DAVIS (UC) – Se predice ausencia de humedad y temperaturas más cálidas en las montañas de la Sierra Nevada en California. Estos cambios son causa de sequías prolongadas y peligro de incendios.
Sin embargo, para Jens Stevens, investigador de postdoctorado en perturbación ecológica de la Universidad de California en Davis, no es cuestión de si estos incendios serán más comunes o intensos, porque ya lo son, sino en qué forma los administradores forestales desean que estos incendios ardan.
Stevens lleva un registro sobre cómo reaccionan los bosques que han sido clareados para prevenir incendios, ante incendios de alta intensidad y cómo la vegetación que crece a la sombra de árboles más grandes (conocido como sotobosque) se recupera de los incendios forestales.
La investigación de Steven muestra que clarear bosque estimula la resistencia a los incendios forestales. Esto hace una poderosa diferencia bajo las condiciones realmente calientes y secas del verano.
“Si deseamos mantener los paisajes dominados por bosques, no tenemos la opción de no hacer nada, porque eventualmente estas mesas forestales se van a quemar".
Stevens observó que después de un incendio severo, el dosel de los árboles desaparece, lo cual favorece a otras especies nativas, como arbustos y plantas de flores, los cuales desplazan a los árboles jóvenes.
Algo que Stevens descubrió es que el clarear una zona o mesa forestal antes de un incendio, también la diversidad vegetativa, la cual se incrementa cuando la mesa forestal se quema.
Pero Stevens advierte que no obstante que los clareos protegen a los bosques y estimulan la diversidad vegetativa, son costosos y llevan a una incertidumbre sobre cómo se ven afectadas las especies silvestres sensibles
Stevens menciona los estudios del ecologista Malcon North, de UC Davis, que muestran que los clareos en los bosques de la Sierra Nevada no pueden mantenerse a la par con la extensión de la Sierra Nevada donde los incendios han sido suprimidos. El Servicio Forestal de EUA puede clarear hasta un 40 por ciento de los bosques, mientras que el otro 60 por ciento permanece sin ser tocado.
“Así que la única forma de abordar este problema es dejar que el fuego haga el trabajo por uno”, menciona Stevens.
North y sus colegas proponen el uso de “firesheds” (cuencas de fuego). Estas áreas propensas a incendios tendrían zonas limítrofes que permitirían a las autoridades manejar eficientemente los incendios. Si un incendio se registra en una zona que ha sido clareada, no lo extinguen. Permitir que el incendio queme combustible que igual tendría que ser removido, permite ahorrar recursos para ser usados en el clareo de otras áreas.
“Así que, si se va a quemar”, dice Stevens, “solo necesitamos pensar en las formas en que el fuego nos dé los resultados que deseamos”.
Extensión Cooperativa de la Universidad de California
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