DAVIS – (UC) – El otoño está a la vuelta de la esquina y con él llegan las temperaturas agradables que invitan a pasar más tiempo al aire libre. Pero si está pensando en llevar a cabo un día de campo o una comida al aire libre, piénselo dos veces, pues esa ocasión especial podría ser arruinada por la proliferación de moscas.
El otoño es también temporada de moscas y estos insectos suelen reproducirse en el estiércol, en las pilas de abono y en los basureros, y descender sobre los cultivos de tomate y las huertas de hortalizas, comenta la entomóloga Lynn Kimsey, directora del Departamento de Entomología de la Universidad de California en Davis y directora del Museo Bohart de Entomología.
A la mosca casera también es común encontrarle junto a los cerdos, en las granjas de aves, los establos y los ranchos. Pero también se pasean por las zonas residenciales.
De acuerdo con el entomólogo forense de UC Davis, Robert Kimsey, la mosca casera es conocida por ser portadora de por lo menos 100 patógenos y de 6.6 millones de bacterias. A este insecto se le responsabiliza de trasmitir parásitos y patógenos bacteriales al igual que virus. Entre ellos, la fiebre tifoidea, cólera y disentería y la hepatitis infecciosa.
“A finales del siglo pasado, se le conocía con notoriedad como la ‘mosca de la tifoidea’ por su propensidad a trasmitir el patógeno de esa enfermedad, que era con frecuencia mortal”, dijo Kimsey.
Por su parte, Lynn Kimsey explicó: "Las moscas comunes son la razón por la que necesitamos plomería interior y mosquiteros para las ventanas. Años atrás, la alta tasa de mortandad infantil se le atribuía en gran medida a las moscas caseras que portaban los patógenos desde la letrina hasta la cocina, contaminando las mamilas de los bebés que reposaban sobre los gabinetes de la cocina".
A esto, Lynn Kimsey agregó: "Si la temperatura sube lo suficiente, las moscas pueden procrear toda una generación en tan poco tiempo como dos semanas".
El problema con las moscas parece empeorar particularmente alrededor de los campos de tomates donde los tomates podridos sirven como alimento para sus larvas. Veranos templados como el de 2008, agravan este problema. La reproducción de las moscas no se reduce hasta la primera ola de frío y el inicio de los días de frío y lluvia.
“La mejor manera de controlar a la moscas es excluirlas de la materia en la que sus larvas se desarrollan: estiércol y desperdicios de la cocina, por ejemplo”, mencionó Robert Kimsey.
Para controlar a las moscas, coloque ácido bórico en el fondo de los recipientes de basura, fórmulas en polvo micro encapsuladas o húmedas en las paredes cercanas a los recipientes de basura y otros lugares de reproducción y trampas para moscas cerca de las fuentes de alimentación de los insectos adultos.