BAKERSFIELD-(UC)— La rutina cotidiana de muchos niños y adultos se caracteriza por las carreras en la mañana para salir de casa rumbo a la escuela o al trabajo. Por la falta de tiempo, es común que decidan salir sin haber comido un buen desayuno sin darse cuenta que esta decisión puede tener repercusiones importantes en la vida escolar de los niños.
“Los niños necesitan del desayuno para estar alerta y tener un buen desempeño en la escuela durante todo el día”, apunta Margaret Johns, especialista en nutrición y asuntos de la familia y del consumidor de Extensión Cooperativa de la UC.
Los niños que desayunan:
- obtienen mejores notas en los exámenes
- tienen mejor coordinación muscular
- se pueden concentrar mejor
- tienden a tener un peso más normal en vez de tener sobrepeso
- tienden a llegar a tiempo y faltan menos a la escuela
- tienden a enfermarse menos
“Para hacer del desayuno algo divertido, la especialista recomienda jugar el Juego del Desayuno. Quien coma el desayuno más saludable el mayor número de días en una semana es el ganador.
El Juego del Desayuno es sencillo. Se obtiene un punto cada vez que el niño incluya algo de los grupos de alimentos. Estos incluyen:
- El grupo de los panes, granos y cereales
- El grupo de las frutas
- El grupo de las verduras
- El grupo de la leche y productos lácteos
- El grupo de las carnes y frijoles
No se ganan puntos por comer grasas, aceites o alimentos con azúcar. Al final de la semana, quien haya acumulado más puntos de toda la familia es el ganador.
La costumbre de desayunar en familia puede ser tanto benéfica como placentera. Al estar sentados a la mesa, los padres pueden aprovechar la oportunidad para enterarse acerca de las actividades académicas o deportivas en que participarán sus hijos ese día, organizar el horario familiar y estar disponibles para aconsejar a sus hijos, si es necesario.
Apartar algo de tiempo para desayunar es algo que todos podemos hacer. La noche anterior, simplemente asegúrese de que los niños hayan terminado sus tareas y apartado la ropa que van a lucir el día siguiente; cambien la alarma de reloj despertador para que suene unos diez minutos antes de lo acostumbrado; así podrán tener tiempo de desayunar juntos.
El buen ejemplo de los padres es un arma poderosa. Permita que sus hijos vean que usted empieza cada mañana con un buen desayuno. Anímelos a que se sienten a la mesa para desayunar juntos. ¡Su salud y su futuro escolar dependen de usted!