Posts Tagged: banco de alimentos
Invirtiendo en la nutrición
Es una mañana lluviosa de invierno y decenas de voluntarios del Banco de Alimentos de San Francisco–Marín, con el pelo recogido y cubierto con gorras de plástico limpias, se dedican lentamente a dividir en porciones de una libra un saco de 2,000 libras de avena entera. Hace una década, había más posibilidades de ver a los voluntarios colocando alimentos enlatados en las cajas. Hoy en día, un 60 por ciento de todo lo que sale de esta bodega son frutas y verduras frescas. Por ningún lado se ven refrescos gaseosos o papitas fritas y los granos integrales como esta avena de General Mills es algo ya estándar.
Para que los bancos de alimentos en todo el país se muevan en una dirección similar es necesario que los esfuerzos coordinados incrementen en todos los niveles. Se requerirá de un liderazgo como el provisto por Feeding America, la organización de la red nacional de bancos de alimentos, de un apoyo expandido hacia las políticas sobre nutrición a niveles local y regional y de los esfuerzos de los donantes para suministrar alimentos más nutritivos. Es mucho pedir. Pero ante la crecientes marcas acerca de la inseguridad alimentaria y obesidad, existe más que nunca una mayor presión y deseo para proveer a las familias de bajos recursos con alimentos saludables y crear un apoyo en torno a las políticas sobre nutrición de los bancos de alimentos para asegurar que ello sucede, dice Patricia Crawford, especialista de Extensión Cooperativa de la UC y directora del Centro Atkins para el Peso y la Salud de la UC Berkeley, una alianza entre las facultades de Recursos Naturales y Salud Pública.
“La gente que administra los bancos de alimentos está tomando cartas en el asunto y llevando a cabo la parte difícil de modificar el nivel saludable de las donaciones que solicitan”, dice Karen Webb, una epidemióloga nutricional de CWH. “Por otro lado, los bancos de alimentos desean un amplio suministro de alimentos para ser distribuidos, pero también abogan por las personas de la población más vulnerable, así que la calidad nutritiva de esos alimentos es algo importante”.
Ha habido progreso, el cual los investigadores de CWH y sus colegas, a petición del Instituto de Medicina (IOM, por sus siglas en inglés), el brazo de la salud de la Academia Nacional de las Ciencias, han documentado en “A Movement Toward Nutrition-Focused Food Banking”, un estudio de debate que se dará a conocer en el verano del 2014. El informe detalla la evolución de las operaciones de los bancos de alimentos a la vez que el número de personas a las que sirven estas organizaciones se incrementó en un 46 por ciento del 2006 al 2010, de acuerdo con Feeding America (Alimentando a América). Hoy en día, un 12 por ciento de la población usa el sistema de alimentos de emergencia. Impulsados por una creciente demanda, los bancos de alimentos han cambiado del sustento de emergencia a un servicio que satisface una necesidad crónica.
Conforme las organizaciones se movilizan para proveer más alimentos nutritivos, está claro que los usuarios o clientes de los bancos de alimentos desean estos alimentos. En un estudio de CWH del 2011 se pidió a los clientes que clasificaran alimentos y bebidas densos en calorías tipo botanas, así como alimentos saludables por orden de preferencia.
“Los clientes de los bancos de alimentos clasificaron los alimentos más nutritivos como los principales”, señala Webb, coautora del reporte de IOM. “Esos alimentos son costosos y desean recibirlos. Carne, lácteos y frutas y verduras frescas se encuentran al tope de la lista, mientras que los refrescos gaseosos y los dulces al final”.
¿Cómo será la norma?
Llevar alimentos saludables a las manos de los clientes requiere cambios tanto en la política como en la práctica, ¿pero exactamente en qué consiste una pauta alimentaria basada en nutrición? Muchos interesados están tratando de llevar a cabo un cambio, los bancos de alimentos y los grupos que los apoyan, las organizaciones y corporaciones que donan productos y los gobiernos estatal y federal; pero hay pocas políticas cohesivas y estándares comunes para gobernar la forma en que trabajan juntos.
