¿Beber cerveza para perder peso? Eso es lo que recientemente han estado pregonando algunos encabezados de noticias. Quizás exageren un poco. En realidad, lo que nuestra autoridad en cerveza, el profesor Charles Bamforth, de UC Davis, dijo fue que beber diariamente un vaso
de cerveza en vez de uno
de vino haría perder más calorías que las que se queman al trotar por unos 30 minutos.
¿Por qué? Porque la mayoría de las calorías que se encuentran en las bebidas alcohólicas están en el alcohol. Y en el vino el contenido de alcohol es mayor que el de la cerveza. "Entre más alcohol haya en una bebida, mayor será su contenido de calorías" dice Bamforth, titular de la cátedra de Ciencias de Procesamiento de Malta y Fabricación de Cerveza, auspiciada por la Anheuser-Bush.
Bamforth sostiene que por mucho tiempo se ha culpado a la cerveza por el crecimiento de la panza de los bebedores. "Por años, la reputación de la cerveza se ha dañado al decirse que hace engordar más que otras bebidas alcohólicas, cuando en realidad es exactamente todo lo opuesto", dice él. "Realmente me irrita cada vez que escucho las palabras "calorías vacías" en referencia a la cerveza. Eso es un disparate".
De hecho, la cerveza está cargada de cosas buenas para usted. De acuerdo con Bamforth, en la cerveza hay niveles considerables de vitamina B – el ácido fólico, por ejemplo – así como minerales y fibra. "Déjenme decirles que la cerveza es la fuente más rica de sílice en la dieta", afirmó. "Estudios detallados en el Reino Unido han ligado eso a la salud de los huesos. La cerveza contiene antioxidantes, como los ferulados".
Y luego tenemos al alcohol mismo. En todo el mundo, la mayoría de quienes estudian la relación entre el consumo moderado de alcohol y la reducción de riesgos de sufrir enfermedades del corazón están ahora convencidos de que el alcohol es el ingrediente activo y no otros compuestos presentes en las bebidas alcohólicas, añade él. Así que, en ese contexto, la cerveza es tan efectiva como el vino.
"Ahora, tengo que aclarar que me gusta el vino", explica Bamforth. "Pero, si realmente quisiera indagar acerca de las bebidas alcohólicas, hay mucho más por aprender en el mundo de las cervezas. Hay tal variedad de estilos. Algo para pleno invierno – quizás una Imperial stout – como para los cálidos días del verano, una cerveza rubia ligera y chispeante, siempre y cuando se disfruten con moderación, por supuesto".
Es de esperarse que un profesor de ciencias de fabricación de cerveza promocione las ales y las cervezas rubias como bebidas favoritas, especialmente en un día caliente de verano: "Más vale que me crean, porque realmente la cerveza es mejor".
¿Tiene alguna pregunta, comentario o solicitud de información para el profesor de cervezas? Escríbale a cwbamforth@ucdavis.edu.
Adaptado al español por Alberto Hauffen.