Los investigadores contribuyen con sus recomendaciones para una estrategia nacional contra el hambre y las enfermedades consecuencia de la mala alimentación.
En la primera Conferencia sobre Hambre, Nutrición y Salud , convocada por la Casa Blanca desde 1969, el presidente Joe Biden anunció, en septiembre pasado, la implementación de una estrategia nacional “para terminar con el hambre en los Estados Unidos y aumentar la alimentación saludable y la actividad física para que en 2030 menos estadounidenses sufran de enfermedades relacionadas con la alimentación. Una gran parte de la investigación que fundamenta esta estrategia está basada en el Instituto de Políticas de Nutrición, un programa de la División de Agricultura y Recursos Naturales de UC ANR.
“La ciencia es el trabajo de muchos y ningún estudio tiene las respuestas a todas las preguntas, pero tenenos un equipo de trabajo que ha contribuido a esta conferencia, a partir de todos los programas y cambios establecidos desde la última conferencia”, manifestó la Lorrene Ritchie, directora de NPI.
En la conferencia original, que data de la era de Nixon, surgieron alrededor de 1,800 propuestas, de las cuales se implementaron alrededor de 1,600 en los años subsiguientes, de acuerdo con Stacy Dean, asistente del Departamento de Agricultura de Estados Unidos del secretario de Servicios de Alimentos, Nutrición y Consumidor.
En aquel entonces surgió una letanía con programas de largo alcance, impulsados por la conferencia de 1969, tales como: el Programa de Desayunos Escolares, WIC (el Programa de Nutrición Suplementaria Especial para Mujeres, Infantes y Niños), SNAP (Programa de Asistencia para Nutrición Suplementaria) y el CalFresh Healthy Living UC, y el Programa de Educación sobre Nutrición CalFresh de la Universidad de California ,EFNEPPrograma Ampliado de Educación sobre Alimentos y Nutrición y otros.
Un breve repaso a través de un pasaje histórico muestra el tremendo potencial que representa la conferencia 2022, que congregó a 500 expertos y alrededor de mil participantes por internet, como parte de la estrategia nacional de la administración de Biden-Harris.
“¿Tiene ese documento todo lo que nos gustaría? No, pero ¡oh Dios mío!, si pudiéramos lograr todas las cosas que se han presentado, qué efecto tan transformador tendría”, manifestó Ritchie, añadiendo, que le emociona que en los niveles más altos del gobierno se está dando prioridad al problema del hambre y las enfermedades crónicas relacionadas con la nutrición.
En la conversación se incluye el tema de las bebidas endulzadas
Por varios años, entre los expertos de NPI, ha habido una larga lucha para que se incluya el agua en la gráfica de la alimentación saludable de MiPlato, como la mejor bebida para hidratarse, evitar que los niños se acostumbren a las bebidas endulzadas, prevenir el sobrepeso infantil y las enfermedades crónicas como diabetes y más.
En una de las reuniones que tuvieron lugar, durante esta conferencia, y en la que los organizadores de la conferencia solicitaron a Christina Hecht, asesora NPI, que presentara las recomendaciones de UCANR para motivar a las personas a elegir agua en lugar de bebidas azucaradas, volvió a surgir la idea de incluir el agua en “Mi plato” a fin de asegurarse que todas las escuelas públicas provean una estación de agua potable para beber y en donde los estudiantes puedan llenar las botellas con agua.
Christina y Ken Hecht, del Instituto de políticas de Nutrición, NPI también presentaron recomendaciones, como parte del Grupo deTrabajo para la Reducción de las Bebidas Azucaradas, que reúne a expertos de todos los niveles. Algunas de las propuestas clave que aparecen en el documento para la estrategia nacional se enfocan en la comercialización de bebidas azucaradas y la simplificación de las etiquetas nutricionales de los envases. Es algo importante para ayudar a los consumidores a conocer el alto nivel de azúcar que contienen las bebidas endulzadas, por ejemplo, una soda de 20 onzas contiene 18 cucharaditas de azúcar agregada.
Otros cambios en la política de nutrición recopilados por Christina Hecht, como la actualización de la Pautas Alimentarias para los Estadounidense, usadas en las instalaciones y programas federales, también se reflejan en la estrategia nacional, aunque sin mencionar específicamente a las bebidas azucaradas. No obstante, Hecht considera que se ha dado un gran paso para futuros debates que podrían incorporar y promover las bebidas saludables.
“Lo que se requiere es continuar investigando, obteniendo datos, interpretarlos, compartir la información y defenderla ante quienes toman las decisiones”, manifestó la experta.
University of California setting an example
Suzanna Martínez, investigadora, afiliada, NPI espera que el contexto positivo generado por la convocatoria de la Casa Blanca, ayude a la aprobación, ante el Congreso, de dos iniciativas de ley para combatir la inseguridad alimentaria entre los estudiantes de educación superior. Esto significaría la aprobación de fondos para atender las necesidades básicas de los estudiantes en los campus y la educacción de los obstáculos al Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria, SNAP, conocido como cupones de alimentos. En el documento de estrategia nacional se reconoce, explícitamente, que "las restricciones de elegibilidad de SNAP para estudiantes universitarios, están desfasadas dada la población actual que busca credenciales de educación superior."
Martínez, profesora asociada del Departamento de Epidemiología y Bioestadísticas de la Universidad de California en San Francisco, fue invitada a la conferencia como parte de un grupo de UC que trabaja para reducir, entre todos los universitarios, la inseguridad alimentaria para el 2030. Este compromiso y la labor de UC Berkeley en el ámbito de las necesidades básicas fueron destacados por el segundo caballero, Douglas Emhoff , esposo de la vicepresidenta Harris, durante el cierre de la sesión plenaria.
“El trabajo que ejecutamos aquí en California sienta las bases para determinar lo que pasa en otros estados”, indicó Martínez, quien también citó el esfuerzo pionero de California para proporcionar alimentos para todos los estudiantes de las escuelas públicas.
El trabajo continuo de NPI para evaluar las comidas escolares universales en California y otros estados es solo un ejemplo de cómo sus académicos y personal están perfeccionando programas innovadores para que puedan adoptarse de forma más eficaz y amplia, posiblemente a nivel nacional. De hecho, la Casa Blanca enmarcó las “comidas escolares saludables para todos” como la principal estrategia para mejorar el acceso a los alimentos y asequibilidad y Ritchie aplaude el énfasis constante de la administración sobre una intervención temprana para obtener resultados más saludables.
“Entre más temprano se puedan crear los hábitos saludables, desde el útero hasta la niñez, mayores son las probabilidades de que haya más adultos sin las llamadas enfermedades crónicas relacionadas con la alimentación”, manifestó. “Lo último que se quiere es esperar a que las personas se enfermen para empezar a cambiar hábitos”.
Otro tema general que entusiasma a Ritchie es el enfoque de "todo el gobierno" de la estrategia nacional para abordar toda una serie de cuestiones relacionadas con la nutrición y el hambre. Un ejemplo, es como la estrategia pide a los organismos no asociados tradicionalmente con la alimentación, a que contribuyan a reducir el despilfarro, como el Departamento del Tesoro, que esclarece las ventajas fiscales para las empresas que donan alimentos.
“En todo el documento, una y otra vez, hay numerosos ejemplos para crear sinergias entre todas las agencias gubernamentales y con los gobiernos estatal y local para que pueden ayudar a mover el hilo conductor”, señaló Ritchie. “Esa llamada audaz a la acción es lo que realmente necesitamos”.
Adaptado al español por Leticia Irigoyen del artículo en inglés
Editado para su publicación por Norma De la Vega