Gracias a investigadores en Estados Unidos y España, dentro de poco tiempo podría usted encontrarse empacando una chirimoya, en vez de una manzana o plátano, en la lonchera de sus hijos.
Los investigadores recientemente combinaron sus experiencias en un esfuerzo para mostrar como se puede crear una versión sin semillas de la chirimoya – a la que Mark Twain llamara "la fruta más deliciosa que el hombre haya conocido".
La chirimoya, también conocida como apple tart entre los angloparlantes, y las muy semejantes anón y guanábana, se conocen por tener semillas grandes y raras. Las nuevas variedades sin semilla de estas deliciosas frutas sin duda serán más atractivas para los consumidores.
"Esta podría ser el próximo plátano; sería mucho más popular", dijo Charles Gasser, profesor de biología molecular y celular en la Universidad de California en Davis.
El anotó que, aunque todas las variedades comerciales de plátano carecen de semilla, esta fruta en su estado natural puede contener hasta un centenar de semillas.
El proyecto de la chirimoya se inició en España, donde los investigadores José Hormaza, María Herrero, y el estudiante de postgrado Jorge Lora, en los laboratorios del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, en Málaga y Zaragoza, estudiaban las variedades sin semilla de anones. Al examinar más de cerca esta fruta notaron que los óvulos, que normalmente forman semillas, carecían de una capa exterior.
Los compararon con óvulos similares en una mutación de la planta de laboratorio arabidopsis, descubiertos en el laboratorio de Gasser en UCD a finales de los 90. En arabidopsis, las plantas defectuosas no producen semilla ni fruta. Pero los anones mutantes producen fruta de tamaño normal con pulpa blanca y suave, sin las semillas grandes y duras.
El equipo español contactó a Gasser, y Lora se trasladó de Málaga a UC Davis para trabajar en el proyecto en el laboratorio de Gasser. Lora descubrió que el mismo gene causaba los óvulos sin capa tanto en la arabidopsis como en el anón.
"Esta es la primera caracterización de un gene que no produce semilla en una planta de cultivo agrícola", dijo Gasser.
Aunque se encuentran en el mercado variedades sin semilla de frutas comerciales, esas usualmente se logran mediante injertos selectivos. Y, puesto que las plantas no tienen semilla, se producen usando esquejes de plantas y otros métodos de propagación vegetativa.
Gasser confía en que el descubrimiento de este nuevo gene abra el camino para la producción comercial de variedades sin semilla de anón, chirimoya y quizás otras frutas.
Además de la implicación para cultivos comerciales, la investigación del equipo también permite conocer más acerca de la evolución de plantas floríferas, dijo Gasser. La chirimoya y el anón pertenecen a la familia de plantas magnólidas, que se apartaron de las otras plantas floríferas muy temprano en su evolución.
"Es un eslabón que se remonta hasta el comienzo de los angioespermas", indicó Gasser refiriéndose al enorme grupo de plantas y árboles caracterizados por su producción de flores y semillas.
Los investigadores publicaron un artículo en el que describen su labor en la edición del 14 de marzo de la revista Scientific Journal Proceedings, de la Academia Nacional de Ciencias. Su investigación se financió con fondos de una concesión del gobierno español, de la Unión Europea y de la Fundación Nacional de Ciencias de Estados Unidos.
Preparado por Pat Bailey
Adaptado al español por Alberto Hauffen