La tensión aumenta. En estos días calurosos de agosto, conforme las nueces alcanzan su madurez, las cáscaras deben partirse. Si muchas no lo hacen, la cosecha será mucho menos rentable, porque es más difícil crear mecánicamente una partidura que se vea natural en un pistacho y un pistacho que no se abre produce una ganancia menor. Los cultivadores vigilan el porcentaje de apertura muy de cerca; si se esperan mucho para obtener un porcentaje mayor, les dan a los gusanos de la naranja navel una mayor ventana de oportunidad para poner sus huevecillos a lo largo de las suturas.
Los pistachos se cosechan mecánicamente y la maquinaria por lo general pertenece a contratistas, aunque las granjas más grandes quizás tengan sus propias máquinas. Tan pronto como la primera maquinaria entra a la primera huerta — la mayor superficie en acres se localiza en el lado oeste del Valle de San Joaquín, alrededor de Bakersfield — se inicia la carrera.
“Es algo caótico”, dice Ferguson. Durante más de 15 horas diariamente, empezando antes del amanecer y terminando cuando oscurece, las cosechadoras se mueven apresuradamente en medio de túneles de polvo de un lado al otro en las hileras de los huertas, seguidas por remolques recolectores que deben llevar las nueces a la planta procesadora para secarlas antes de que el día termine. A cada remolque le caben 55,000 libras de pistachos. Si se les deja durante mucho tiempo en el calor, bajo el peso de una carga como esa, el pelón seco, (cada cáscara se encuentra dentro de un pelón seco) se degrada y mancha las cáscaras de un tono más oscuro, el cual reduce el valor de los pistachos. La industria pistachera de California se enorgullece de producir una nuez grande, con partitura natural y una cáscara de color claro sin partitura o aclaramiento artificiales.
Cada año la carrera se vuelve más frenética ya que los contratistas tienen cada vez más y más superficie que cosechar dentro de las seis semanas de la temporada de cosecha. Ferguson llama al pistacho “la introducción más exitosa de planta alguna en el siglo 20”. La producción californiana se ha incrementado de cero a un cuarto de millón de acres en los últimos 40 años.
Los árboles maduros tienen troncos más gruesos que no se sacuden tan bien, y los árboles son ahora tan grandes que, “algunas nueces pueden salir volando fuera de la malla recogedora”, dice Ferguson. Ella está realizando pruebas actualmente con una cosechadora que entra en contacto directo con la copa del árbol. “Se parece a un cepillo grande”, dice la experta, “que despeina la copa del árbol para obtener sus nueces”.
Vea un video de una cosechadora de pistachos de las que sacuden los troncos. (Video proporcionado por Coe Orchard Equipment.)
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