Los latinos tienen una tendencia a desarrollar diabetes tres veces mayor que los anglosajones. Pero cambios en el estilo de vida al emigrar a Estados Unidos los predispone aun más a ésta y a otras enfermedades.
“En nuestro país de origen comemos más vegetales y más frutas”, señala Gustavo Rimada, del Programa de Educación de Nutrición de la Extensión Cooperativa de la Universidad de California. “Cuando venimos a este país y tenemos un poquito más de solvencia económica, empezamos a comer más carnes, más jamón, más pollo. Pero muchas veces los comemos en una forma desmedida”.
En sus clases en comunidades inmigrantes del Valle de Coachella, Rimada enfatiza la importancia de una alimentación balanceada.
“Estamos viendo que los niveles de cáncer en nuestra comunidad se están incrementando. Es muy importante pues, enfatizar no tan sólo las porciones diarias que se necesitan sino también el ejercicio”, sostiene Rimada. “Debido a nuestra actividad diaria, venimos muy cansados de nuestro trabajo; a veces no tenemos tiempo para preparar un lonche nutritivo, y comemos en los restaurantes que se les llama ‘fast food restaurants’; éstos son los que se benefician”.