LOS ÁNGELES (UC)- Para contrarrestar la epidemia de obesidad, en las clases de nutrición de Extensión Cooperativa de la Universidad de California se enfatiza hacer cambios en los hábitos alimenticios e incrementar la actividad física. En el condado de Los Ángeles, eso está encaminando a familias latinas hacia una vida más sana.
“Tenemos mamás, papás, tíos, abuelitos que están caminando más. Queremos que sigan caminando”, indica la educadora de nutrición Cynthia Ávila. “Queremos implementar la actividad física al caminar porque queremos bajar los niveles de colesterol, diabetes y enfermedades del corazón en nuestras comunidades”.
La actividad física es esencial para prevenir enfermedades crónicas que resultan del exceso de peso. Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, la epidemia de sobrepeso y obesidad está aumentando en mayor proporción entre los hispanos. Eso se atribuye a cambios en sus hábitos alimenticios y al sedentarismo; a muchos de ellos se les dificulta incluir la actividad física como ejercicio para controlar el exceso de peso.
“No es parte de nuestra cultura el hacer ejercicio. A veces nos da un poco de vergüenza. Las comunidades no tienen banquetas para caminar. No se sienten seguros”, explicó Ávila. Por los últimos cinco años, ella y sus colegas han estado inculcando la importancia de incluir la actividad física como rutina entre familias latinas.
“Queremos implementar esto con nuestras clases de nutrición. Les vamos a enseñar a que coman saludable y también a que hagan un poquito de actividad física, sin tener membresía en un gimnasio o ir formalmente a hacer ejercicio”, explicó. “Todo muy básico, todo muy simple, pero para mejorar con pequeños pasos”.
Ávila pone como ejemplo a un grupo de madres organizado en octubre pasado en la escuela primaria Dickison en Compton por su colega Coral Burciaga, quien impartió el programa Eating Smart, Being Active a lo largo de ocho semanas.
“Ese grupo de padres ha continuado con su esfuerzo para mantenerse sanos, caminando diariamente cada mañana alrededor de la escuela luego de dejar a sus niños en sus clases”, dijo Ávila. Si el clima no les permite caminar fuera, en el salón para reuniones de padres de la escuela las madres hacen rutinas de ejercicio que Burciaga les enseñó.
Ávila señala a las madres de Compton, “una ciudad muy peligrosa, intimidante por la fama de pandillas”, como una muestra más de la posibilidad de implementar cambios comunitarios que conducen a mejorar la salud.
“Esperamos hacer cambios saludables en nuestras comunidades. Vamos a seguir buscando ideas para implementar la nutrición con la actividad física”, dijo.
Esos cambios se manifiestan también en las clases de nutrición que Extensión Cooperativa imparte entre familias de bajos ingresos.
“La gente cambia, hace cambios pequeños pero que duran en sus vidas. Cambios tan pequeñitos que no se dan cuenta cuando ocurren, como minimizar la sal, minimizar la azúcar, no llevar a los niños a los restaurantes de comida rápida todos los días”, explicó la educadora de nutrición. “Son cambios que a ellos les hace sentirse orgullosos de hacerlos. Y sentir que la familia está más saludable”.
Las personas interesadas en obtener las clases de nutrición pueden contactar la oficina de Extensión Cooperativa de su condado en el sitio http://ucanr.edu/Oficinas. Encuentre más información relacionada con la nutrición en el sitio del Servicio de Información en Español de la UC (http://espanol.ucanr.org).