¿Le gustan las fresas? Quizás su respuesta sea: ¿Y a quién no?
Frescas, en malteadas, como aderezo para tartas, cubiertas de chocolate o en mermelada, no importa cómo las disfrute, ¿se ha puesto a pensar en todo el esfuerzo, ciencia y trabajo que se ha tomado para que esta suculenta fruta llegue a su mesa?
Día a día, un equipo de científicos del programa de producción de fresas del Centro South Coast de Investigación y Extensión de la Universidad de California, localizado en Irvine, y que encabeza el especialista Kirk Larson, se asegura de que a su mesa lleguen fresas de la mejor calidad y sabor.
"Buscamos características que mejoren la vida para los cultivadores de fresas y los consumidores, mediante el desarrollo de variedades que sean dulces, jugosas, cónicas, llenas de color y resistentes", explicó Larson. "También tomamos en cuenta la producción y el tiempo de dicha producción. Si eres un cultivador no deseas que todas las fresas se maduren cuando el mercado se encuentra saturado".
Larson cuenta con la asistencia de Doug Shaw, productor de plantas y profesor de UC Davis, quien utiliza la genética para determinar cuáles plantas de fresas pueden convertirse en “buenos padres”.
La Universidad de California cuenta con 33 patentes de variedades de fresas obtenidas por selección, las cuales generan casi cinco millones de dólares en regalías anualmente. Las variedades desarrolladas por el programa de producción de fresas de la UC producen alrededor de un 60 por ciento de las fresas que se consumen mundialmente.
Una vez que Shaw y su equipo identifican plantas con genes potencialmente buenos, Larson y su equipo manejan el aspecto hortícola — terrenos para plantar, control de enfermedades, uso de fertilizantes y otros — ayudándoles a crecer a su máximo potencial genético.
En la creación de variedades exitosas, los productores cruzan plantas con características deseables y seleccionan sus mejores resultados durante múltiples generaciones. Es como una evolución a intervalos, aunque realmente no es algo que sucede muy pronto. Se toma alrededor de siete años de pruebas para dar nacimiento a una variedad de fresas lo suficientemente buena para ponerle un nombre.
Gracias a los muchos años de existencia de este programa de producción de fresas (y con la tremenda asistencia por parte del clima californiano), los productores de fresa de este estado cuentan con una temporada de cultivo de 12 meses, comparado con pocos meses o semanas en otras regiones. Los cultivadores de fresas de California aportan más del 87 por ciento de las fresas que se consumen en Norteamérica.