La mayoría de los padres están de acuerdo en que la educación es la mejor herencia; sin embargo, muchos no están ahorrando para ayudar a sus hijos a costear la universidad y millones de jóvenes están terminando la licenciatura más endeudados que nunca.
Estadísticas del 2013 del Institute for College Access and Success indican que siete de cada 10 de los estudiantes graduados de universidades públicas y privadas deben un promedio de 28,400 dólares en préstamos estudiantiles. Una experta de Extensión Cooperativa de la Universidad de California asegura que la capacidad del ahorro está al alcance de la mayoría de personas.
English Summary Parents dream for their children to go to college, but not every parent prepares for future college costs. Patti Wooten Swanson, UCCE consumer sciences advisor in San Diego County, offers parents some basic techniques to save for college. |
“Muchas veces sentimos que no podemos ahorrar, pero no deja de ser interesante que la investigación muestra que casi todos podemos ahorrar algo. Es posible que 5 o 10 dólares por cheque de pago no parezca mucho, pero para cuando su hijo llegué a la universidad, ese ahorro que ha estado realizando de manera automática puede hacer la diferencia”, señala Patti Wooten Swanson asesora en ciencias del consumidor quien sostiene que una manera práctica de enfrentar el creciente costo de la educación superior es ahorrando e investigando sobre los programas de ayuda financiera disponibles. Ella indica cuatro maneras para lograrlo:
- Ahorrar.
- Aprovechar los beneficios fiscales para ahorradores.
- Buscar becas y subvenciones
- Solicitar ayuda financiera para estudiantes que planean asistir a la universidad a través de FAFSA.
“Es muy importante que las familias que están planeando asistir a la universidad exploren todas sus opciones. Lo primero que quieren buscar son las opciones que proporcionan fondos para becas porque es dinero que se da como un regalo y no tiene que pagarse y, en muchos casos, se basan en el ingreso, pero hay que solicitarlas. También están las subvenciones; dinero que se otorga usualmente en base al rendimiento académico, pero también hay becas para ciertos grupos o para personas que estudian ciertas carreras”, señala la experta.
Wooten Swanson indica que el primer paso es el ahorro y lo ideal es empezar cuanto antes; hay quienes empiezan desde el nacimiento del hijo, y aunque sea una pequeña cantidad la que se guarda cada mes, con el tiempo y el interés compuesto, ese dinero será de gran ayuda para el estudiante. Además, al ahorrar los padres estarán enseñando a sus hijos una habilidad indispensable en la vida y los motivarán a ir a la universidad.
Ponerse una meta ayuda a ahorrar
El primer paso para empezar a ahorrar es ponerse una meta realista. La manera práctica de ahorrar es programando en su banco la transferencia automática, el día en que recibe su paga, de su cuenta de cheques a la cuenta de ahorros por un monto determinado. Y si enfrenta dificultades para ahorrar, deberá empezar a realizar un seguimiento de sus gastos para analizar en qué se va su dinero, esto le ayudará a determinar qué ajustes debe hacer para poder ahorrar.
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“Es muy fácil postergar el ahorro, diciendo que empezará cuando acabe de pagar una deuda o cuando reciba un aumento salarial”, señala Wooten Swanson. Ella recomienda pagar primero los saldos pendientes en tarjetas de crédito porque los intereses son muy altos. “Cuando salde estas cuentas, usted se ahorra lo que pagaba en intereses y puede empezar a ahorrar ese dinero en su cuenta de ahorros”.
Aproveche los incentivos para ahorradores
Según la experta, típicamente los padres deberían pagar la tercera parte del costo de la universidad; los estudiantes también deben pagar una parte y el resto se puede cubrir con varias opciones como becas, subvenciones, ayuda financiera o programas de trabajo-estudio que ofrecen las universidades.
