La entomóloga mexicana, Carmen Gispert soñaba en ser atleta, alcanzar alta velocidad, lograr resistencia, sentir la energía que dispara la adrenalina y algún día participar en las carreras de 110 metros con obstáculos, pero sus sueños se desvanecieron cuando sus rodillas comenzaron a flaquear.
“Mi ilusión era correr en el maratón de Los Ángeles pero no tenía el dinero para comprar tenis especiales y corriendo en pavimento se me afectó el menisco, tuve una cirugía y me dediqué a nadar.”
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English Summary Dr. Carmen Gispert is a UC ANR entomologist, for Riverside and San Diego counties, that has made important contributions to the grape industry by helping identify and eradicate insects and plagues threatening to destroy crops, her research has also gained recognition for successfully working with grapes in areas of extreme temperatures. |
Gispert 61 años, oriunda de la Ciudad de México, es una mujer delgada de cabello crespo, metódica y con una estricta disciplina en sus rutinas. Le gusta iniciar su día con 30 minutos de ejercicio y un jugo de frutas y verduras verdes. Es parte de una familia de 5 hijos, 4 mujeres y un hombre, todos a excepción de ella viven en su país natal. Sus padres le inculcaron, desde pequeña el respeto a la autoridad, la naturaleza, las plantas, los animales y el apego al ejercicio físico como la opción para cuidar la salud que todo mundo anhela.
“Mi mamá ejerció mucha influencia, recuerdo que cuando yo tenía 6 años mientras tomaba el desayuno para ir a la escuela, mi mamá hacía sus abdominales”, señala Gispert.
Es una consejera agrícola de la División de Agricultura y Recursos Naturales de la Universidad de California en los condados de Riverside y San Diego desde el año 2000 y ha realizado importantes contribuciones en la investigación de la uva en temperaturas extremas como es el área del Valle de Coachella, la región en donde se determina el valor de la uva para el mercado de California.
“Es una industria que es muy importante en California y en el mundo, y por cosas de destino tuve una suerte increíble que a través de los insectos he conocido el mundo.”
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La uva es el segundo cultivo más importante en California, con un valor de 5 mil millones y medio de dólares, se encuentra solo después de la leche. En casi todos los condados del estado se produce uva en mayor o menor escala.
A Gispert, la investigación en viticultura le ha abierto las puertas a gran cantidad de foros, tan solo en este año, ha realizado 5 viajes internacionales a Italia, Argentina, Perú, y 2 viajes a Chile en donde compartió sus conocimientos sobre enfermedades en la planta de la uva y los problemas con los distintos tipos de ácaros en la agricultura.
Su incursión en la industria vitivinícola inició terminando su doctorado en investigación de ácaros en la Universidad de California en Riverside. En 1999 un insecto invasor estaba devastando la planta de la vid en el área de Temecula, más de 300 acres de cultivos habían sido infectados por una plaga invasora conocida como la chicharrita de las alas cristalinas, y la enfermedad de Pierce, los productores buscaron a los expertos.
“Esa plaga se estudio por más de 10 años en un programa de contención con otros colegas de un programa estatal”, indica Gispert, quien en el área de Coachella se convirtió en el presidente del grupo de trabajo para combatir esa plaga y cuya excelente labor fue mencionada en el Farms Press en el 2002.
“Carmen es la mejor que hemos tenido aquí y está trabajando para darnos las respuestas de investigación que necesitamos en este momento," dijo Robert Bianco, copropietario de Anthony Vineyards en Coachella y presidente de California Desert Grape League.
Gispert ha colaborado con Departamento de Agricultura de los Estados Unidos USDA y la Comisión de la Uva de Mesa de California en las investigaciones de la uva y la creación de nuevas variedades para mesa. De hecho, recientemente se cosecho´ la Perla del Valle, una variedad de uva producida en el desierto y cuya creación ha sido un largo proceso de la USDA que tomó varios años.
