Sí, según Prabhu Pingali, quien fue invitado la semana pasada a la Universidad de California en Riverside por el Centro Uno de Salud (One Health Center) para dar una charla. Pingali, subdirector de la División de Desarrollo Agrícola de la Fundación Bill y Melinda Gates (Agriculture Development Division of the Bill & Melinda Gates Foundation), cuenta con más de tres décadas de experiencia en el campo de la agricultura. Su charla de una hora de duración se enfocó sobre cómo se puede alimentar a los nueve mil millones de personas que habitan el planeta.
Explicó que el tema de la agricultura no estuvo en la agenda de nadie entre 1988 a 2006-2007. Pero hoy en día ha regresado. “Estoy en la profesión correcta”, indicó con una sonrisa.
El experto agregó que el mundo experimentó un fuerte incremento en los precios de alimentos en el 2008 debido a lo que llamó una “tormenta perfecta” — una rápida demanda de cantidad y calidad de alimentos (en términos de diversidad) y una alta volatilidad en los precios de los alimentos — y a partir de entonces, un grupo grande de personas adoptó una visión pesimista de la producción mundial de alimentos. Advirtieron que el mundo no podrá alimentarse a sí mismo.
“Pero ya hemos pasado por ello y hemos podido salir de allí”, manifestó Pingali, quien ha escrito diez libros y más de 100 artículos de investigación en referencia y libros de capítulos sobre política alimentaria, cambios tecnológicos, crecimiento de producción y manejo de recursos en el mundo desarrollado. “De hecho las cosas no son tan malas como usted pudiera pensar. Yo lo veo desde un punto de vista más positivo”.
La audiencia se mantuvo bien atenta con los ojos fijos en las diapositivas de Pingali.
Él les explicó que en 1963 el mundo experimentó un masivo déficit alimentario pero que para 1970 la producción de alimentos en general se colocó a la par de los índices de crecimiento poblacional, siendo el sureste y este de Asia los que mostraron el crecimiento más rápido en productividad.
“Sólo en el África Subsahariana se registró un descenso en la productividad”, dijo el experto. “La tecnología hizo posible el cambio. Pero la tecnología no puede hacerlo sola. Si el apoyo del gobierno no hubiera existido, no hubiéramos visto ningún cambio”.
Viendo hacia el futuro.
Las diapositivas de Pingali mostraron cómo por el lado de la demanda el consumo per cápita de granos básicos en Asia y Latinoamérica está declinando rápidamente. Conforme el ingreso se incrementa, señaló, el consumo per cápita de trigo y maíz se reduce y las dietas se diversifican, pues la genta va en busca de alimentos de mayor calidad.
Pingali predijo un mayor consumo de carne, leche y productos lácteos en el futuro. En el Oriente Asiático, el consumo de carne será más o menos de 80 kg. por persona en el año 2050 (en 1975 fue de menos de 20 kg. por persona anualmente; en el 2000 fue aproximadamente de 40 kg.). Además, en el futuro mucho del bio combustible provendrá de la tecnología celulósica y otras formas de desperdicios, no granos.
¿Pero qué pasa con la superficie de tierras? ¿Quedará suficiente para producir alimentos para dos mil millones adicionales de personas? Pingali piensa que si. Dijo que en general 4,200 millones de hectáreas de tierra en el planeta son adecuadas para cultivos; de estas, alrededor de 1,700 millones de hectáreas se encuentran ya bajo cultivo.
“Veremos una intensificación en las tierras que ya son cultivadas, o sea, la realización de cultivos con mayor frecuencia en la misma tierra”, dijo el experto. “Una razón por la que estas zonas no están siendo cultivadas actualmente se debe a la mala calidad de tierra — acidez, erosión, áreas con pendientes, materia orgánica deficiente y bajo contenido de nitrógeno”.
Pingali predice que la falta de agua será una creciente limitación. Explicó, además, que en muchas partes del mundo existe un enorme desperdicio de agua, pero que el uso de este vital liquido puede manejarse de una mejor manera.
De acuerdo con él, podemos anticipar que los siguientes pasos se necesitarán para manejar la producción alimenticia en el futuro: cambiar los patrones de cultivo, mejorar la tolerancia a las sequías y submergencias; incremento en el uso de híbridos y mejores prácticas administrativas de la tierra y el agua.
¿Qué debemos hacer?
Pingali piensa que debemos mantener el enfoque en la agricultura e invertir en el crecimiento de la producción de minifundios.
“La tecnología, incluyendo la biotecnología, será una importante parte de la solución”, dijo. “Las políticas que permitan y alienten el crecimiento de la producción de mini fundios son cruciales. Necesitamos poner particular atención a los medios ambientes proclives al estrés e invertir en estrategias a largo tiempo a favor de bio combustibles que no dependan de un creciente uso de granos alimentarios”.
Pingali predice que se demostrará que Malthus estaba equivocado debido “a nuestra ingenuidad y habilidad para hacer frente a la escasez de recursos a través de la innovación técnica y el enfoque en cambios de política”.
Para finalizar esta charla, se levantaron varias manos y se inició una vibrante sesión de preguntas y respuestas. Desafortunadamente, yo no pude hacer mi pregunta antes de que se terminara el tiempo: “Dr. Pingali, ¿cómo cambiaría su charla de hoy si tuviese que alimentar a una población mundial de 15 mil millones de personas?
No en mucho, me sospecho que hubiera dicho con confianza y sin reservas, con su optimismo incansable expandiéndose por todo el salón.