Jul 27, 2009
AUBURN –(UC) – El recreo escolar es muchas veces visto como un rato que sirve para que los estudiantes se relajen y los maestros pueden tomar un descanso. Pero el recreo es mucho más que eso.
“El recreo escolar es con frecuencia el único tiempo durante la semana que los niños de hoy, con un horario de actividades sobrecargado, tienen para jugar sin tener que seguir una rutina estructurada ”, señala Sharon Junge, consejera de nutrición y asuntos de la familia y del consumidor de Extensión Cooperativa de la Universidad de California.
“El recreo le ofrece a los estudiantes beneficios físicos, sociales y hasta académicos”, agrega Junge.
Sin duda alguna, la actividad física es esencial para el crecimiento y desarrollo. Los beneficios incluyen resistencia aeróbica, fuerza y coordinación muscular y control de la obesidad y de problemas relacionados.
“A través del juego, los niños aprenden a conocer las habilidades de sus cuerpos y cómo tener control de si mismos en su propio entorno”, dice Junge.
El recreo también le ayuda a los niños con su desarrollo emocional y social. Cuando juegan libremente con sus amigos, desarrollan habilidades interpersonales que los llevan a cooperar, ayudar, compartir y resolver problemas.
Jugar en el patio escolar alienta a los estudiantes a tomar turnos, negociar, establecer sus propias reglas e interactuar de manera cooperativa. Aprenden también a establecer relaciones, a resolver y evitar conflictos y a considerar el punto de vista de los demás. A los maestros, el recreo les permite la oportunidad de observar cómo sus alumnos interactúan.
“El recreo contribuye a las necesidades cognitivas e intelectuales de los estudiantes”, menciona la experta de UC. “Después de haber jugado afuera, se encuentran menos inquietos, con mayor vigor y listos para aprender. El juego no estructurado también les permite a los niños la oportunidad de divertirse y explorar cosas nuevas, lo que los lleva a usar su creatividad”.
Los estudios demuestran que el recreo estimula el aprendizaje y que el ejercicio físico mejora el funcionamiento del cerebro. El Departamento de Educación de California halló que los estudiantes con la mejor condición física obtuvieron las mejores resultados en las pruebas académicas. Los estudiantes que pasaron más tiempo de su día escolar participando en actividades físicas (recreos y clases de educación física) tuvieron mejor rendimiento académico que los que pasaron más tiempo en el salón de clase impartiéndoseles una materia.
“Sí, el recreo es más que un ‘juego’. Es un rato para que los estudiantes puedan dejar descansar sus cerebros, ejercitar sus cuerpos, hacer amigos, resolver problemas y divertirse”, asegura Junge.