Para empezar, los bancos de alimentos pueden beneficiarse de las directrices formales por escrito que aborden la calidad nutricional de los alimentos y bebidas que compran o adquieren por medio de donativos, de acuerdo con las recomendaciones en el reporte de IOM, cuyos autores Elizabeth Campbell y Michelle Ross de CWH, Heather Hudson del Banco de Alimentos del centro de New York y Ken Hecht, ex integrante de California Food Policy Advocates (Promotores de la Política Alimentaria de California). Una norma debe guiar la calidad nutricional del inventario de los bancos de alimentos, así como proveer un análisis de la información para poder rastrear el nivel de éxito que el banco de alimentos tiene al distribuir alimentos como frutas y verduras frescas y limitar las menos saludables como galletas y papitas fritas. Alrededor de 56 de los 200 bancos de alimentos cuentan con una política propia, de acuerdo con el sondeo Alimentando a América, pero aún queda mucho por hacer.
El Alameda County Community Food Bank (Banco de Alimentos Comunitario del Condado de Alameda o ACCFB, por sus siglas en inglés) es un modelo de la pauta, mencionó Crawford. Esta organización estableció una política escrita en junio de 2013, con la ayuda del grupo sin fines de lucro contra el hambre MAZON y CWH. El proyecto, que incluyó a varios otros bancos de alimentos, fue fundado por Kaiser Permanente.
“Realizamos grupos de enfoque con los miembros del personal y representantes de agencias”, dice Jenny Lowe, gerente de educación sobre nutrición de ACCFB. “Queríamos que todos estuvieran coordinados. Les preguntamos, ¿cuáles son sus prácticas? Hemos estado siguiendo esto durante un largo tiempo, pero nunca lo habíamos escrito”.
La norma del banco de alimentos es ahora clara. Compran frutas y verduras frescas, frutas enlatadas bajas en azúcar, verduras bajas en sal, leche baja en grasa, proteínas magras, mantequillas de nueces, frijoles, granos integrales, comidas y sopas empacadas.
Los alimentos “verdes” están ahora más disponibles en los bancos de alimentos en todo California debido al programa De la Granja a la Familia de la Asociación de Bancos de Alimentos (CAFB, por sus siglas en inglés), el cual conecta a los granjeros y empacadores del estado con los bancos de alimentos. En 2011, la CAFB, un grupo con membresía sin fines de lucrativos, patrocinó la iniciativa de ley AB152, ahora convertida en ley estatal, la cual permite a los granjeros obtener una exención tributaria del 10 por ciento sobre el costo del inventario de frutas y verduras que donan.
La CAFB ejemplifica cómo es que la agricultura, promotores y bancos de alimentos pueden trabajar juntos para crear políticas que incentiven un sistema de apoyo para dietas saludables. Desde 2005, el grupo ha incrementado la donación de frutas y verduras en 92 millones de libras de frutas y verduras que podrían haber sido aradas en los campos de cultivo. “En California, contamos con una comunidad agrícola progresiva así como organizadores de bancos de alimentos progresistas. Es esa convergencia la que ha hecho de California un modelo y atrae la atención nacional a lo que estamos haciendo”.
Otros pasos positivos: Alimentando a América nombró a un director de nutrición en el 2011 y 2012 implementó Foods to Encourage (Alimentos para alentar), una guía de nutrición para promover la buena salud, el primer esfuerzo de la red de bancos de alimentos en torno a directrices nacionales. También se encuentra operando un programa piloto que conecta a los clientes que sufren de inseguridad alimentaria y padecen de diabetes tipo 2, con nutrición, educación sobre salud y cuidado médico.
Aún con éxitos como estos, todavía hay mucho camino por recorrer.
