DAVIS-(UC)— En octubre, los
productores se vieron obligados a retirar del mercado en el nordeste de los
Estados Unidos más de 27 millones de libras de productos de carne preparados
(deli) en respuesta a la inquietud
de que podrían estar contaminados con listeria, bacteria considerada responsable
de 23 muertes y 120 casos de intoxicación.
La
irradiación, un método seguro y efectivo de reducir enfermedades portadas por
los alimentos, podría haber evitado este desenlace, opina Christine Bruhn,
especialista en alimentos y directora del Centro de investigaciones para el
Consumidor de la Universidad de California en Davis.
Durante el
proceso de irradiación, los alimentos quedan expuestos a un campo de energía
generada por electricidad o rayos gamma. La irradiación no vuelve radioactivos a
los alimentos. Muchos productos de uso común, como bolitas de algodón, banditas
y biberones, son irradiados para destruir bacterias. Ninguno de estos productos
se vuelve radioactivo, de la misma manera que los rayos X, en uso en los
aeropuertos, no hacen que el equipaje quede radioactivo.
Algunos
consumidores se preocupan de que la irradiación destruye las vitaminas; sin
embargo, Bruhn aclara que los cambios nutritivos causados por la irradiación son
similares a los que causan el cocimiento y congelación de alimentos. La
irradiación destruye el 99.9% de las bacterias dañinas E. coli 0157:H7,
salmonela, campylobacter y listeria, entre
otras.
Actualmente,
el uso de la irradiación está aprobado por la Administración de Alimentos y
Drogas de EE.UU. (FDA) únicamente para carne fresca o congelada, aves de corral
y algunas frutas y verduras. Su uso no ha sido aprobado para embutidos, ostras,
camarones, cangrejos y otros mariscos. Todos los alimentos irradiados de venta
en los supermercados deben tener una etiqueta que así lo indique; este requisito
no es obligatorio para los
restaurantes.
“Estoy a favor
de que se identifique en las etiquetas que es un producto irradiado”, precisa
Bruhn. “Pago más por las carnes irradiadas. Creo que es un producto que ofrece
algo más”.
Una de las
principales ventajas de irradiar los alimentos es el hecho de que se eliminan
los patógenos antes de que el producto llegue a la cocina, lo cual reduce el
peligro de que los jugos de las carnes crudas contaminen alimentos frescos,
mesas o mostradores de cocina, cuchillos o tablas para picar. No obstante, los
expertos indican que los alimentos irradiados deben refrigerarse y cocinarse
adecuadamente.
Ahora hay más
oportunidades de comprar estos alimentos que presentan menos riesgos. En
Minnesota, la compañía Dairy Queen empezó a ofrecer hamburguesas
irradiadas en dos restaurantes en febrero del 2002. Los consumidores
reaccionaron de manera neutral o positiva. Al cabo de unos meses, casi 25% de
los restaurantes de la cadena Dairy Queen en el estado ya servían carne
de res irradiada; y en junio, todos los Dairy Queen en Minnesota
cambiaron al producto irradiado.
La carne de
res irradiada se ofrece cada vez más en otras regiones de los Estados Unidos.
Más de 30 estados producen carne molida de res irradiada y congelada, que los
consumidores pueden comprar por correo. En Illinois y Nueva York, los
supermercados han empezado a ofrecer carne de res molida fresca irradiada. En
California, una empacadora de carnes abrió en agosto unas instalaciones de
irradiación en Vernon, un suburbio de Los Angeles.
Bruhn anima a los consumidores a pedir a los gerentes de supermercados que ofrezcan productos irradiados. “Los consumidores deben tener la opción de selección”, opina.
El catálogo en la red de UC ANR Communication Services, http://anrcatalog.ucdavis.edu/ incluye una publicación que se puede imprimir gratuitamente, “Frequently Asked Questions About Food Irradiation”. Busque tecleando la palabra en inglés “irradiation”. También hay más información sobre este tema en el sitio en internet del Centro de investigaciones para el Consumidor de la Universidad de California, http://ccr.ucdavis.edu.