Por: Doug Parker y Faith Kearns
En estos días pareciera que todos están en busca de una solución mágica para la sequía de California. Algunos abogan por un incremento en el suministro del vital líquido mediante un mayor almacenamiento, desalinización o reutilización. Otros proponen controlar la demanda del agua a través de la conservación o restricción de su uso por parte de usuarios urbanos y agrícolas.
Rara vez, los proponentes de estas soluciones simples parecieran apreciar la complejidad de la situación del agua en California.
El hecho es que en este estado grande y semi árido, el agua está íntimamente ligada a cada aspecto de la vida. Con el tiempo, hemos incrementado consistentemente el suministro del agua, al mismo tiempo que reducimos la demanda, todo en apoyo de una creciente población y niveles más altos en la producción de productos agrícolas básicos.
Una buena regla general que se puede aplicar al tratar de encontrar soluciones a la sequía de California es que “si fuera algo sencillo, ya se hubiera solucionado”.
Para entender la situación del agua en California, debemos reconocer la paradoja fundamental: bastante nunca será suficiente. Somos un estado rico en tierra pero con limitaciones de agua y un incremento en el abastecimiento lleva a una mayor demanda, lo que hace que las respuestas a los problemas del agua en California sean complejas al involucrar una combinación de política, tecnología y conservación.
La paradoja del consumo
California es un estado que ha sido bendecido con una abundancia de terrenos agrícolas muy productivos en un clima que nos permite sembrar cultivos que solo crecen y producen en pocos lugares del mundo. El sector agrícola del estado es también el mayor consumidor de agua.
Nuestros abundantes suministros de agua han ayudado a crear una increíble industria agrícola que es líder en la producción mundial. Al mismo tiempo, dado el tamaño del estado, siempre tendremos más tierra disponible para producir que agua disponible para irrigarla.
Esta paradoja -de que bastante agua nunca será suficiente- significa que los esfuerzos por incrementar el abastecimiento de agua o reducir la demanda de la misma nos llevará al final a incorporar más tierras a la producción agrícola, más agua disponible para que las ciudades sigan creciendo y más agua que podrá permanecer en los arroyos para garantizar un medioambiente saludable. Pero eventualmente, nos enfrentaremos a una nueva sequía y los suministros de agua volverán a ser inadecuados para satisfacer los nuevos y mayores niveles de demanda.
Hay otros ámbitos en los que este fenómeno es bien comprendido. Por ejemplo, cuando se trata de autopistas, las congestiones de tráfico demandan la construcción de más carriles. Un mayor número de carriles reduce temporalmente las congestiones de tráfico y lleva a una mayor construcción de viviendas y, con el tiempo, ese incremento en la construcción de vivienda lleva a una mayor congestión de tráfico. Eso a su vez, lleva a una demanda de más carriles. Esto también sucede con el control de inundaciones: mejores diques conducen a comunidades más seguras, lo cual causa que las comunidades se expandan y demanden aún mejores diques.
El aceptar esta paradoja fundamental no significa que debemos rendirnos y no hacer nada al respecto; y de hecho, no lo estamos haciendo. Debemos estar, y estamos, buscando cómo aumentar los suministros e incrementar los esfuerzos de conservación. Necesitamos seguir todas estas opciones para poder contar con comunidades, agricultura y un medioambiente saludables.
Sin embargo, también necesitamos reconocer que estas opciones nunca eliminarán por completo la escasez de agua en un futuro.
Incertidumbre
Ante una de sus peores sequías (worst drought in centuries), en los últimos siglos, ¿qué debería hacer California?
Las ciudades están intentando por todos los medios su independencia del agua. Con un incremento en el nivel de conservación y abastecimiento mediante la desalinización y la reutilización del agua, el sector urbano tendrá que ser y continuar siendo más eficiente e independiente. Esto significa que futuras sequías impactarán menos a la ciudades, pero esas ciudades también tendrán menos opciones para cumplir con los mandatos estatales de reducir el consumo (reduction mandates).
Los usuarios agrícolas continuarán también tomando en cuenta la conservación y aumento de los suministros para incrementar su resiliencia y hasta expandir su producción. Pero, debido a que hay un suministro casi interminable de terrenos para incorporar a la producción, la agricultura se enfrentará a años de abundancia y a años de escasez. Para muchos agricultores, esta es ya una forma de vida. Para otros, es una lección que hasta ahora están aprendiendo.
Mientras tanto, caudales ecológicos o ambientales -o sea, el agua que se queda en los ríos y arroyos para beneficio de la pesca y ecosistemas- seguirán también cambiando, como siempre lo han hecho. Pero las protecciones al medioambiente deben permanecer. La restauración del ecosistema y proyectos de mejoría del medioambiente pueden incrementar la efectividad de estos caudales, pero eliminar la variación en los caudales es algo que no es ni deseable ni posible.
Los californianos siempre han aceptado, y algunas veces hasta acogido, la naturaleza incierta de la vida en este hermoso y diverso estado. Desde el auge y colapso de la Fiebre del Oro, para la nueva población que vive en las fallas geológicas, la incertidumbre en California forma parte de nuestras vidas. Las sequías no son la excepción. Siempre encararemos épocas en las que el agua escasea, por lo que debemos optimizar su uso, al mismo tiempo que aceptamos la incertidumbre como parte integral del estilo de vida de California. No existe una solución mágica para la sequía, solo un cambio en nuestra manera de pensar acerca del agua y la sequía.
Este artículo fue originalmente publicado en The Conversation.
Doug Parker es director del Instituto de Recursos Hídricos de California de la División de Agricultura y Recursos Naturales de la Universidad de California.
Faith Kerns es analista de recursos hídricos con el Instituto de Recursos Hídricos de California de la División de Agricultura y Recursos Naturales de la Universidad de California.
Una iniciativa para mejorar la calidad, cantidad y seguridad del agua de California es parte de la Visión Estratégica 2025 (Strategic Vision 2025) de la División de Agricultura y Recursos Naturales de la UC.