Alimentos frescos, nuevos retos
Seis bancos de alimentos de California participaron en 2010 y 2011 en un estudio sobre tendencias en el inventario de la CWH, financiado por la Fundación Robert Woods Johnson. Los seis bancos habían incrementado significativamente la cantidad de frutas y verduras que suministraban a los almacenes de distribución de alimentos gratuitos reveló el estudio, pero las cebollas y papas representaban alrededor de la mita de esas ganancias. Aún cuando el incremento en frutas y verduras fue dramático, obtener una variedad de vitaminas y minerales de diferentes tipos de frutas y verduras es clave para la buena alimentación, señala Webb.
“Los bancos de alimentos deben ahora afrontar el siguiente reto: añadir más verduras coloridas y substanciosas, como pimientos o brócoli”, indica.
Conseguir recursos representa otro obstáculo. Aún cuando los clientes de alimentos de emergencia notablemente prefieren lácteos bajos en grasa, proteínas magras y granos integrales en lugar de refrescos gaseosos y otros alimentos menos nutritivos, a los bancos de alimentos se les puede dificultar conseguir donativos que reúnan toda estas preferencias y coincidan con las guía de calidad nutricional. En 2013, el 66 por ciento de los alimentos eran donados por grandes compañías y representaban la fuente más grande para los bancos de alimentos, de acuerdo con Alimentando a América. Los donativos de bebidas azucaradas y botanas se ha reducido substancialmente, pero no han desaparecido de los estantes de seis de los bancos de alimentos de California, según el estudio de CWH. En 2010, uno solo de los bancos de alimentos de California distribuyó más de un millón de libras, 208 millones de calorías, de lo que Crawford llama “azucares líquidos” (bebidas).
“Ese es un montón de calorías en exceso que van a la gente más vulnerable, que tiene mayores posibilidades de sufrir de diabetes o sobrepeso que los individuos de mayores recursos económicos”, señala Webb.
Crawford hace notar que tanto los bancos de alimentos del centro de Nueva York como el del condado de Alameda han implementado de manera exitosa políticas sobre nutrición sin ofender a los donantes o perder su apoyo.
Impulsado a la nutrición
En febrero del 2012, los líderes de la lucha contra el hambre se reunieron en Oakland, California para discutir los hallazgos del estudio de la Fundación Robert Wood Johnson llevado a cabo del 2010 al 2011. Estando allí, la CWH y los Promotores de la Pauta Alimentaria de California pidieron Normas de adquisición para los bancos de alimentos que satisfagan o excedan las directrices de “Alimentos recomendados”, que debían haberse dado a conocer a finales de ese año.
En el más reciente empujón, el reporte de IOM recomienda que los artículos disponibles a través de los programas de distribución del Departamento de Agricultura de Estados Unidos se alineen con las principales recomendaciones de las Pautas Alimentarias para los Estadounidenses del 2010. Un reciente estudio mostró que la mayoría de los alimentos que la USDA suministra a los bancos de alimentos ya son saludables y la agencia se está movilizando rápidamente para mejorar aún más la calidad nutricional al agregar artículos como pastas de granos integrales y arroz integral. El reporte también recomienda que los bancos de alimentos y sus promotores trabajen con los donantes para encontrar nuevas formas de incentivar donaciones nutritivas.
El informe del IOM representa un incremento formidable en la visibilidad para el tema de la nutrición y los Bancos de Alimentos, y Crawford quiere aprovechar el impulso. Ella está pidiendo una reunión de los interesados claves para discutir cómo continuar con las mejoras en la calidad nutricional de los sistemas de alimentos de emergencias.
Los riesgos de la obesidad y diabetes continúan acosando la salud de la nación, y los bancos de alimentos se enfrentarán a grandes retos el próximo año, incluyendo el esperado aumento en el número de clientes como resultado del reciente recorte de 8,600 millones de dólares en al Programa de Asistencia de Nutrición Suplementaria, o SNAP, por sus siglas en inglés, conocido antes como cupones para comida, parte de la ley de las granjas aprobada el pasado febrero y a consecuencia de la sequía en California, la cual se espera que incremente los precios de los alimentos.
