La mora es asombrosa. La producción efímera de esta fructífera planta es algo que tanto expertos en pasteles y mermeladas pueden realmente apreciar. Las moras son un alimento con un nivel muy bajo de glucemia (poca azúcar) y un regalo para los consumidores que prestan atención a la nutrición.
Todo hortelano puede disfrutar u odiar esta planta al mismo tiempo. La producción de la fruta está limitada a una temporada relativamente corta, pero la planta puede llegar a alcanzar proporciones enormes si no se le da mantenimiento. Uno debe esmerarse en mantener la planta de la mora dentro del área en que se le sembró, y mantenerlas en la espaldera para evitar que crezca demasiado y haya un montón de bayas en el traspatio. De cualquier manera, si una persona tiene un lugar soleado, de cuatro pies de ancho, para sembrar moras, la recompensa es inmensa.
Se pueden incluso plantar a lo largo de una pared, que dé vista al sur, siempre y cuando pueda colocar una espaldera robusta que sirva de apoyo. Si usted vive en un clima demasiado caliente tal vez valdría la pena cubrir las plantas de moras con tela de sombra, especialmente durante la temporada de madurez.
De una sola planta, usted puede cosechar suficientes moras para preparar una deliciosa mermelada o un pastel delicioso, algunas frutas para el desayuno y, mis preferidas, las paletas heladas de moras (ver receta al final). Después de la cosecha, corte hasta el suelo la rama que ya dio fruto, y enrede en la espaldera las ramas nuevas, en crecimiento. Si usted hace eso anualmente, mantendrá la planta bajo control.
Hay muchas variedades de moras y sembrar varios tipos que maduren a distintos intervalos extiende por más tiempo la temporada de cosecha. Muchas variedades tienen un sabor distintivo, muy diferente al de la “mora salvaje” que quizá usted recuerde de una planta que crecía en una zanja. Algunas no tienen espinas y eso facilita su manejo, y otras son muy espinosas pero con un sabor buenísimo.
La moras se dividen en dos grupos: las zarzamoras y las moras. Las primeras, tales como las Boysen y la Ollalie, son variedades muy comunes, que precisamente están madurando ahora en el Norte de California. También he estado sembrando tres variedades que requieren de una espaldera bastante alta –de más de seis a siete pies. Pero la fruta en estas variedades es muy grande y hermosa y su planta es vigorosa y resistente a enfermedades. Las variedades son Black Satin, Triple Crown y Cherokee; todas ellas estarán listas para cosecharse en un par de semanas.
Para más información sobre cómo cultivar moras en la huerta familiar, visite la página en inglés de California Gardening website.
Aún cuando usted puede usar las moras de muchas maneras, la que a mi me parece verdaderamente deliciosa es la paleta helada de mora. He aquí la receta:
Empiece por hacer el jarabe calentando 2/3 de taza de agua hasta que hierva; póngale 2/3 de taza de azúcar blanca y revuelva hasta disolver. Retire del fuego y deje que se enfríe. Ponga tres tazas de moras frescas y bien lavadas en un tazón y macháquelas. Puede quitarles las semillas poniendo las moras en una coladera y oprimiendo con los dedos, pero no necesita hacerlo. Una vez que el jarabe este frío, mézclelo con las moras. (También puede echar las moras en la licuadora con 2/3 de taza del jarabe).
Eche la mezcla en los moldes de paleta y congele de 3 a 4 horas. Sáquelas del congelador e inserte los palitos para paletas; vuelva a congelar de 3 a 4 horas más. Cuando estén bien congeladas, con una paleta en mano, vaya al jardín y olvídese de sus problemas.
Preparado por Pamela M. Geisel
Adaptado al español por Norma De la Vega