¿A qué padre no le gustaría que sus hijos se comieran todo lo les sirve en el plato, incluyendo frutas y verduras? Haría la tarea de ser padre un poco más fácil. Pero la realidad es que la mayoría de los niños entre dos y seis años son un tanto quisquillosos a la hora de comer, especialmente si se trata de algo con lo que aún no se han familiarizado.
Expertos en nutrición de Extensión Cooperativa de la Universidad de California instan a los padres a no darse por vencidos y seguir ofreciendo una y otra vez alimentos nuevos y distintos a sus pequeños, especialmente frutas y verduras, con las que eventualmente se familiarizarán y terminarán comiendo.
“Puede ser algo normal que un niño pequeño sea quisquilloso a la hora de comer nuevos alimentos”, señala Michele Fisch, educadora de nutrición con el Programa UC CalFresh en el condado de Placer. “Si su hijo se rehúsa a comer cierto alimento ahora, trate de nuevo más adelante. El niño puede aprender a que le guste cierta comida si la prueba varias veces”.
Algo muy importante que todos los expertos en nutrición recomiendan es que usted como padre les ponga el ejemplo a sus hijos comiendo alimentos nutritivos. Si ellos lo ven a usted disfrutando de frutas y verduras, seguirán su ejemplo.
También sugieren ser siempre positivo al referirse al sabor de las frutas y verduras pues es una forma de animar a sus niños a probarlas. Use frases como “!este durazno sabe a gloria, este brócoli sabe a ejotes, el brócoli se parece a arbolitos o me encanta esta ensalada, está crujiente y fresca!”.
A los niños les gusta ayudar en la cocina y tienden a comer alimentos que ellos mismos han ayudado a preparar. Así que, búsqueles algo que puedan hacer y que sea apropiado para su edad, como lavar verduras, quebrar ejotes a la mitad, sacar los chícharos de la vaina o mezclar ensaladas. Se sorprenderá al ver que tienden a comerse las verduras que ellos mismos ayudaron a preparar.
He aquí algunos consejos que brinda Fisch para lograr que sus niños coman frutas y verduras:
- Ofrézcales nuevos alimentos junto a los que ya les son familiares.
- Empiece por servirles una porción pequeña del nuevo alimento y si le piden más, sírvaselo.
- Ofrézcales nuevos alimentos y recetas con frecuencia. Su hijos aprenderán que probar alimentos nuevos es algo normal para la familia.
- Si a usted u otros no les gustan ciertos alimentos, manténgalo en secreto. Solo digan buenas cosas sobre los alimentos cuando se encuentren comiendo juntos.
- Ofrezca a sus hijos los alimentos nuevos al principio de la comida, se verán más inclinados a probarlos cuando sientan hambre.
Si por ahora nada le funciona, no se desespere pues conforme sus hijos crecen, sus gustos por los alimentos van cambiando.
A continuación encontrará una receta para preparar el platillo favorito de muchos niños: la pizza, pero con una variación más nutritiva.
Pizza de colores
1 taza de frijoles refritos
4 tortillas (6 a 8 pulgadas) de maíz o trigo integral
1 a 2 tomates cortados
1 taza de pimientos verdes o rojos finamente cortados
1/2 taza de queso tipo cheddar rallado
Lechuga rallada y salsa
Coloque las tortillas en una charola para hornear. Unte de 3 a 4 cucharadas de frijoles refritos en cada tortilla. Agregue los tomates y pimientos picados. Hornee a 375° F hasta que las tortillas estén tostadas y ligeramente doradas, alrededor de 7 minutos.
Retire del horno. Espolvoree con el queso rallado. Sirva con la lechuga y salsa.
Puede también agregarle pollo cocido, sobras de un pollo rostizado o carne molida de res o pavo cocinada con sazonador para tacos antes de hornearla. Dele un toque especial agregando cebolla o champiñones en cuadritos y sazone con cilantro fresco después de hornearla.