Aug 1, 2012
Por años, una experta de Extensión Cooperativa de la Universidad de California ha usado la ciencia geo-espacial para ayudar a proteger y aprovechar los recursos naturales del estado. Maggie Kelly ahora también usa los datos de localización que obtiene mediante satélites, aviones y sondeos terrestres para solucionar uno de los peores desafíos que enfrenta California: la epidemia de obesidad.
Kelly: “I’ve been recently looking at the human environment as well, so scientists understand where food is available…
He estado analizando el entorno en que viven los humanos, para que los científicos puedan determinar dónde pueden obtenerse alimentos sanos y dónde no los hay, dónde viven las personas más sanas y dónde hay más con problemas de salud”.
He estado analizando el entorno en que viven los humanos, para que los científicos puedan determinar dónde pueden obtenerse alimentos sanos y dónde no los hay, dónde viven las personas más sanas y dónde hay más con problemas de salud”.
Eso ayudó a Ellen Kersten, estudiante de postgrado en el plantel de la UC en Berkeley, en un estudio publicado por los Centros de Control y Prevención de Enfermedades. Según ella, en comunidades pobres generalmente sólo hay “bodegas”, como ella describe a los pequeños comercios que no venden comida sana, pero sí productos que propician la obesidad.
Kersten: “En las bodegas sólo se vende comida chatarra. Pero es posible vender frutas, verduras y productos con menos grasa”.
De la Universidad de California, Alberto Hauffen.