“Aquellos que trabajamos en el campo del hambre e inseguridad alimentaria queremos lo mejor para las personas a las que servimos”, menciona Crawford. “Existe una moral imperativa de hacer más que simplemente proveer calorías. Debemos proveer alimentos que ayuden a proteger la salud de los más vulnerables en nuestra sociedad”.
Este artículo apareció originalmente en la edición de primavera de 2014 de Breakthroughs, la revista de la Facultad de Recursos Naturales de la UC Berkeley.
Extensión Cooperativa de la Universidad de California hace la distribución de alimentos toda una experiencia educativa
El programa FoodLink, llamado “Nutrition on the Go” (Nutrición para llevar) ha entregado frutas y verduras frescas a las familias durante 11 años. “Nutrition on the Go” hizo un alto en la comunidad de Farmersville, la cual cuenta con una población de 10,000 habitantes y un ingreso familiar promedio de 31,611 dólares, a finales de agosto.
Contenedores comerciales llenos de manzanas, ciruelas amarillas, chiles pasilla, cebollas moradas y tomates fueron colocados bajo toldos en estacionamiento del centro comunitario. Los alimentos fueron donados por empacadoras locales, granjeros y un programa de cosecha voluntaria. Alrededor de 150 personas resistieron los fuertes rayos solares del mediodía para recibir sus bolsas llenas de frutas y verduras.
“La belleza de este programa es que no hay que ser elegible. Usted llega y recibe alimentos. Es un programa muy acogedor”, dijo Steve Dresser de FoodLink.
Durante cada evento de distribución de alimentos, los educadores de nutrición de Extensión Cooperativa de la UC ofrecen una receta saludable que incorpora las frutas y verduras que se están entregando, así como muestras del platillo preparado. En Farmersville, la directora del programa de nutrición Julie Cates y la educadora de nutrición Grilda Gómez repartieron ensalada de atún con manzana a todos los recipientes mientras esperaban en línea.
“Estas comunidades son desiertos alimentarios”, dijo Cates. “Cuentan con mucha gente trabajadora pero no tienen acceso a frutas y verduras”.
Las familias también carecen de acceso a educación sobre nutrición.
“Nosotros acortamos esa brecha”, mencionó Cates.
A continuación le ofrecemos la receta de la ensalada de atún con manzana que la UCCE ofreció durante la distribución de alimentos en Farmersville.
Ensalada de atún y manzana
Rinde: 4 porciones de una taza
Tiempo de preparación: 15 minutos
Ingredientes:
- 2 latas de atún (de 6 onzas), escurrido
- 2 cucharadas de cebolla morada picada
- 1 manzana mediana, sin las semillas y cortada en pedacitos
- ¼ taza de apio picado
- ¼ taza de pasas blancas
- 3 cucharadas de aderezo italiano con bajo contenido de grasa
- 2 tazas de hojas verdes para ensalada
- 2 pitas medianas de harina de trigo integral
Preparación:
- En un tazón pequeño, mezcle bien el atún, cebolla, manzana, apio, pasas y dos cucharadas del aderezo.
- En otro tazón, revuelva las hojas verdes con el resto del aderezo.
- Corte las pitas a la mitad para preparar cuatro pitas rellenas.
- Con cuidado rellene cada pita con iguales cantidades de la ensalada de atún y ensalada verde.
