LOS
ANGELES-(UC)— El número de jardines
urbanos comunitarios donde los niños, al igual que los adultos, disfrutan y
aprenden al cultivar flores y sabrosas hortalizas va en aumento, gracias a
programas de Extensión Cooperativa de la Universidad de California.
Antes de
plantar cualquier cosa, es esencial preparar el suelo para eliminar
concentraciones tóxicas de residuos de ciertos microelementos que pueden
encontrarse en la tierra y ser dañinos para la
salud.
“Es probable
que cualquier lugar sujeto a la actividad humana contenga niveles elevados de
oligoelementos en el medio ambiente, especialmente en la tierra”, precisa Donald
Hodel, consejero en horticultura medioambiental con Extensión Cooperativa,
refiriéndose a sustancias como el hierro, magnesio y cobalto necesarias para la
salud pero en cantidades muy pequeñas.
“Mientras que
no hay razón, por lo general, para preocuparse, en algunos casos la acumulación
de estos microelementos puede llegar a niveles a los cuales sería recomendable
tomar medidas de precaución para evitar riesgos a la salud”, apunta Hodel.
Se debe tener
mayor cuidado con algunos oligoelementos cuando se trata de niños pequeños,
particularmente los menores de seis años de edad. Por el tamaño de su cuerpo y
al estar todavía en desarrollo su sistema neurológico, su tolerancia a estos
contaminantes es menor y su sensibilidad, marcada.
En los
jardines urbanos, los niños no sólo ayudan a plantar y cosechar, sino que juegan
con la tierra, ensuciándose dedos y manos y, en ocasiones, hasta llevándosela a
la boca. Esto los pone en contacto directo con microelementos posiblemente
peligrosos.
Hodel brinda
las recomendaciones a continuación para reducir el riesgo de que niños o adultos
queden expuesto a oligoelementos:
En el huerto o
jardín urbano:
- Antes de sembrar, quite por completo los escombros de lugares donde se
va a plantar un jardín, tales como madera vieja pintada, metal galvanizado o
baterías, y deseche estos artículos debidamente.
- Lávese siempre las manos muy bien después de trabajar o jugar en
terrenos urbanos; mejor aún, use guantes.
- Lave muy bien todas las verduras y frutas, y pele aquellas que crecen
bajo tierra, como la remolacha o betabel, rábano y zanahoria antes de
comerlas. No use las hojas exteriores de las verduras de hojas
frondosas.
- Reduzca las concentraciones altas de oligoelementos esparciendo la
tierra en un área grande en el jardín o mezclando con tierra sin
contaminantes. No excave la tierra contaminada del jardín ni la lleve a otro
lugar. La ley la considera un residuo tóxico y su desecho debe hacerse de
acuerdo con reglamentos estrictos.
- La mayoría de los microelementos que podrían ser peligrosos se
encuentran en las primeras dos pulgadas de profundidad de la tierra sin
cultivar o sin excavar. Por lo tanto, cultive la tierra un mínimo de ocho
pulgadas de profundidad antes de sembrar para mezclar la tierra superficial
con la tierra limpia de más abajo.
- Coloque las plántulas, particularmente de cosechas de hojas frondosas,
lo más lejos de la calle posible, por lo menos a 75 pies de distancia. Ponga
cercas, muros y arbustos para ayudar a mantener alejado del jardín el polvo y
humo de los autos.
- Mantenga nuetral el pH de la tierra, o sea, cerca de 7; y asegúrese de
que los niveles de fosfato sean los adecuados.
- Use cantidades grandes de materia orgánica, como compost y humus, para
abonar la tierra.
- Cubra con pajote hecho de hojas, astillas de madera, heno y periódico
para reducir la cantidad de polvo que se
levante.
- Use tierra limpia y siembre en camas o receptáculos
elevados.
En las zonas
de juego para niños:
- De ser posible, haga que los niños jueguen en lugares sin
contaminación.
- De no serlo, tape el suelo alrededor de las zonas de juego
con:
- una superficie artificial impermeable,
- arena o pedacitos de madera.
- Aparte ropa y zapatos que los niños puedan usar cuando estén en el jardín, y no los guarde en la casa.
Estos pasos sencillos contribuirán a la tranquilidad de los padres que compartan con sus hijos el gozo de las actividades al aire libre.