Abejas africanizadas podrían estar avanzando hacia el norte de California

Apr 19, 2013

DAVIS (UC) – Las abejas africanizadas o asesinas se han establecido en más de una docena de condados de California, mayormente en la parte sur; sin embargo, apicultores del condado de Fresno han empezado recientemente a reportar encuentros con colonias de abejas considerablemente más agresivas de lo que solían ser.

Eric Mussen, apicultor de Extensión Cooperativa con el Departamento de Entomología de la Universidad de California en Davis, explica que las abejas africanizadas se encuentran establecidas a lo largo de una franja que corre diagonalmente desde el noreste del condado de Tulare hasta el suroeste del condado de San Luis Obispo, y de allí hasta cruzar la frontera con México. Esta zona incluye los condados de Imperial, Kern, Los Ángeles, Madera, Orange, Riverside, San Bernardino, San Diego, Tulare y Ventura. También se han visto afectadas porciones de los condados de Inyo, San Luis Obispo y Santa Bárbara

“En el sur de California, donde las abejas africanizadas se encuentran establecidas desde 1994, han realmente ocupado la cuenca de la región”, señala Mussen. “La última vez que se hicieron pruebas a abejas silvestres (no mantenidas por humanos) se determinó que las abejas africanizadas conformaban más del 80 por ciento de la población total”.

En el caso del condado de Madera, donde en 2011 se reportó en Modesto un caso de ataque de abejas africanizadas contra un anciano de 70 años y sus perros, Mussen considera que se trata de un caso aislado y que aunque las autoridades decidieron declarar al condado como colonizado por estos insectos, no se han vuelto a reportar casos similares.

El experto cree que las abejas africanizadas no llegaron a Modesto por si solas, sino que fueron traídas de otros estados o del mismo sur de California por apicultores migrantes junto con otras abejas domésticas para polinizar 800,000 acres de almendros localizados en el Valle Central. Los apicultores se fueron, pero las abejas africanizadas se quedaron.

Mussen indica que los apicultores que recogen enjambres en condados colonizados “tienen una alta posibilidad de establecer colonias de abejas africanizadas, y deberían estar siempre alertas a conductas inaceptablemente defensivas (por parte de los insectos)”. Por lo que aconseja: “No es buena idea recoger enjambres de abejas en el sur de California y establecer sus colmenas en áreas densamente pobladas por humanos”.

La abejas africanizadas son híbridos que resultaron del cruzamiento de la abeja europea (Apis mellifera) con una especie africana. Un grupo de investigadores llevó a Brasil abejas reinas de Tanzanía (Apis mellifera scutella) en la década de los 50. En 1957 algunas de las abejas descendientes de las africanas escaparon accidentalmente y empezaron a avanzar hacia el norte, llegando a América Central, México y Estados Unidos. En 1990 se detectaron por primera vez en Texas y en 1994 en el sur de California. Mussen recuerda que la primera vez que se reportó la presencia de estos insectos en California fue en las afueras de Blythe en el condado de Riverside.

Mussen advierte que aunque las abejas son algo a lo que no debe temerse “si hay que respetarlas” y recomienda que cualquier persona que se encuentre trabajando o simplemente relajándose en áreas conocidas por la presencia de abejas africanizadas, tome sus precauciones y evite aproximarse a sitios donde se encuentren enjambres.

“Si una área es colonizada por abejas africanizadas, estas mostraran sus verdadera naturaleza –una conducta intensamente defensiva”, advierte el apicultor de la UC.

En caso de ser atacado por un enjambre de abejas, el experto recomienda cubrirse el rostro con la camiseta o camisa mientras corre en busca de refugio en un edificio, automóvil u otro lugar. Otra opción es cargar consigo un velo contra el mosquito jején como los que venden las tiendas de excedentes de equipo militar.

La División de Agricultura y Recursos Naturales ofrece la siguiente publicación: ¡Esté alerta! La abeja africanizada en California.

En inglés.


By Myriam Grajales-Hall
Author - Communications Manager