La sobrepoblación de caballos broncos o salvajes en una zona remota del noreste de California está haciendo estragos en el medio ambiente, incluyendo la merma de fuentes de agua en la zona, algo que, a su vez, afecta el bienestar de dichos animales.
“Los estadounidense se imaginan a caballos broncos saludables galopando libres por la pradera cuando piensan en la población de caballos salvajes de la nación”, señala Jeannette E. Warnert, representante de información pública de la División de Agricultura y Recursos Naturales de la Universidad de California, en un reciente blog. “Pero la asesora de pastizales de Extensión Cooperativa, Laura Snell, ve otra imagen”.
Snell, quien conduce un estudio desde el 2015 acerca de la sobrepoblación de caballos salvajes en la zona conocida como Devil’s Garden Plateau, en el condado de Modoc, ha venido observando a un grupo de caballos que visita una laguna ya dañada.
“Quizás hay suficiente agua para que beban el semental y la yegua líderes, pero el resto solo se queda allí mirando deseosos a la ya mermada fuente de agua”, dijo Snell, según la cita Warnert en su artículo. “No parecen estar contentos”.
Mientras que el gobierno federal ha determinado que la población ideal para este territorio de caballos salvajes de casi un cuarto de millón de acres es de 402, en la realidad son más de dos mil los caballos los que galopan por estas tierras.
“Los rancheros del condado de Modoc vinieron en mi segundo día de trabajo para preguntarme como se puede resolver el problema de los caballos salvajes”, manifestó Snell.
La experta se dio cuenta que las agencias y autoridades responsables de las políticas que determinan la suerte de estos caballos y quienes abogan fuertemente para que sean tratados de manera humanitaria, no se dan cuenta de las pobres condiciones que sufren los animales y la degradación del medioambiente en estas tierras.
Snell y su equipo colocan cámaras durante dos semanas en 24 fuentes de agua en zonas remotas frecuentadas por los caballos salvajes en los condados de Modoc y Lassen. Las cámaras, equipadas con sensores, toman fotografías automáticamente cada 15 minutos o cuando detectan la presencia de algún animal.
Información preliminar ha mostrado por ejemplo que un 71 por ciento de los animales captados en cámara en una zona de arroyos son caballos. El ganado bovino representa otro 19 por ciento y el resto son antílopes, venados o halcones. El estudio continuará hasta el 2017.
“Nunca fue la intención de que esta fuera una área para un solo uso”, señaló Snell. “Los caballos son animales hermosos, pero también me gusta ver antílopes y venados. Algunos grupos de caballos salvajes están creciendo y los sementales se están volviendo agresivos. Conozco personas que ya no montan sus caballos personales porque no es muy seguro ante la naturaleza territorial de los sementales”.
Las imagines e información obtenidas por Snell tienen el objetivo de asesorar la toma de decisiones sobre el manejo y adopción de políticas con la esperanza de aliviar el daño al medio ambiente causado por la sobrepoblación de caballos salvajes.