DAVIS -
(UC) - Conducir un tractor poderoso a medida que arranca, corta
y labra la tierra al término de la cosecha es un ritual del otoño que agrada a
muchos agricultores. Sin embargo, muchos quizás estén dispuestos a abandonar
esta práctica si toman en cuenta los beneficios económicos y ambientales de la
labranza de conservación.
La
labranza o cultivo de conservación (conservation tillage), además de aportar
ahorros, puede ayudar a economizar en el agua, disminuir el polvo, suprimir
malezas, mejorar la calidad del suelo y hasta reducir los gases que emiten los
invernaderos, afectando la atmósfera.
El
uso de esta técnica ya tiene muchos partidarios en otros lugares en los Estados
Unidos, particularmente donde la lluvia veraniega erosiona el suelo que quedó
suelto y expuesto por métodos tradicionales de cultivo. En investigaciones
realizadas en el Centro de Investigación y Extensión de la Región Oeste de la
UC, así como en UC Davis y en ranchos comerciales, los científicos encontraron que el
cultivo de conservación puede tener un futuro prometedor en California.
"Esto puede ser algo que se hará más popular cuando ya haya sistemas
exitosos desarrollados para el clima y condiciones de California y los
agricultores se den cuenta de las ventajas", precisa Jeff Mitchell, especialista
en cultivo de verduras con la Universidad de California en el Centro Agrícola
Kearney, cerca de Parlier, en el Valle Central.
El
cultivo de conservación tiene muchas variantes. No importa que sistema se use -
sin labranza, labranza en hileras, dejando un borde o con un mínimo de labranza
- todos reducen drásticamente el número de veces que los implementos del tractor
tienen que penetrar el suelo. Se puede sembrar un cultivo de cobertura después
de la cosecha y destruirlo antes de sembrar dentro de las plantas muertas el
cultivo que se desea. Otros agricultores pueden pasar directamente del cultivo
de tomates a la siembra de grano pequeño, del cultivo de la alfalfa al trigo, o
del algodón al algodón al labrar una franja angosta de suelo para crear una cama
para las semillas o plantar las semillas en la tierra con una sembradora.
Bob Prys, administrador agrícola de las granjas Borba en la zona
occidental del Valle de San Joaquín dice que está convencido de las ventajas del
cultivo de conservación.
"En las granjas Borba siempre estamos en búsqueda de ideas nuevas e
innovadoras para reducir nuestros costos", apunta Prys. "Todo mundo sabe que los
precios que obtenemos no están subiendo. Lo único que podemos controlar son los
costos de insumos. Cualquier cosa que podamos hacer para reducir el costo de los
insumos significa que tendremos ganancias".
El
cultivo de conservación se empezó a usar en las granjas Borba en un rancho de
400 hectáreas cuyo rendimiento dejaba mucho que
desear.
"Este suelo es tan arenoso como el lecho de un río. Después de regarlo
unas cuantas veces, el suelo simplemente se endurece tanto que se pone como
cemento", observa Prys. En las parcelas donde se probó el cultivo de
conservación el año pasado, a media estación se podía ver sin necesidad de
análisis técnico que el suelo había mejorado".
Explica Prys que el cultivo de conservación mejora el rendimiento y
reduce el costo de insumos, lo que resulta en ahorros de hasta $50 por acre.
"Con esos ahorros, se puede comprar equipo nuevo en poco tiempo",
dijo.
Sin embargo, el cultivo de conservación tiene sus retos. El residuo de
plantas puede hacer más lento el flujo del agua en las zanjas, dificultando la
germinación de las semillas y limitando a los agricultores al uso de ciertas
configuraciones de camas para la siembra.
"Es posible que hasta haya cuestiones de las cuales todavía no nos enteramos, como las relacionadas a plagas y enfermedades que puedan presentarse al paso del tiempo", apunta Mitchell. "No hay nada que garantice un éxito automático o absoluto, pero algunos agricultores ya están usando exitosamente el cultivo de conservación".
El grupo de trabajo sobre Cultivo de Conservación de la Universidad de California, presidido por Mitchell, ha sido invitado a Georgia en febrero del 2003 para dar una presentación de sus programas de cultivo con miras a la conservación. Además, el mismo grupo dará inicio a una serie de conferencias en los estados de la región oeste de los EE.UU. sobre cultivo de conservación en las que participarán agricultores, investigadores, asesores y representantes de la industria privada de California, Arizona, Nevada, Washington y Oregon.