Información nutricional por porción: 216 calorías, 27 gr. de carbohidratos, 4 gr. de fibra dietética 25 gr. de proteína, 2 gr. de grasa total, 0 gr. de grasa saturada, 0 gr. de grasa trans, 26 mg. de colesterol y 544 mg. de sodio.(Fuente: Harvest of the Month, del Departamento de Salud Pública de California)
Vea a continuación un video sobre la distribución de alimentos en Farmersville:
Cómo hacer rendir el presupuesto de alimentos para reducir el hambre
Con el fin de suplementar sus suministros alimenticios, los californianos pueden recurrir al programa CalFresh, el cual era conocido antiguamente como cupones para alimentos. El programa federal se llama, Programa de Asistencia para Nutrición Suplementaria, o SNAP por sus siglas en inglés (Supplemental Nutrition Assistance Program).
Para ayudar a los participantes de CalFresh a hacer rendir su dinero para alimentos y mantener una dieta nutritiva, el Programa Educativo sobre Nutrición CalFresh de la Universidad de California (University of California’s CalFresh Nutrition Education Program) ofrece una serie de cuatro talleres llamados Planee, Compre, Ahorre y Cocine ("Plan, Shop, Save and Cook").
Los consejeros de Extensión Cooperativa de la UC, Dorothy Smith y Marcel Horowitz descubrieron, a través de una encuesta de seguimiento, que una tercera parte de las 1,373 personas que participaron en los talleres señalaron que no se estaban quedando sin alimentos al final del mes con tanta frecuencia.
En el primer taller, los participantes aprenden los beneficios de preparar un plan de comidas balanceadas. Para hacer esto, discutieron el tema de planear y preparar comidas tomando en cuenta las ofertas de las tiendas, los alimentos que ya tenían en casa y las sobras, al mismo tiempo que incluían los alimentos favoritos de sus familias.
Durante el segundo taller, los participantes aprendieron a leer las etiquetas sobre datos nutritivos de los alimentos y ha hacer la mejor elección nutritiva al realizar sus compras.
En el tercer taller, los instructores de UC CalFresh les mostraron a los participantes cómo determinar las opciones menos costosas de los productos en su lista de compras. Por ejemplo, si comprar un corte de carne de res conocido como aguja (chuck roast) es mas barato y contiene menos grasa que un solomillo. El precio por unidad, compras a granel, marcas genéricas, artículos de uso personal, fuentes alternativas de proteína y cómo prevenir que se echen a perder y se desperdicien alimentos son cosas que deben tomarse en cuenta cuando se eligen alimentos.
Durante el último taller, los participantes prepararon y probaron platillos hechos con alimentos de bajo costo y nutritivos. También pusieron sus conocimientos a trabajar con la creación de un plan de comidas para una semana.
UC CalFresh se ha unido a bancos de alimentos locales en los condados de San Luis Obispo y Santa Bárbara , para instar a las familias a comer más frutas y verduras. Los representantes sobre nutrición de UC Calfresh usaron productos de los bancos de alimentos para preparar platillos saludables con frutas y verduras, los cuales fueron compartidos con las familias participantes.
UC CalFresh está enseñando a los californianos que los platillos nutritivos y sabrosos no tienen que costar mucho.
Algunos tienen carne y no pueden comerla . . .
"Some hae meat, and canna eat,
and some wad eat that want it . . ."
"Estas palabras son antiguas y un tanto difícil de entender, pero cuentan la historia que es tan cierta ahora como cuando el poeta Robert Burns las pronunció a mediados de 1790. Eran palabras antiguas aún en ese entonces. Siempre, al parecer, habemos aquéllos que somos lo suficientemente afortunados de poder comer bien y aquéllos que padecen hambre, aún en un país tan rico como el nuestro.
Una mañana del pasado mes de mayo conocí a algunas personas que ayudan a mitigar el hambre en la comunidad donde yo vivo. Esa mañana manejaba con mi esposa a una zona industrial localizada en la parte noreste de Woodland, California, donde opera el Banco de Alimentos del Condado de Yolo. Camiones de entrega de diferentes tiendas de abarrotes locales, cadenas de supermercados, granjas y otras fuentes de alimentos llegaban hasta la puerta de la bodega del banco de comida. Llegaban y se iban, mezclándose con las camionetas de compradores y remolques de iglesias y otros grupos caritativos.
