May is National Physical Fitness and Sports Month
DAVIS (UC) – Los niños inmigrantes de todos los grupos étnicos, pero particularmente los latinos, tienden a ser menos activos físicamente. No hacen la hora diaria de ejercicio necesario para mantenerse saludables, ni participan en algún programa de deportes en sus comunidades.
“Muchos padres piensan que sus hijos son físicamente más activos de lo que en realidad lo son; entonces es importante entender que, en realidad, muchos niños mexicanos son menos activos que otros grupos étnicos y solamente entre 30 y 40 por ciento de los adolescentes alcanzan las metas”, indica Lucía Kaiser, nutricionista de Extensión Cooperativa de la Universidad de California.
La Academia Estadounidense de Pediatría recomienda que los niños hagan una hora de ejercicio moderado a vigoroso diariamente; sin embargo, los niños inmigrantes están lejos de cumplir la meta.
La Encuesta Nacional sobre Salud Infantil del 2008 revela que el sedentarismo es común entre los menores de varios grupos étnicos.
“Por ejemplo, 22.5 por ciento de los niños inmigrantes latinos son inactivos, comparado con 9.5 por ciento de los niños estadounidenses; aproximadamente 67 por ciento de los niños inmigrantes latinos no participan en deportes, mientras que esta cifra es de 30.2 por ciento para los niños asiáticos nacidos en el extranjero”, señala el sondeo en el que participaron casi 70 mil niños inmigrantes entre 6 y 17 años.
La actividad física es importante porque junto con la nutrición es la base para gozar de buena salud.
“Especialmente para los niños, el ejercicio es fundamental porque ayuda en el desarrollo de las actividades motoras y el crecimiento normal. Fortalece los huesos y músculos y puede aumentar el nivel de auto estima en los niños. Cuando un niño se da cuenta que puede realizar con éxito diferentes actividades físicas, adquiere confianza en sus habilidades y quiere participar más en todo tipo de actividades en la escuela. Además el ejercicio ayuda a prevenir la obesidad infantil y es un modo de divertirse y convivir con la familia”, indica la especialista.
Hay varios factores que favorecen el sedentarismo en la vida moderna como el creciente uso de la tecnología. Muchos niños prefieren sentarse a jugar videojuegos, en cambio de salir a montar en bicicleta.
En el caso de las familias inmigrantes, el sedentarismo está supeditado a la pobreza y a los obstáculos que enfrentan los padres en su nuevo país, tales como horarios extendidos de trabajo, falta de tiempo y dinero y la inseguridad que muchas veces existe en sus comunidades.
Con frecuencia, los padres inmigrantes no están familiarizados con los programas deportivos que se ofrecen a bajo costo en sus comunidades, o se sienten cohibidos porque no dominan el inglés. Y, en ocasiones, las escuelas no brindan programas de actividad física adecuados.
“Desafortunadamente, muchas escuelas no cumplen la meta del estado de proveer un programa adecuado de ejercicio. Muchos maestros no tienen entrenamiento para impartir actividad física y no hay especialistas en esta área, en particular en las escuelas primarias Otros niños si tienen maestros de educación física, pero aun así, las clases son muy grandes o están haciendo otras cosas durante el tiempo de clase en que deberían de estar activos”, sostiene Kaiser.
En todo el estado hay una urgencia por encontrar nuevas alternativas que ayuden a fomentar la actividad física entre los niños, pero en las comunidades inmigrantes este apremio es aún mayor.
Educadoras de Extensión Cooperativa que imparten clases de nutrición a familias de bajos ingresos en todo el estado han ido incluyendo paulatinamente entre sus prioridades la enseñanza de métodos prácticos y divertidos para hacer ejercicio.
Investigadores de UC Davis y de Extensión Cooperativa de la UC también llevan a cabo programas de investigación para combatir la obesidad infantil. Uno de ellos es Niños Sanos, Familias Sanas, un proyecto comunitario que durará cinco años. “Es un proyecto que llevamos a cabo en el Valle Central y que se enfoca principalmente en niños de familias mexicanas porque tienen un riesgo mayor de sufrir obesidad infantil. Estamos tratando de proveer entrenamiento de actividad física a los maestros con métodos muy divertidos. También queremos enseñar a los padres que para hacer ejercicio no siempre se requieren pelotas o equipo especial y que la actividad física es importante para el desarrollo de las habilidades motoras de los niños,” indica Kaiser.
Niños Sanos, Familias Sanas es un programa comunitario a través del cual los expertos buscan nuevas pautas en nutrición y actividad física que se ajusten mejor a las familias de ascendencia mexicana, para luego extender ese conocimiento a todos los condados. Este proyecto es importante porque trabaja con un grupo numeroso de población que enfrenta un alto índice de obesidad que, como se sabe, puede ocasionar enfermedades como diabetes, hipertensión y otras.
Kaiser compartió algunas ideas para ayudar a padres inmigrantes a llevar un estilo de vida activo:
- Investigar qué programas deportivos o juegos infantiles hay disponibles en la comunidad e inscribir a los niños en alguno.
- Compartir la responsabilidad; quizás algún vecino o conocido pueda ayudar a llevar a los niños a los lugares que ofrecen actividades deportivas.
- Proponer a los hijos adolescentes que jueguen con sus hermanos menores y premiarlos por su constancia.
- Buscar en el vecindario si hay personas interesadas en empezar un nuevo equipo de fútbol.
- Recompensar a los niños cuando apagan el televisor y los videojuegos y en cambio hacen ejercicio.
Kaiser concluye que siempre hay alternativas cuando hay interés en incluir el ejercicio en la rutina. “Toda la familia se puede beneficiar de la actividad física y los padres son un ejemplo para sus hijos. Es probable que a veces los padres estén cansados; sin embargo, haciendo ejercicio pueden pasar un rato agradable con sus hijos, divertirse, fomentar un estilo de vida saludable y estrechar los lazos familiares”, subraya la especialista.