¡Cuidado! Los niños se deshidratan más pronto que los adultos

Jul 22, 2011

MODESTO- (UC) – En muchas regiones, el mercurio asciende a más de 100º F durante el verano, presentando riesgos para la salud, especialmente para niños y ancianos. Si a las altas temperaturas agregamos la humedad, el peligro de deshidratación aumenta.

Los niños están de vacaciones escolares y tienen más tiempo de ocio para jugar al aire libre o participar en actividades deportivas, pero aunque estén refrescándose en la alberca deben mantenerse hidratados todo el tiempo.

Un educador de Extensión Cooperativa de la Universidad de California dice que es crucial vigilar que los niños beban agua y eviten exponerse al sol durante las horas en que los rayos del sol son más intensos; es entonces cuando corren un mayor riesgo de deshidratación debido a su pequeño peso corporal y rápido metabolismo.

“A los niños se les olvida tomar agua cuando están jugando; además su metabolismo es más rápido, su cuerpo se calienta más pronto y les toma más tiempo enfriarse a diferencia de los adultos, y si el niño está deshidratado, es posible que no se dé cuenta de eso o no sepa expresarlo”, señala Dennis Carrasquilla.

El metabolismo se refiere al conjunto de cambios físicos y químicos que se producen dentro del cuerpo humano y que proporcionan la energía adecuada para los procesos vitales, tales como digestión de los alimentos, circulación de la sangre y regulación del calor corporal, entre otros.

Los niños deben tener agua disponible siempre, pero especialmente cuando hace mucho calor y están realizando una actividad física porque pierden líquidos que deben reponer para evitar problemas de salud.  

“Si van a salir de día de campo o a jugar afuera siempre deben llevar consigo una cantimplora o una botella de agua. Lo ideal es que el niño tome una taza de agua antes de salir a jugar, una taza de agua cada quince a veinte minutos mientras está jugando, y una taza y media al terminar el juego para reemplazar los fluidos perdidos; y si puede comer alguna fruta o verdura que tenga alto contenido de agua como la sandía o naranja, ¡es todavía mejor!”, indica Carrasquilla.

Según los Centros para la Prevención de las Enfermedades, en los Estados Unidos mueren más personas por exposición al calor que por cualquier otro desastre climático como huracanes, relámpagos, inundaciones o terremotos. Entre 1979 y 2003, la exposición al calor causó un total de 8,015 muertes.

Sin embargo, las muertes por insolación y otros trastornos relacionados con el calor y la deshidratación severa son prevenibles.

La deshidratación ocurre cuando el cuerpo no tiene suficiente agua y, en el caso de los pequeños, puede deberse a que el niño no ha bebido suficiente agua o ha tenido vomito, diarrea o fiebre. La deshidratación es un problema de salud que puede pasar desapercibido incluso para muchos adultos.

“Muchas personas no se dan cuenta que están deshidratadas hasta que es muy tarde. La  sed en sí es un síntoma de deshidratación; cuando esperamos a tomar agua es que ya estamos deshidratados;  por ejemplo, la orina debería ser siempre incolora y si va al baño y la orina es de color amarillo es que ya está deshidratado”, explica Carrasquilla.

“Si el niño está irritable, tiene nausea, dolor de cabeza, calambres, sed extrema, mareos, aturdimiento, pérdida de memoria y su orina es de color obscuro, ya está deshidratado, y en un caso severo puede incluso sufrir ataques similares a los ataques epilépticos, caer en estado de coma e incluso la muerte”,  enfatiza el educador.

Para proteger la salud de los niños durante la temporada de calor extremo es muy importante tomar ciertas precauciones:

No deje a los niños en vehículos.

Incluso cuando la temperatura no es muy alta puede ser peligroso. Cualquier persona que permanezca dentro del auto está en serio peligro por exposición al calor, y podría incluso perder la vida.  Los niños que se quedan en los autos dormidos mientras los hermanos juegan en el parque corren serios riesgos. Aún cuando se dejen las ventanas abiertas, la temperatura puede subir hasta 20º Fahrenheit  en tan sólo diez minutos.

Evite que los niños salgan de casa en las horas de sol intenso.  

“Es recomendable que los niños hagan ejercicio muy temprano por las mañanas o en las tardes cuando ya mengua el sol; deben evitar las horas de sol intenso, entre las once de la mañana y las cuatro de la tarde”,  señala el educador. “Se recomienda que usen ropa ligera y suelta, de color claro para proteger el cuerpo y que se apliquen protector solar todo el tiempo. Aquí se acostumbra, por lo general, que los niños usen una gorra de béisbol, pero éstas no cubren bien toda la cara; lo ideal seria que usarán un sombrero de ala ancha que cubre y protege más de los rayos solares”.

Además de beber agua, pueden comer alimentos que los ayuden a mantenerse hidratados.

Hay muchos alimentos que contienen una gran cantidad de agua y es recomendable que los padres los tengan listos para que los niños los coman mientras juegan o después de jugar. Por ejemplo, la sandía contiene 92 por ciento de agua, el yogur 85, una naranja 88 y una manzana contiene 84 por ciento de agua; el apio también contiene bastante agua.  

Evite que los niños tomen sodas y bebidas deportivas.

“No existe ninguna otra bebida como el agua que realmente quite la sed; el niño puede tomar mucha soda pero siempre va a tener sed,” enfatiza Carrasquilla. Añade que las sodas y bebidas energéticas contienen cafeína y azúcar y tienden a deshidratar y generar problemas de obesidad por lo que deberían evitarse. “El problema también es que a muchos niños no les gusta el agua natural, entonces lo que pueden hacer los padres es poner una rodaja de limón o un poquito de jugo de naranja; así el agua sabrá más rica y los niños podrán reemplazar todos los electrolitos perdidos”, indica Carrasquilla.

Los electrolitos son unas substancias, que al disolverse en el agua de las células del cuerpo se rompen en pequeñas partículas que transportan cargas eléctricas. Se encargan de mantener el equilibrio de los fluidos en las células para que éstas funcionen correctamente.

Mantenga una dieta balanceada.

Carrasquilla nos recuerda que consumir una alimentación sana, rica en verduras y frutas, contribuye al buen funcionamiento del organismo y a mantener en buen estado el sistema inmunológico. Las personas que no tienen una buena alimentación están en riesgo de deshidratarse más rápidamente cuando hacen ejercicio bajo los candentes rayos del sol.


By Norma De la Vega
Author - Broadcast Communications Specialist III