Los camiones grandes llegaban allí a entregar lo que muchos minoristas considerarían como productos poco rentables: pan, productos lácteos, carnes y productos enlatados y secos que se venden lentamente y se acercan a su fecha de vencimiento; un cubo de cartón lleno de zanahorias a granel en la entrada, donadas por un granjero que se preparaba para levantar una nueva cosecha; sacos de 50 libras de papas o cebollas que, o rebasaron las necesidades del mercado de servicios alimentarios o fueron reservadas por una mano generosa o una agencia gubernamental con el preciso propósito que estaban por cumplir: alimentar al pobre.
Hoy día, aproximadamente 35 por ciento de las provisiones que se pueden ver en la bodega del Banco de Comida han sido donadas directamente. El resto proviene de agencias gubernamentales o de compras directas de la Asociación de Bancos de Alimentos de California. Hace unos años, los directores del Banco de Alimentos del condado de Yolo cambiaron su enfoque con el fin de proveer a sus clientes alimentos más frescos y nutritivos, y desde entonces han incrementado la venta de frutas y verduras frescas de 50,000 libras al año a un millón en el 2010.
Esa mañana de mayo, mi esposa y yo no unimos a otros grupos de compradores dentro de la bodega, cada uno de nosotros eligiendo de entre los productos a bajo costo en busca de la mejor combinación de alimentos para llenar las alacenas de algún comedor de beneficencia o —como en nuestro caso —un armario de alimentos local. Las barras de pan, una caja de tomates enlatados, una caja de manzanas, mezcla para preparar macarrón con queso y bolsas de harina envueltas en plástico. Cargamos nuestra carretilla de mano tres veces: primero con el pan, el cual fue pesado por un voluntario del banco de alimentos antes de cargarlo en nuestra camioneta; luego las frutas y verduras frescas, de la misma manera pesadas en la carretilla de mano y cargadas en el vehículo; y finalmente, los productos enlatados y secos, los cuales se venden por caja. Colocamos cinco bandejas de huevos en el asiento trasero de la camioneta para que no se fueran a quebrar. Compramos suficientes alimentos como para llenar la camioneta por poco menos de cien dólares.
Un viaje corto nos llevó de regreso a la alacena de nuestra iglesia donde de ocho a diez mujeres y hombres, la mayoría de ellos en edad de jubilación, causaban un gran bullicio alrededor de la mesa de clasificación que llenaba el centro del pequeño cuarto, acomodando las latas en los anaqueles, metiendo el pan, tortillas y huevos en el refrigerador, haciendo bolsas más pequeñas con los costales de 50 libras de papas, cebollas, arroz y frijoles y apuntando hacia mí con firmeza y amabilidad cada vez que colocaba una bolsa en el sitio equivocado. Lo cual sucede muy a menudo. Antes de que pasara una hora, la alacena estaba llena y bajo llave y lista para la distribución de alimentos del siguiente día. Dos entregas de alimentos a la semana, únicamente de nuestra alacena pueden alimentar a hasta 50 familias necesitadas.
Hay mucho que usted también puede hacer para mitigar el hambre en su comunidad. Identifique el banco de alimentos más cercano a usted en el sitio Web de la Asociación de Bancos de Alimentos de California, o pregunte sobre cocinas de beneficencia o alacenas locales.
Y entonces todo lo que necesita es ofrecerles su ayuda. Si usted tiene el tiempo, ellos pueden hacer uso de él.
Compartiendo el sueño americano
Nosotros vivimos en un huerto. Es casi como la promesa en California que Sunkist y los ferrocarriles le hicieron a la gente en el Este y a los refugiados de las zonas semi-desérticas hace muchos años: ¡un naranjal en su propio traspatio! Y para muchos de nosotros en la región de Sacramento el sueño se hizo realidad.
