La idea de que las malezas puedan ser comestibles surge periódicamente, con artículos que mencionan que las malezas de una persona son ensaladas de otra, destacando a chefs que “tienen buena mano con las malezas” (“have a way with weeds,”), debatiendo las formas en que los jardineros medievales alentaron las maleza (gardeners encouraged weeds) y hasta sugiriendo maneras de eliminar las especies invasivas comiéndolas (eat away at invasive species). ¿Pero es esto algo que debemos tomar en serio?
“Le llamamos malezas a estas plantas debido a la forma en que interactuamos con ellas. Están presentes en nuestros jardines, céspedes y compiten con las plantas que preferimos comer”, señala Lynn Sosnoskie, científica de malezas de la Universidad de California en Davis. “Pero muchas de las plantas que son malezas aquí en los Estados Unidos fueron traídas con un propósito, ser comidas”.
La tesis doctoral de Sosnoskie fue sobre una planta de este tipo, con el sabroso nombre “mostaza de ajo”. También ha trabajado de cerca con el Amaranto Palmer, una maleza perniciosa que crece en los campos algodonales la cual puede ser resistente al glifosato. En respuesta a un granjero de Georgia que preguntaba con exasperación si debía comerse las plantas que se están apoderando de sus campos de cultivo, la experta llevó a cabo algunos estudios preliminares sobre las posibilidades comestibles del Amaranto Palmer.
“Probablemente no es algo viable que acabemos un problema serio de maleza comiéndonoslo”, dijo, “pero definitivamente siento que debemos investigarlo como una fuente potencial de alimento”.
“Creo que algunas de estas malezas tienen un gran potencial y están siendo infrautilizadas”, mencionó Stephen Weller, profesor de horticultura en la Universidad de Purdue, quien encabeza el proyecto de verduras indígenas. “En África oriental, estas verduras son muy populares. Y realmente creo que conforme llegan aquí más inmigrantes de esa región, va a crearse un mercado para algunas de esas verduras”.
Aunque cuenta con un doctorado en ciencias de las malezas, Weller está ahora tratando de encontrar las formas de cultivar amaranto y belladona negra, en lugar de eliminarlas. Antes de que empezara a trabajar en estas plantas, existía la suposición de que su cultivo sería algo fácil porque, bueno “crecen como malezas”.
“Pero nos dimos cuenta que cultivarlas es mucho más intenso de lo que llegamos a creer inicialmente; ya que es algo similar a cultivar cualquier otra verdura”, dijo Weller. “Necesitan agua, fertilizante y las plagas son un problema”.
A propio riesgo: Aunque cuando las plantas de malezas pueden ser una fuente de alimentos, ambos científicos advirtieron en contra de pensar que las malezas pueden resultar en “un buffet gratuito para todos”. Algunas plantas pueden ser tóxicas y las malezas en los campos de cultivo pueden haber sido fumigadas recientemente. Es importante tener conocimiento acerca de las plantas y cómo han sido cultivadas antes de intentar comerlas.
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