El hambre y la sed usualmente hacen que la gente compre bocadillos de las máquinas dispensadoras. Las opciones saludables, el conteo y recordatorio sobre las calorías ayudan a los consumidores a tomar decisiones con buen sentido cuando introducen monedas o la tarjeta de crédito, según una investigación realizada por un grupo de trabajo organizado bajo la Iniciativa Alimentaria Global de UC y dirigida por el Instituto de Políticas sobre Nutrición de UC.
El grupo de trabajo se propuso crear directrices para los proveedores de servicios alimentarios de todos los 10 campus de UC y otras instalaciones de UC para el abastecer y promover opciones saludables en sus máquinas dispensadoras. También crearon un manual con una guía paso por paso para hacer el cambio, incluyendo reuniones tempranas con los estudiantes, representantes del servicio alimentario y vendedores para anticipar y prepararse para posibles barreras en su implementación.
Como parte del programa, el Instituto de Políticas sobre Nutrición evaluó la información de seis campus de UC que muestran que las opciones saludables a la venta están incrementando su popularidad, lo cual reduce la preocupación de una potencial reducción en las ganancias si se venden productos más saludables.
“En el 2005, California comenzó a introducir políticas limitando la comida chatarra en las máquinas dispensadoras y tiendas para estudiantes en los campus de kínder al grado 12”, mencionó Janice Kao, una investigadora del Instituto de Políticas sobre Nutrición y directora del grupo de trabajo. “Los estudiantes universitarios de hoy están acostumbrados a tener opciones de botanas saludables en las escuelas. La resistencia por parte de los clientes que algunos vendedores mencionan ya no es necesariamente el caso”.
Dos campus de UC – UCLA y UC San Francisco – fueron los primeros en adoptar la venta de opciones saludables en las máquinas dispensadoras. De acuerdo con la evaluación, ambas ubicaciones lograron la meta de hacer que un 70 por ciento de las bebidas que se ofrecen en las máquinas dispensadoras cayeran en la descripción de “saludable”. Otros campus de UC están trabajando para agregar opciones saludables – con una amplia variación en la implementación y definición de “saludable”.
El grupo de trabajo de la Iniciativa Alimentaria Global recomienda un estándar más alto para botanas “saludables” que algunos campus y vendedores. La diferencia clave es la decisión de que un producto solo puede ser considerado “saludable” si el primer ingrediente es fruta, verdura, lácteo bajo en grasa, proteína o grano integral.
“Esta pauta significa que algunas barras de granola no pueden ser consideradas como un bocadillo saludable”, dijo Kao.
Aun así, los resultados de la evaluación mostraron una mejoría en la venta de productos saludables.
“Los campus que han trabajado activamente para la venta de productos saludables vieron mayores ventas en botanas y bebidas saludables”, manifestó Kao. “Queremos aprender de esas experiencias y desarrollar estándares a nivel de todo el sistema para proveer consistencia. Si todos siguen las mismas pautas, hay un potencial de aprovechar la economía de compra a alimentos a escala en todo el sistema y contribuir a obtener las metas de sustentabilidad de UC”.
La evaluación del NPI compara las emisiones de gases de efecto de invernadero asociadas con la venta tradicional y la venta saludable. Una diferencia dramática emergió cuando se compararon los ingredientes de una barra de dulce y una barra saludable. Se calculó que las emisiones de gases de efecto invernadero del ingrediente de una barra de dulce son dos veces más altas que las de los ingredientes de una barra saludable.
Author - Administrative Assistant III