LOS ANGELES - (UC)-El primer estudio en analizar más de 500 investigaciones relacionadas al ambiente social de la familia halló que crecer en un hogar caracterizado por conflicto, enojo y agresión, sin calidez emocional y donde se hace caso omiso de las necesidades de los niños aumenta el riesgo de desarrollar cáncer, enfermedades del corazón, presión arterial alta, diabetes, obesidad y morir a una edad temprana.
Son
más conocidos los problemas emocionales y de comportamiento que pueden
presentarse a raíz de estas circunstancias familiares, tales como la agresión,
delincuencia, depresión, ansiedad y suicidio. Estos problemas y los físicos
pueden iniciarse en la adolescencia y durar toda la vida.
"Los niños que ven a sus familiares gritar o pegar en respuesta a un conflicto con frecuencia crecen sin aprender las habilidades que aprenden otros niños para resolver problemas", advierte Rena Repetti, de la Universidad de California en Los Angeles. "Es probable que los chicos más carentes de destrezas sociales y de resolución de problemas y conflictos sean los más propensos a buscar la aceptación a través del abuso de sustancias químicas o comportamiento sexual peligroso", agrega, calificando de "abrumadora" la evidencia encontrada. Estos chicos también pueden ser antisociales y buscar un escape en el cigarrillo.