Aug 20, 2009
YUBA CITY - (UC) - Imagine que al ir conduciendo, además de tratar de evitar colisiones con otros vehículos, de pronto tenga que esquivar a ¡un rebaño de reses!
La posibilidad de que eso ocurra es menos remota de lo que podría imaginarse. De hecho, una agencia policial está aprovechando la experiencia de un especialista de Extensión Cooperativa de la Universidad de California para enfrentar mejor tales percances.
"La mayoría de los policías son de ambientes urbanos. Y cuando se ven en medio de un problema de tráfico que combina la presencia de humanos con animales fuera de control, el resultado no es nada bueno", explicó Glenn Nader, asesor de ganadería en los condados de Sutter y Yuba.
A través de la Asociación de Ganaderos de Yuba, el departamento del Sheriff de ese condado está capacitando a sus agentes con la ayuda de Nader para saber qué hacer cuando los animales de granjas entorpecen el tráfico vehicular. Ahora hay planes para extender ese tipo de entrenamiento a otras agencias policiales del estado.
"Ese es un problema en toda California a medida que crecen las ciudades al margen de áreas rurales en las que la gente quiere seguir criando animales", añadió el especialista. Esas situaciones se presentan incluso en áreas urbanas alejadas de la campiña, cuando accidentalmente el ganado escapa de vehículos de transporte.
"Un animal fuera de control en medio del tráfico es mucho más peligroso," asevera Nader. "Y si los policías no entienden el comportamiento animal, en vez de resolver el problema pueden crear una situación aun más peligrosa".
Nader hace ver que las reses pueden causar daños graves al verse presas del pánico provocado por gritos y ruidos estridentes, como el de sirenas y altoparlantes de auto patrullas que algunos policías dijeron usar antes del entrenamiento.
"Si uno las confronta cara a cara, con seguridad, le verán como a un agresor o un animal depredador y no les queda otra salida que atacar", advierte Nader.
Al entrenar a policías Nader enfatizó que las reses tienen lo que él denomina como "un punto de balance" en torno a los hombros. Ese punto de percepción sensorial debe aprovecharse para maniobrar al animal una vez que se ha logrado calmarlo.
"Si uno quiere que el animal avance, hay que colocarse detrás a uno de sus costados. Si desea que retroceda, uno se coloca adelante, pero siempre a uno de sus lados", dijo.
Lo más importante es tratar de calmar al animal en vez de gritarle. Según Nader, los gritos y balazos de las películas de cowboys al arrear ganado son un mito más de Hollywood. En contraste, las técnicas que usaban los antiguos vaqueros mexicanos, que pacientemente guiaban la manada y hasta solían cantar para tranquilizarla, son mejor al movilizarla.
"Quienes trabajan con ganado saben que lo peor que pueden hacer es causarle estrés. Uno puede tener mejores resultados ejerciendo presión con cautela y moderación en vez de gritarles", afirmó.
No obstante lo que se ha logrado en las investigaciones de comportamiento animal, la regla número uno es tener en mente que los animales son impredecibles. Y eso podría evitar daños mayores en caso de enfrentarse con ganado al conducir en vías públicas.
"Uno nunca puede anticipar cómo reaccionará el animal. Lo mejor que usted puede hacer es reducir la velocidad y permitir que el animal pueda maniobrar con espacio suficiente y así evitar una colisión", aconseja Nader.
De ser necesario, detenga el vehículo, encienda las luces intermitentes de emergencia y espere en el interior hasta que los agentes de la ley se hagan cargo de la situación, recomendó el especialista en ganadería de la UC.
Pie de foto: El asesor agrícola Glenn Nader (derecha) supervisa a un agente del sheriff en el manejo de ganado.
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