DAVIS-(UC)-
Una investigación reciente encontró que las mujeres entre 30 y 50 años de edad
que realizan por lo menos 45 minutos de ejercicio cada día pueden tener casi 10%
menos de grasa corporal que mujeres que sólo hacen ejercicio por una hora
semanalmente. Las mujeres activas tienen también niveles metabólicos más altos
que las sedentarias, aun durante periodos de descanso.
"Si le parece demasiado tiempo invertir 9 horas semanales en hacer
ejercicio, considere empezar por ir a caminar una o dos veces al día por media
hora", recomienda Nancy Feldman, asesora en nutrición y ciencias de la familia y
del consumidor con Extensión Cooperativa de la Universidad de California. "Luego
puede aumentar el tiempo a 45 minutos cada vez. ¡Así logrará hacer nueve horas
de ejercicio semanalmente! Vale la pena invertir este tiempo por lo beneficios
obtenidos," apunta.
El estudio, reportado en la Revista de la Asociación Dietética
Norteamericana, comparó a mujeres sanas, premenopáusicas y de peso estable para
ver el efecto de la actividad física habitual en la composición de los tejidos
del cuerpo y la actividad metabólica durante periodos de descanso. El grupo de
mujeres activas contaba con 18 participantes que habían hecho 9 horas de
ejercicio semanalmente por un mínimo de diez años. Las 14 mujeres que
conformaban el grupo sedentario participaban en actividades físicas semanalmente
por sólo una hora. Los investigadores cuidaron que no hubiera diferencias entre
los grupos en cuanto a la edad o al tamaño corporal.
Aparte de encontrar niveles metabólicos más altos y menos grasa corporal
en las mujeres activas, los autores del estudio apuntan que el ejercicio es de
beneficio particular para las mujeres porque ayuda a evitar la pérdida de la
fuerza, densidad de los huesos, tejido libre de grasa y capacidad para valerse
por sí mismas que generalmente se pierde con la edad. Mantener el cuerpo más
libre de grasa ayuda también a reducir el riesgo de
obesidad.
Además de los beneficios citados, Feldman observa que hay quienes indican
que la actividad física habitual puede fomentar el bienestar sicológico,
aumentar la autoestima y reducir el riesgo de desarrollar enfermedades del
corazón, cáncer del colon, diabetes y presión arterial
alta.
"Al paso de los años, cualquier aumento en la actividad física, por pequeño que sea, puede mejorar la salud", afirma la especialista.