La experta recomienda invertir en un Plan 529 de ahorro para la universidad porque es libre de impuestos fiscales, pero tome en cuenta que ese dinero se debe usar solo para la universidad. Es conveniente consultar con un experto ya que hay diferentes tipos de ahorros según cada entidad. Y en caso de que los padres estén encarando el dilema entre ahorrar para la universidad de los hijos o su propia jubilación, la prioridad es la jubilación.
“Es muy importante que los padres no pasen por alto el ahorro para la jubilación y, en la mayoría de los casos, esta debe ser su prioridad porque sus hijos pueden recibir ayuda financiera para la universidad o pueden trabajar mientras estudian, pero nadie va a ahorrar por usted para la jubilación”, sostiene Wooten Swanson
Si hay necesidad de solicitar un préstamo para la universidad, lo mejor es que sea el hijo quien lo solicite y lo pague después con sus propios ingresos, pues de lo contrario los padres tendrán que estar pagando el préstamo y les será más difícil ahorrar para su propia jubilación.
Todo empleado debe investigar si su compañía ofrece un plan de ahorro para la jubilación y aprovecharlo. “Por todos los medios, si su empleador ofrece un fondo de pensión con contribuciones empresariales, ¡no deje ir ese dinero!” señala Wooten Swanson.
“Si la empresa ofrece un programa de jubilación con contribuciones iguales, y si su empleador contribuye hasta mil dólares al fondo de jubilación, asegúrese que usted aporta esos mil dólares para que no se le vaya ese dinero. Incluso, si su empleador no contribuye a su fondo de jubilación pero tiene disponible un programa de ahorro aprovéchelo pues es dinero libre de impuestos hasta que lo retire de la cuenta, y reduce sus ingresos gravables”.
Aproveche las becas y subvenciones
Las becas y subvenciones son “ayuda gratuita” ya que es ayuda financiera que reciben los estudiantes y que no tienen que pagar. Las subvenciones usualmente se basan en las necesidades del estudiante, mientras que las becas se basan en las calificaciones y el rendimiento académico.
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Las becas y subvenciones provienen de fondos federales, estatales, las mismas universidades, u organizaciones privadas o sin fines de lucro. También hay becas para grupos étnicos y para estudiantes en determinados campos.
La Universidad de California brinda recursos en español y en inglés para orientar a padres y estudiantes acerca de la ayuda financiera que hay disponible. De especial interés es el Plan Azul y Dorado que tiene como fin expandir el acceso a la universidad para familias y estudiantes de bajos ingresos.
El College Board tiene un sitio en internet con información en español (Big Future), así como el Federal Student Aid.
Subvenciones Pell (Pell Grants)
Lo que se conoce como Pell Grants son becas para estudiantes que necesitan ayuda financiera y es dinero que no necesita pagarse. La experta recomienda a las familias presentar está solicitud porque podrían reunir los requisitos y obtener la ayuda. Esta beca se solicita a través del formulario FAFSA (Free Application for Federal Student Aid,);la solicitud es libre de costo. “Lo bueno de FAFSA es que la mayoría de las universidades usan esta solicitud y no es necesario tener que presentar una solicitud para cada universidad a donde aspira ir”, observa la experta.
Préstamos estudiantiles
Además de las opciones mencionadas, existen también los préstamos federales los cuales cobran un interés bajo y ofrecen condiciones de pago más favorables. “Los préstamos privados deben ser el último recurso porque son más caros y tienen más restricciones en los pagos”, advierte Wooten Swanson.
Para solicitar la mayoría de ayuda financiera, es necesario presentar el formulario FAFSA.
Los estudiantes que no tienen documentos migratorios no pueden recibir ayuda federal; sin embargo, es posible que tengan derecho a recibir ayuda económica del estado o de la universidad. El Federal Student Aid tiene información respecto a la ayuda económica que pueden recibir los estudiantes indocumentados. Y en el caso de familias donde los padres son indocumentados pero el hijo es ciudadano estadounidense, lo recomendable es que el hijo presente a su propio nombre la solicitud FAFSA.