Golosinas y antojitos hay por doquier todo el año y a partir del mes de noviembre parecieran brotar de la tierra, pero no son precisamente nutritivos como las frutas y las verduras. 

Noviembre es el mes de la nutrición y es también cuando inicia la temporada de la abundancia con sus tentaciones al paladar como el pie de: calabaza, nuez, manzana, queso con fresa y queso con chocolate, ¡Ñam ñam que dulzura!. 

Comemos para nutrir nuestro cuerpo y mantenernos saludables, pero también comemos por placer y según las expertas en nutrición no hay porque renunciar a las golosinas pero si consumirlas con moderación. 

“No nos dicen no comas un postre o no te tomes una soda sino la cantidad, cuánto es lo que estamos comiendo, es importante, indica Alice Escalante, educadora de nutrición de Extensión Cooperativa de la Universidad de California. 

Saber qué es lo que se come y cuánto se debe consumir de cada alimento es necesario para aprender a comer saludable, dando preferencia a la nutrición y a la salud y por lo tanto a las frutas y verduras, proteína y granos como lo indica Mi Plato., algo que es fácil de ignorar. “A nosotros, digo yo de mi parte, como familia latina, nos servimos un plato y hasta arriba como montaña, en lugar de una porción como indica Mi Plato con las porciones que deben ser.”  

Escalante, quien trabaja en un condado, con alto porcentaje de inmigrantes latinos, recomienda cuidar las porciones especialmente con los postres y antojitos porque contienen muchas azucares, grasa y sal y beber solo de vez en cuando, alguna bebida azucarada. 

El agua debe ser la bebida diaria para hidratarse. Investigaciones indican que el aumento en el peso se debe en parte a las bebidas azucarada, tan solo una lata de refresco contiene 10 gramos de azúcar y para eliminar todas esas calorías se necesitaría a una larga caminata de 3 millas o más.  

Para adquirir hábitos alimenticios saludables la clave es hacer cambios pequeños, empezando por incorporar poco a poco más ensaladas en las comidas diarias. “Estamos comiendo el arroz y estamos comiendo los frijolitos, pero se nos olvida poner la ensaladita, poner la verdura, poner la fruta, comemos más tortillas pues menos tortillas, son cambios pequeños.” 

Además, hay que mantenerse activo para evitar sobrepeso y obesidad, problemas de salud serios entre los latinos que tienen consecuencias como la diabetes, alta presión y enfermedades cardíacas. Una investigación del Instituto de Políticas de Nutrición de la Universidad de California, Obesidad en California, 2002 - 2014 encontró que los latinos junto con los afroamericanos tienen el más alto porcentaje de obesidad y aún más preocupante, los estudiantes latinos en la preparatoria mantienen, a nivel estatal, la tasa de obesidad más alta.

“Tenemos mucha enfermedad de obesidad y diabetes, en nuestra familia latina," dijo Escalante."Y si yo habló con pasión sobre cómo hacer cambios saludables es porque yo he vivido esa experiencia, mi mamá murió de diabetes y obesidad."

La educadora concluye que con cambios pequeños en la alimentación se puede prevenir la obesidad y mantener la salud para disfrutar la vida y a la familia.