En este momento los cítricos están maduros. Una vez que comience a mirar, los hallará por doquier – radiantes naranjas navel, toronjas jugosas colgando en racimos, limones brillantes y mandarinas dulces - algunas tras la barda y otras al frente, dando a la calle.
Con frecuencia, los árboles son grandes y viejos, habiendo sido plantados hace mucho tiempo. Mucha de esta fruta urbana y suburbana no es cosechada: las personas están muy ocupadas, los árboles son demasiado altos o es tanta la fruta que madura al mismo tiempo que resulta imposible cosecharla toda a la vez. Mientras tanto, miles de personas en nuestra propia comunidad no tienen fruta, árboles frutales, traspatios e incluso una casa.
El proyecto Soil Born Farms Urban Agriculture Project ayuda a los residentes de Sacramento a compartir con sus vecinos el sueño californiano a través del proyecto Harvest Sacramento. De hecho, el sábado pasado me uní a un grupo de voluntarios para participar en la recolección de cítricos en el vecindario de Oak Park en Sacramento los cuales fueron donados al banco de alimentos Sacramento Food Bank. La pase muy bien y conocí a gente maravillosa. El banco de alimentos distribuye, durante la semana, la fruta a través de alacenas ambulantes.
Mi amiga y yo llegamos al Parque McClatchy a las 9 de la mañana junto con un par de docenas de voluntarios. Nos dividimos en cuatro o cinco equipos, cargamos nuestras furgonetas y camionetas con escaleras, cubetas y herramientas para la recolección, así como cajas provistas por la organización y nos dirigimos a la primera de las casas donde los dueños habían acordado que recogiéramos la fruta. Nuestro equipo estaba integrado por una madre con dos niños entusiastas, tres miembros jóvenes del grupo Sacramento Green Corps portando camisetas de su grupo, nosotras dos y Shannon, la líder del equipo.
Shannon se puso en contacto con el dueño de la primera casa y, después de darnos instrucciones sobre aspectos de seguridad, comenzamos. Colocamos las escaleras y recolectamos a mano la fruta, ayudados por palos de recolección que tienen en la punta unas canastillas donde cae la fruta. Esta casa tenía un árbol pequeño de naranja y un árbol grande de limón en el patio lateral. Rápidamente llenamos una caja con naranjas, pelamos el árbol y pusimos unas cuantas naranjas al frente de la puerta para que el dueño las disfrutara; luego pasamos casi media hora recogiendo tres cajas de limones de la parte de arriba del limonero, y dejamos la fruta de abajo para que los dueños la cosecharan. Luego nos fuimos a la siguiente casa en nuestra lista.
La segunda casa tenía un impresionante árbol de naranja y un limonero pequeño en el traspatio que nos mantuvieron muy ocupados, rindiendo otras cuatro cajas de fruta. Tan sólo a unas cuantas casas en la misma calle, en nuestra última parada, se encontraba el árbol más grande de toronjas que haya visto. Tuvimos que extender los palos de recolección a todo lo que daban y usar nuestras escaleras para recoger cuatro cajas de toronjas, dejando aquellas que no pudimos alcanzar. Llevamos toda la fruta de regreso al parque y llenamos contenedores grandes que el banco de comida recogió, y dijimos adiós a nuestros nuevos amigos. Y por supuesto que nos llevamos a casa algunas de las sabrosas frutas para disfrutarlas.
El proyecto Soil Born Farms Urban Agriculture. estará recolectando fruta en el vecindario de South Land Park el 19 de febrero y en el vecindario de Curtis Park el 26 de febrero. Voluntarios y donativos de fruta que no puede ser recolectada son bienvenidos. Para más información, visite el sitio en inglés: http://www.soilborn.org/volunteer.html
El equipo de recolección
Un joven voluntario
Preparado por Penny Leff
Adaptado al español por Norma De la Vega