“Es una uva verde, es redonda se madura muy temprano, tiene un sabor muy particular porque tiene cruza con una uva moscabado,” sostiene Gispert.
Ha escalado peldaños que quizás nunca imaginó, y todo empezó en casa, estudiando en escuelas públicas, escuchando a sus padres de que el estudio abre puertas, explorando oportunidades y perseverando para ganarse la aceptación en la universidad.
“Mis papás nos inculcaron en casa la importancia de los estudios, nos decían sé lo que quieras, pero trata de ser la mejor,” indica Gispert.
En México estudio la carrera de biología, en la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM, y posteriormente la maestría en el Colegio de Postgraduados en Chapingo, Estado de México en donde arrancó su labor profesional como maestra investigadora y su primera asignación fue crear una colección de ácaros de importancia en la agricultura.
“Nunca me imaginé dedicarme a los insectos,” indica Gispert, “La vida de los insectos es fascinante, su percepción del ambiente y cómo saben encontrar a su huésped, es decir, cómo encuentran la planta de la que se van a alimentar, la apreciación que tienen es increíble.”
En 1991 trabajando con los ácaros se le presentó la oportunidad de conocer a investigadores de la Universidad de California en Riverside, aceptó colaborar con ellos en una investigación para aislar la partícula del virus del durazno la que es transmitida por un acaro microscópico. “Queríamos saber cuánto tiempo le lleva al ácaro comer en tejido infectado y si transmite el virus a través de la progenie porque hay diferentes tipos de transmisión de los virus,” indica la entomóloga.
Ha pasado la mitad de su vida estudiando insectos, esos organismos invertebrados, diminutos que a pesar de ser los más diversos del mundo animal y sumamente importantes para el medio ambiente son desconocidos para la mayoría. Muchas personas incluso los detestan y combaten.
“Me llama la atención cuando la gente está en el jardín o en la calle y ve una hormiga la aplasta, sin que la hormiga le haya hecho nada.”
Explica que hay comunidades de insectos como las abejas, las hormigas y las termitas que trabajan entregadas a su comunidad. Su misión es cuidar a la reina porque lo que importa es la sobrevivencia de la especie.
“La moraleja es que hay mucho que aprender y hay mucho campo para que los que estamos en esto podamos transmitir pasión y respeto por la vida de los insectos,” sostiene Gispert.
Aunque también admite que es fácil de entender la animadversión contra esos organismos porque algunos son ponzoñosos, tienen formas raras y venenos potentes que pueden llegar a matar a niños menores de 2 años. Hay plagas que matan las plantas, pero también hay datos muy interesantes alrededor de los insectos, por ejemplo:
- La locomoción de algunos insectos ha sido inspirada para el desarrollo de la robótica por su habilidad de caminar con múltiples miembros. “Imagínate que pudieras usar tres pares de piernas como lo hacen algunos insectos, cómo se tendría que procesar la información en tu cerebro para usar los 6 de miembros sin caerte,” se cuestiona Gispert.
- Además, los mosquitos sirvieron de inspiración para la creación del dron, artefacto volador que empezó a desarrollarse en los 1990s para encontrar personas en zonas de guerra y actualmente es vital en la investigación agrícola. “Y eso es en función de la habilidad del mosquito para detectar al ser humano por el Dióxido de Carbono CO2 cuando exhalamos durante la respiración”, indica la especialista.
Gispert tiene 27 años en California, en donde vive satisfecha de sus logros, pero como todo inmigrante también tuvo retos que enfrentar como cuando hizo su transición de México a Estados Unidos. Ella no piensa en el retiro, tiene muchos planes, pronto empezará una nueva investigación sobre infestación de plagas y enfermedades en las plantas de la vid y seguirá colaborando con colegas en Chile donde reportan problemas con los ácaros.
“Mi interés es buscar alternativas menos nocivas de combatir las plagas con alternativas que ayuden a proteger la tierra, los cultivos y los alimentos como las frutas y verduras.”