en ese medio entre el 2010 y el 2013. El número de anuncios de sus productos que miraron los niños de edad preescolar aumentó 16 por ciento.
Además, comparados con vecindarios de anglosajones, en los vecindarios latinos de bajos ingresos hay nueve veces más carteleras y otros tipos de publicidad visuales promocionando la comida rápida y bebidas endulzadas.
La actividad física y la obesidad
Por otro lado, los latinos dedican menos tiempo que los anglosajones a la actividad física necesaria para evitar la obesidad.
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“En las familias es importante que los padres sean un ejemplo de cómo se debe comer y de la actividad”, aseveró la nutricionista de la UC. “No es posible ayudar a sus niños si los padres no están dando un ejemplo bueno”.
Por esa razón, a lo largo y ancho del estado, en las clases de nutrición que se imparten gratuitamente, se enfatiza la importancia de mejorar la alimentación e incrementar la actividad física mediante varios programas educativos. Por ejemplo, ¡A Movernos! indica los beneficios de incluir la actividad física en la rutina diaria.
“Algunos de ellos vienen siendo reducir el riesgo de desarrollar enfermedades del corazón, alta presión y diabetes”, anota Guadalupe Cabrera, educadora de nutrición en el condado de Orange.
Los latinos, especialmente los de origen mexicano, son más propensos a sufrir de problemas cardiovasculares. Comparados con los anglosajones, tienen 43 por ciento más de probabilidades de sufrir de embolias cerebrales, la tercera causa de mortalidad. Los latinos también son más afectados por la diabetes: 13.2 por ciento, comparados con 7.6 por ciento en los anglosajones.
“El exceso de peso y la falta de actividad física son los riesgos más importantes que influyen en el desarrollo de la diabetes tipo 2”, remarcó la nutricionista Kaiser. “Es importante trabajar con toda la gente para prevenir este problema”.
En las clases a familias de inmigrantes latinoamericanos también se les hace ver las ventajas de conservar hábitos que conducen a una vida saludable.
“Vamos con los padres y les hablamos acerca de la importancia de volver a esos tiempos en los que vivíamos en México, de salir a jugar con los niños al parque, de ir en caminatas familiares”, explica Margarita Schwarz, educadora de nutrición en el condado de San Diego. Ella aconseja “volver a comer como estábamos comiendo en nuestros países: nuestros frijoles, nuestras frutas y vegetales, nuestros caldos de pollo que eran tan deliciosos y tan saludables”.
En las clases se aconseja eliminar, o por lo menos reducir, el consumo de productos alimenticios procesados, con poco valor nutritivo y altos en calorías, como los que abundan en la industria de restaurantes de comida rápida.
“Cortar esos hábitos que hemos adquirido en este país, tales como es el comer tanta comida chatarra, tanta soda, tantas papas fritas”, remarcó Schwarz.
Los estudios indican que el aumento de obesidad ha resultado del alto consumo de comida chatarra y bebidas azucaradas. Los expertos en salud recomiendan volver a las comidas hechas en casa, con menores cantidades de grasa, azúcar y sodio que las que contienen los productos alimenticios procesados.
Por eso, en las clases de nutrición se recalca la importancia deseleccionar alimentos ricos en fibra, vitaminas y minerales, que ayudan a mantener un peso sano.
“Una meta de nuestro programa es ayudar a los padres, ayudar a los niños a entender que tenemos que comer alimentos saludables. Tenemos que asegurarnos que coman frutas y verduras”, dijo Sonia Fernández, educadora de nutrición en el condado de Yolo.
En las clases se enseña cómo comprar alimentos sanos, sin gastar demasiado dinero, basándose en el contenido de nutrientes descritos en las etiquetas de productos alimenticios.
“Si ellos no saben, nosotros podemos ayudarles, darles la información, educarlos sobre cómo pueden mirar un paquete y hacer la decisión si es un producto saludable o no; para ayudarles en la tienda cuando están haciendo sus compras”, explicó Fernández.
En particular, para lograr que las comidas sean más provechosas, las educadoras de nutrición resaltan la importancia de comer en familia.
“Que se sienten a comer con sus hijos, en lugar de ponerlos enfrente de la televisión a comer, sino que compartamos como familia esa comida porque, yo creo que así se da cuenta la madre cómo está comiendo su familia”, concluyó Schwarz.
Encuentre más información acerca del programa de educación CalFresh en el sitio del Servicio de Información en Español de la Universidad de California (http://espanol.ucanr.edu). O visite su oficina local de Extensión Cooperativa para informarse acerca de las clases de nutrición que ofrecen.
Una iniciativa para mantener y mejorar la salud de comunidades y familias es parte de la Visión Estratégica 2025 (Strategic Vision 2025) de la División de Agricultura y Recursos Naturales de la UC.
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